El Patriarcado en tiempos de coronavirus II. La prostitución, ¿actividad esencial?

en Aromo/El Aromo n° 111/Novedades

Como es de público conocimiento, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró una pandemia global el 11 de marzo por causa del COVID-19. A partir de ese momento, algunos países del mundo fueron adoptando el aislamiento social, preventivo y obligatorio, dado su éxito en China. En este artículo nos preguntamos si la prostitución es una actividad esencial y en el caso de serlo, para quién.

Andrea Pezzarini, Carolina Podluzansky y Dolores Martínez González

Trece Rosas

“Acá tenemos cerrados los cabarets”

Formalmente, la Argentina es un país abolicionista de la prostitución: el Código Penal sanciona a los proxenetas y la ley de trata penaliza a los terceros involucrados en la explotación sexual[i]. Hay fiscales especializados y una procuraduría específica para denunciar estos casos, la PROTEX. Sin embargo, todas sabemos que estas medidas e instituciones no son suficientes. Las mujeres prostituidas siguen en las calles, los papelitos que ofrecen servicios en privados abundan y, a medida que la crisis económica se profundiza, el fenómeno se expande rápidamente.

Eso sucede porque el sistema prostituyente no solo se compone de proxenetas, sino que ese negocio forma parte de la política burguesa, como cualquier otro negocio. Un negocio que en la Argentina vincula a políticos con barras bravas, patotas sindicales, narcotraficantes y otros usufructuadores de negocios clandestinos. Es por eso que a las feministas no nos sorprendió el presunto error del gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela. En una entrevista radial con CNN radio, cuando le consultaban por las medidas que había tomado en la provincia se lamentó por tener cerrados los cabarets: «A mí me preocupa todo, porque si se abre un sector, otros sectores van a presionar ‘por qué no ellos’. Acá tenemos cerrados los cabarets», dijo y enseguida se corrigió: «Perdón, fiestas, bares, confiterías, boliches bailables, hoteles, tiendas, tenemos todo cerrado». Sus colaboradores salieron a cubrirlo diciendo que como estuvieron desarrollando muchas políticas sociales contra la trata estaba con ese tema en la cabeza.

Más allá de los dichos del gobernador, esto nos llevó a hacernos otros interrogantes: ¿realmente están cerrados los cabarets? ¿Cómo están sobrellevando el confinamiento las mujeres en situación de prostitución?

“Diez recomendaciones para las trabajadoras sexuales”

El gobierno decretó el viernes 20 de marzo el aislamiento social preventivo y obligatorio, pero ya desde el viernes 13 se venía recomendando salir de casa solo para lo necesario y tomar todas las medidas de precaución que el Ministerio de Salud estableció obligatoriamente desde el 20. La semana anterior a la cuarentena, en muchos lugares de trabajo se organizaron guardias, se implementaron horarios más acotados y se otorgó licencia a los empleados que forman parte de la población de riesgo. Muchos sindicatos comenzaron a exigir medidas de cuidado para sus afiliados y la asociación que supone defender los intereses de las “trabajadoras sexuales” no se quedó atrás.

El 15 de marzo, AMMAR (Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina) publicó que la mayoría de los trabajadores precarizados no pueden plantearse dejar de trabajar y dieron una serie de recomendaciones para las “trabajadoras sexuales” frente al COVID-19:

  1. Evitar atender a clientes que estén con algún síntoma gripal, tos o fiebre.
  2. Mantener cierta distancia al momento de la negociación del servicio.
  3. Evitar los besos.
  4. Para el acto sexual se recomienda la posición del perrito.
  5. Llevar siempre a mano alcohol en gel.
  6. Utilizar paras todo acto sexual preservativo.
  7. No atender a clientes que hayan llegado recientemente del exterior.
  8. Lavarse las manos durante 20 segundos.
  9. De ser posible, insistir en la higiene y mandar al cliente a bañar.
  10. No compartir cigarrillos ni vasos.

El 17 de marzo AMMAR planteó una reunión con el Ministerio de Desarrollo Social para solicitar la entrega de Tarjetas Alimentarias y gestionar el salario complementario básico. Dos días después, exigieron a Alberto Fernández tarjetas alimentarias, salarios complementarios básicos o subsidios de emergencia. El seudo sindicato cierra el pedidosin sacar los pies del plato: “Sabemos que los gobiernos peronistas son los que impulsan e implementan políticas y derechos para lxs sectores más postergados. Las últimas de la fila esperamos una pronta respuesta y le enviamos nuestro apoyo y cariño”.

En una entrevista para InfoBae el 20 de marzo, Georgina Orellano expresó que el

“sector atraviesa una situación de emergencia. Desde el sábado vivimos una merma total del trabajo. La mayoría de nuestros clientes mayores de 60 años están en cuarentena: no salen, tienen miedo. Una de las principales medidas de precaución es evitar el contacto físico, pero si trabajamos con el cuerpo es muy difícil poder acatar. Hay compañeras con graves problemas de salud que sí o sí tienen que salir a buscar el mango y se ven expuestas al contagio. Quedarnos en casa no es una opción para nosotras, y el coronavirus refleja nuestra actual situación de precariedad.”

Esta caracterización no es ninguna novedad, en la Argentina el 40% de la clase obrera ocupada se encuentra en negro, esto quiere decir que si no sale a trabajar no come. En ese mismo artículo, Natalia Canteros relataba cómo fue incorporar esas medidas de autocuidado a la hora de tratar con los clientes, pero luego admite que no siempre es posible cumplirlas:

“Por la desesperación en la baja de los servicios solicitados, muchas compañeras han accedido a reducir sus tarifas o a desprotegerse en cuestiones relacionadas a su salud, por ejemplo al hacer un oral sin preservativo. Siempre tenemos que negociar esas cuestiones, pero en situaciones de ajuste como la que vivimos ahora con esta pandemia se torna mucho más dificultoso porque aparecen vivos jugando con las necesidades de las laburantes”.

Un mes después, el 19 de abril, dada la obligatoriedad del aislamiento, Orellano sostuvo: “Básicamente el acatamiento se debe a que los hoteles donde desarrollamos nuestros servicios están cerrados y porque hay mucha presencia policial en el espacio público”. Es decir que, si no estuvieran cerrados los hoteles ¿seguirían mandando a sus compañeras a trabajar?

Sexo virtual y emprendedoras

El viernes 17 de abril, en el marco del informe número 67 sobre el COVID-19, la Secretaria de Acceso a la Salud convocó a José Barletta, médico infectólogo quien difundió recomendaciones para evitar la propagación del coronavirus a través de la vía sexual. Reforzó el mensaje de aislamiento y pidió específicamente evitar encuentros sexuales con personas con las que no se convive, ya que el virus se puede transmitir muy fácilmente a través de actos cotidianos como los besos. Por este motivo, recomendó apelar a las videollamadas, el sexo virtual y el sexting. Desde ese mismo viernes, comenzaron a aparecer artículos periodísticos sobre el mundo pornográfico, en los cuales se revaloriza a las mujeres “emprendedoras”.

Esa misma semana, la revista Viva publicó un artículo acerca de mujeres, varones y trans que generan contenido erótico y lo venden en la Web. Dicho contenido se paga a través de links en plataformas virtuales, por transferencia bancaria, en bitcoins o por suscripción en sitios webs o en listas VIP de WhatsApp. Una de las webcams model pone énfasis en la independencia y la autonomía: sostiene que “no tiene un horario fijo de trabajo porque el deseo no sabe de tiempos”. Como en la prostitución, se argumenta la idea de que es un trabajo como cualquier otro, pero que, además, tiene varias ventajas: por ejemplo, si la videollamada dura unos diez minutos “en general sobra tiempo […] Porque llegan al orgasmo antes y quieren lavarse e irse… Ahí se corta”. Otra nota, esta vez en la sección espectáculos de Clarín, en la cual reaparece esta idea de que en ese campo se gana mucho en poco tiempo, plantea que el porno y la prostitución brindan la posibilidad de ser “empresaria” y “emprendedora” con el propio cuerpo: otra vez se hace hincapié en la independencia y autonomía.[ii]

Por su parte, la página PornHub, uno de los sitios de contenido porno más populares del mundo, liberó en Argentina (como en otros países) su contenido premium al día siguiente que fuera declarada la cuarentena. Según reveló el portal, la decisión fue un éxito, las visitas crecieron exponencialmente.

Ahora bien, ¿quiénes consumen estos sitios y página porno? Se calcula que los varones constituyen el 95% de la audiencia. Y ¿quiénes lo son las que ponen en venta su necesidad…?

Administrando la miseria

Aunque en este contexto de necesidad y pandemia, muchas mujeres realizaron cambios para ofrecer sus servicios realizando venta de fotos, shows eróticos y video llamadas, la gran mayoría de las 6.500 afiliadas a AMMAR (cifra tomada de sus redes), no está en condiciones de ofrecer cibersexo. Orellano explica que “cada vez son más las trabajadoras que se acercan a las organizaciones sociales a buscar ayuda” porque el dinero no les alcanza, por eso crearon en el sindicato un fondo de emergencia, con el cual brindan ayuda con mercadería, compra de medicamentos y pago de alquiler. También señala que en algunas provincias se ha logrado una verdadera articulación entre el INADI a nivel nacional y Desarrollo Social. La ayuda alimentaria también viene acompañada de ayuda económica, pues muchas trabajadoras han cobrado el bono social.[2] Si bien Orellano detalla las acciones de contención social que ponen en práctica y cómo se articulan con el gobierno, también realiza una reflexión acerca del futuro de la prostitución: “Estamos frente a una reconfiguración social, donde habrá un antes y un después de la pandemia del coronavirus, hay una idea de higienización de la sociedad, de pánico a este virus, y lógicamente en trabajo sexual habrá cambios en el día a día”.

Como contrapartida de este asistencialismo que asume que las mujeres más necesitadas deben exponerse a contagiarse o recibir una miseria de limosna, sostenemos que en esta emergencia sanitaria es fundamental que el Estado se ocupe de las personas prostituidas. Así como es deber de un Estado cuya legislación es abolicionista cerrar los prostíbulos, también debe sancionar a los proxenetas, tratantes y prostituyentes. 

¿Para quién es esencial la prostitución?

La prensa no ahorró llevar agua para el molino del regulacionismo. El 1ro de Mayo, de todas las experiencias obreras y feministas de lucha que se podrían haber elegido, el suplemento “Las 12” de Página 12 optó por poner en primer plano el interés burgués y patriarcal. El artículo expone, que lejos de desarticular la organización, la cuarentena fortaleció a AMMAR y que la discusión con el abolicionismo ha quedado saldada porque la propia crisis resolvió el problema.

Tanto el “error” del gobernador de La Rioja, como el aumento de consumo y recaudación de los sitios porno y el lugar central que ocupó AMMAR en la prensa, dan cuenta de que el patriarcado y su lobby proxeneta no entran en cuarentena, sino que aprovechan el momento de mayor vulnerabilidad de las compañeras para continuar explotándolas. En la prostitución está en juego la subordinación del cuerpo femenino que se expone directamente a la violencia machista y al poder patriarcal. La prostitución es una actividad esencial para la burguesía proxeneta y los prostituyentes.

El movimiento abolicionista argentino tiene la responsabilidad de exigir a la burguesía una solución más amplia: el problema central es la desocupación, por eso la prostitución de las mujeres obreras no se va a eliminar presentando proyectos. La lucha por la abolición de la prostitución tiene que superar el abolicionismo formal; debemos lograr la sanción del prostituyente, a la vez que exigir un subsidio general a la desocupación igual a dos canastas básicas para todas las mujeres obreras desocupadas.

Las abolicionistas tenemos que convocar a las compañeras a organizarse para que las mujeres más pobres dejen de ser la prenda de cambio de las limosnas de los proxenetas.


[1]Argentina adhirió al Protocolo de Palermo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente de mujeres y niños, en el año 2002.


[2] Argentina adhirió al Protocolo de Palermo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente de mujeres y niños, en el año 2002.

[ii] “Me considero una emprendedora. Yo descubrí que las trabajadoras sexuales pueden ganar más dinero en menos tiempo (…) gano el triple haciendo menos de la mitad.”, dice la entrevistada. Agrega que desde que comenzó la cuarentena le está yendo muy bien y que desde siempre trabaja de manera autónoma en su departamento “sin que nadie me exija una parte de lo que gano.”

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