Supermercados y Autoservicios Mayoristas: Trabajadores esenciales expuestos a contagios para garantizar las ganancias capitalistas

en Goyo Flores/Novedades

El caso de los diez trabajadores de Coto de Lanús en Villa Caraza pone de relieve una situación general de los supermercados y autoservicios mayoristas. Estamos ante trabajadores expuestos con patronales que se niegan a cerrar y activar protocolos sanitarios acordes a la situación. En este caso, Coto –a través del gerente, Eduardo Bufalo que se cruzó a los gritos con inspectores- pretende seguir funcionando sin controlar el posible contagio en el resto de los trabajadores.

Ocurre que desde el comienzo de la crisis sanitaria desatada por el Covid-19, los trabajadores de las grandes cadenas de supermercados y Autoservicio Mayoristas de alimentos, han sido uno de los sectores más expuestos a posibles contagios de coronavirus, ya que las medidas de prevención y seguridad fueron postergadas y minimizadas tanto por los empresarios como por el sindicato, en pos de mantener los locales abiertos a cualquier precio.

Cadena de contagios

En los primeros días después de decretada la cuarentena, las aglomeraciones de clientes fueron la nota de todos los medios de comunicación. Desde aquel momento hasta la actualidad, las normas de distanciamiento no se suelen respetar, como así tampoco los protocolos de limpieza y desinfección. Incluso cuando se reconocen posibles casos de contagios entre el personal, las sucursales cierran sus puertas por unas pocas horas, para luego retomar la actividad, sin aislar ni siquiera a los contactos estrechos. De eso se trata el “protocolo sanitario” patronal.

A comienzos de junio, ya se registraban 166 casos positivos de coronavirus en sucursales de la Capital Federal y el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Se trata de cajeros, repositores y empleados de otras dependencias de firmas como Coto, Disco, Carrefour, Vital, Macro, Walmart, La Anónima, Jumbo y Chango Más, entre otras. Sin embargo, los casos serían incluso más. Como señalan algunas denuncias, las empresas ocultan información al respecto, llegando a amenazar al personal con sanciones si esto toma estado público.

En este sentido, Coto es una de las empresas que más casos registra y a la vez, que más denuncias ha recibido por parte de sus empleados, quienes incluso han reportado agresiones físicas por parte de patotas que responden al sindicato de comercio.

En la sucursal de Quilmes, una de las zonas del conurbano bonaerense donde los casos de contagios crecieron de manera vertiginosa, una docena de trabajadores dieron positivo, mientras la empresa se negaba a cerrar las puertas del Hipermercado. La movilización de los empleados de la sucursal tuvo tal repercusión que la intendenta Mayra Mendoza no tuvo más remedio que intervenir y cerrar la sucursal, aunque solo por 24 hs, con el compromiso de Coto y el sindicato, de aislar a todo el personal.

Por su parte, el municipio de Malvinas Argentinas procedió a la clausura del Hipermercado Carrefour de dicha localidad, por incumplimiento de protocolo, ante un caso sospechoso y en Pilar sucedió algo similar con el local de Jumbo, dónde se detectaron 7 contagios en una semana, sin que los responsables de la cadena dieran aviso a las autoridades.

El “aporte solidario”

Otro reclamo vinculado a la pandemia y que en estos días moviliza a este sector de los trabajadores de comercio, es el bono de 5.000 pesos mensuales que algunas empresas (Coto, Carrefour, Jumbo y Walmart) se habían comprometido a abonar «como un aporte solidario» y que solo se cumplió para el mes de abril (pagado en mayo). Cabe aclarar que en el caso de Carrefour, los directivos solo se comprometieron a pagar dicho bono a través de órdenes de compra a ser utilizadas en locales de la propia cadena, aún así tampoco han cumplido con los » Super Bravos» como dieron en llamarle. Además desde la multinacional ya anunciaron que el aguinaldo se pagará a fines de junio y no el día 20, como estaba estipulado, lo que genera un gran malestar entre los empleados.

Hay que agregar a todo lo ya mencionado, un aspecto, que reviste una gravedad aún mayor, como es el de los supermercados que no pertenecen a estas cadenas de renombre, muchos de los cuales se encuentran ubicados en el interior del país. Allí el grado de precarización y flexibilización es mucho mayor y desde luego la aplicación de protocolos y la inversión en elementos de seguridad e higiene muchas veces deben ser comprados por los propios empleados.

Por un plan de lucha

Cavalieri y Ramón Muerza –que se disputaron la última elección en el sindicato de comercio- negocian de la misma forma a espaldas de los trabajadores. Incluso pudo verse a Muerza encabezando junto al empresario Alfredo Coto, una protesta por la reapertura de la sucursal de Ramos Mejía. Ambos demuestran que lejos de representar a los trabajadores, su preocupación es que los patrones mantengan sus ganancias. Así lo demostró Cavalieri reclamando abiertamente el fin de las restricciones y que los comercios vuelvan a abrir sus puertas, con medidas mínimas de prevención (babijos, alcohol en gel ) aunque esto signifique exponer la salud y la vida de la clase obrera.

Los trabajadores de las cadenas de supermercados y Mayoristas tienen que plantear un plan de lucha propio, independiente de los intereses de los empresarios y de la burocracia sindical, en reclamo de protocolos sanitarios y condiciones de seguridad fiscalizados por los mismos trabajadores, recomposición salarial y el pago en tiempo y forma de salarios, aguinaldo y bonos comprometidos.

Corriente Clasista Goyo Flores

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