Primero fue Capital Federal, después Córdoba y ahora Salta. El proyecto sionista para penalizar a quienes critiquen el Estado de Israel sigue circulando por las legislaturas provinciales y, probablemente, culmine su recorrido en el Congreso nacional. El accionar del FITU es conocido. En la primera oportunidad, actuó de manera imprudente, en el mejor de los casos. Votó “sin saber”, porque sus tres legisladores y otros tantos colaboradores juzgaron que no ameritaba dedicarle 10 minutos de lectura, y convalidó así el pacto Alberto-Netanyahu, plasmado en la resolución 114/2020 del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Luego vino el mea culpa, que se hizo cuando todo cobró visibilidad pública. Los legisladores trotskistas ya sabían de su error, porque ocasionalmente lo denunció Autonomía y Libertad. Prefirieron hacer mutis por el foro y apostar a que la cosa no trascendiera. Pero transcendió. Así llegó la autocrítica y la supuesta rectificación con el voto negativo en Córdoba y Salta. Decimos supuesta, porque en los hechos no tiene consecuencias reales. Naturalmente, los votos trotskistas en un parlamento burgués donde se discute un proyecto de la burguesía, no pueden bloquear su sanción. Pero justamente se trata de eso, de pensar la intervención política más allá del parlamento. Eso es a lo que efectivamente se niega el FITU y, por lo tanto, en los hechos sigue convalidando la ofensiva sionista.
Nosotros hemos convocado a una campaña nacional e internacional para quebrar el pacto Alberto-Netanyahu. La iniciamos con una recolección de firmas, que sirviera como primer paso para el agrupamiento de todos los que acordamos en combatir la iniciativa y para estructurar un verdadero plan de lucha. Ya la han firmado organizaciones locales (Comuna Socialista, Emancipación Buenos Aires, Tendencia Guevarista) e internacionales (Transición Socialista de Brasil, Partido de la Revolución Venezolana-Ruptura-Tercer Camino), referentes internacionales (Savas Matsas del EKK griego), sindicatos combativos (SEOM Jujuy), movimientos de desocupados (Movimiento Tupaj Katari, Movimiento Independiente de Justicia y Dignidad) y referentes de derechos humanos (Carlos “Sueco” Lordkipanidse, María Eugenia Villada de la Casa de las Madres Jujuy), entre otros.
El FITU, al que interpelamos particularmente contactando a cada uno de sus dirigentes, no emitió palabra. Tampoco lo hizo la Tendencia del Partido Obrero, que ha llamado a poner en pie una campaña, pero en los hechos no quiere coordinarla ni siquiera comenzarla por cuenta propia. Parece que a Altamira no le importa en realidad la ofensiva sionista, sino que busca aprovecha las circunstancias para su interna con el oficialismo del partido. Ese faccionalismo convierte a la Tendencia en parte del problema.
Como advertimos en varias oportunidades, la situación es gravísima. La Organización Sionista Argentina (OSA) ya dejó en claro cuál es la función de la resolución: “la definición de antisemitismo establecida por la IHRA nos brinda una nueva herramienta para llevar a la justicia a quienes, desde sus palabras, manifiestan odio a los judíos, al sionismo como movimiento de liberación y autodeterminación del pueblo judío y a Israel como Estado judío.” No se puede esperar más, la iniciativa viene avanzado legislatura por legislatura y no va a tardar en llegar al Congreso Nacional.
Todavía estamos a tiempo. Llamamos a los dirigentes de toda la izquierda, a las organizaciones sociales y de lucha, a los gremios, comisiones internas y cuerpos de delegados combativos, a poner en pie una campaña de alcances internacionales. Toda rectificación que no sea parte de una iniciativa real para voltear el acuerdo, es simplemente un gesto para la tribuna.
Por una campaña internacional por la derogación de la normativa pactada entre los gobiernos de Macri y Alberto Fernández con las instituciones sionistas.
Sumá tu firma al rechazo de la Resolución 114/2020: https://rb.gy/zksyyg
Razón y Revolución
