Violación consentida – Delia Escudilla

en Colección Trece Rosas/Ediciones RyR

Título: Violación consentida. La prostitución sin maquillaje, una autobiografía
Autores: Delia Escudilla
Colección: Biblioteca Militante – Trece Rosas
pág. | 12 x 17 cm
ISBN: 978-987-4412-06-5
Año de edición: 2019

Cuando alguien cuenta su experiencia, esa narración adquiere un valor muy particular para sí mismo porque le permite examinarse. Pero también, por esa vía, nos vemos a nosotros mismos en sus palabras y podemos evaluar nuestros comportamientos. Cuando esa experiencia se cuenta, puede ser incorporada al curso de la historia, porque esas vivencias son parte de un caudal más general, de una necesidad colectiva. La importancia de ciertos testimonios radica, precisamente, en que esa experiencia individual es la de muchos otros y sirve para posicionarse en un campo de lucha. Estas reflexiones que nos ofrece la autora, tienen un interés muy directo para la etapa que estamos atravesando las mujeres. Con cada testimonio, cada una va descubriendo que la experiencia de nuestra subordinación bajo el patriarcado y en esta sociedad de clases, es colectiva.

Sobre la autora

Delia Escudilla nació en Saénz Peña, Chaco, en 1963. Ya en Buenos Aires, la crisis de finales de los ’90 la empujó a las calles. Pasó siete años en situación de prostitución. Por aquellos años comenzó a militar en la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR), también a estudiar en la Escuela de Psicología Social Pichon-Riviere «Educar sin Fronteras», donde se recibió de psicóloga social. En 2003 abandonó AMMAR con críticas al regulacionismo. Hoy es una referente de la lucha abolicionista.

4 Comentarios

  1. Todos somos un cuerpo. Para ser persona, para ser un ser humano, se necesita de un cuerpo. Sin un cuerpo nadie puede ser persona. En mi cuerpo se conjugan y existen: mi persona, mis pensamientos, mi espíritu, mi alma, mis sentimientos, mi sexualidad, mis pesares, mis alegrías y todo lo que esto significa y conlleva. Mi cuerpo me permite expresarme, manifestarme, ser quien soy y lo que soy.
    La prostitución, en cualquiera de sus forma (porque existen VARIAS FORMAS DE PROSTITUCIÓN) es la VENTA DEL CUERPO, en consecuencia es la venta de lo mas sagrado que hay en mi: MI DIGNIDAD DE PERSONA, MI DIGNIDAD DE SER HUMANO.
    Como dice la autora del libro, la prostitución no es el oficio mas antiguo del mundo, sino la mas antigua y todavía vigente, manifestación del poder del varón sobre la mujer. Lo mas triste de todo esto es que las propias mujeres no sean capaces de darse cuenta de todo esto. Por este motivo la actual y supuesta lucha feminista no sirve para nada mientras las mujeres sigan aceptando que el varón, de una u otra manera, las domine. Las autodenominadas «trabajadoras sexuales» no saben, o no se dan cuenta, o no quieren ver, que lo que están haciendo es resignar su propia DIGNIDAD DE PERSONA, DIGNIDAD DE SER HUMANO, para llevarla a la categoría de un objeto cualquiera de compra-venta legal. Una triste forma de seguir siendo esclava del varón, y lo peor: vender lo único que nos queda, la dignidad. GRACIAS DELIA POR CONTAR TU EXPERIENCIA

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