Razones sobran, ¡Vacunas ya!

en La Hoja Socialista 21/Novedades

La semana pasada, la campaña de vacunación que se está llevando a cabo en Argentina se vio envuelta en un nuevo escándalo. Esta vez el episodio tuvo como protagonistas a Soledad Quereilhac, esposa de Axel Kicillof, y a Beatriz Sarlo. Sarlo declaró que Soledad, usando como intermediario al editor de Siglo XXI (Carlos Díaz), le había ofrecido vacunarse. Es decir, ser parte de ese grupo de privilegiados que se están colocando las vacunas sin encontrarse dentro de los grupos con prioridad.  

A partir de lo ocurrido, sectores kirchneristas acusaron a la intelectual de querer hacer un escándalo. Su argumento era que la única intención que tenía el esquema de la aplicación de las dosis era incentivar a que la gente pierda el miedo y se vacune. Por eso, convocaron a gente “famosa” o “conocida”. Con la excusa de que buscan cuidarnos, el gobierno lo único que hace es distribuir estratégicamente las vacunas entre su gente. Así, arma una red punteril de cara a las próximas elecciones, que no hace más que reflejar la descomposición que atraviesa la gestión de los Fernández.

Resulta claro que no les importa nuestra salud ni que nos sigamos exponiendo al contagio todos los días porque tenemos que salir a laburar. Mientras ellos pueden resguardarse o recibir vacunas por estos medios, somos los obreros (ocupados, desocupados, jubilados) los que estamos más propensos a la posibilidad de contraer Coronavirus. Nosotros contamos con mayores problemas de salud, producto de enfermedades laborales y de la ausencia de tiempo y recursos económicos para una vida saludable.

Los vacunatorios VIP que existen tanto en la Provincia de Buenos Aires como en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y las decenas que seguramente se repiten en el interior, muestran un total desprecio por nuestra vida. En nuestro país, la burguesía y el gobierno no quieren poner la plata para comprar las vacunas y las pocas que hay se las llevan “los amigos de” o se le aplican a la población de forma espaciada para que parezca que tenemos muchas dosis. Pero, la realidad es que estamos muy lejos de esto.

El Ministerio de Salud ya está evaluando nuevas restricciones porque, a como van las cosas, la Argentina llega a la segunda ola casi sin vacunas. La pregunta que hay que hacerse es: ¿Cómo van a hacer para que la gente se quede en su casa con la miseria y la pauperización que hay? ¿Cómo se puede llevar a cabo un nuevo aislamiento con el trabajo en negro y sin ninguna ayuda económica? Bueno, ahí está el caso de Formosa, con sus centros de aislamiento, y las movilizaciones masivas para mostrarnos que puede suceder. Ese es uno de los posibles horizontes.

La otra posibilidad, es Brasil. Es decir, la contracara del cierre. ¿Qué pasa si no cerras?, ¿qué pasa si ante el aumento de casos no se vacuna a la gente? Bueno, pasas a tener ¡2.082 muertos en un día! Sí, leyó bien. La gente se está muriendo en el piso y nadie se responsabiliza de lo que sucede porque como dijimos más arriba, a ellos no les importa nuestra vida.

Por todo esto, necesitamos luchar por nuestro derecho a la vacunación y construir una herramienta para acabar con este gobierno de inútiles que no hacen más que pensar en sus necesidades de clase.

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