La izquierda y la incapacidad de una política propia

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Por una campaña unificada para construir una fuerza que enfrente al próximo gobierno.

Luego de tomarse casi dos semanas para “descansar” de la campaña electoral (o para reponerse del fracaso), después de dejar a sus militantes y a sus votantes sin ninguna propuesta en medio del debate nacional, los partidos del Frente de Izquierda se dignaron a poner por escrito su posición frente al ballotage. Lo novedoso del asunto es que esta vez cada partido sacó la suya, con posiciones divergentes, no hubo declaración conjunta. Si eso puede llamar la atención, más aún lo hace el hecho de que ni siquiera lo hayan intentado. En lugar de llamar a un gran congreso de toda la izquierda, para lanzar una campaña común, cada partido sacó su propio comunicado. Ni siquiera llamaron a un congreso de los partidos del FITU. Ninguno de los partidos lo pidió. Queda claro que el FITU no es un frente de lucha, ni un frente de acción política. Ni siquiera es un frente propiamente dicho. Es simple y lamentablemente un acuerdo electoral, por el cual el que vota no sabe qué está votando. Acuerdo que no ha hecho avanzar un centímetro la conciencia de la clase obrera (la candidatura de Massa y el éxito de Milei eximen de toda demostración) y que, para colmo, cada vez da menos resultados en términos de lo que se va a buscar.

Izquierda Socialista, luego de haber sostenido la posición menos conciliadora con el peronismo en el frente, vuelve a sus fuentes morenistas y llama a votar “críticamente” a Massa, tal como hace toda La Cámpora y el conjunto del radicalismo. Es decir, van a hacer campaña con Lousteau, Yacobitti, Gerardo Morales, Máximo Kirchner y nada menos que el “Círculo Rojo” (la Asociación Empresaria Argentina, la Fundación Mediterránea y la Unión Industrial). Van a votar al candidato de la embajada norteamericana, la inflación, la devaluación y el ajuste brutal.

El MST sigue esta misma posición, pero en forma más vergonzante. Dice: “Nuestra primera definición es llamar a los trabajadores a NO votar a Milei”. Luego aclaran que entienden a quienes van a votar a Massa y, por lo tanto, “no llamaremos al voto en blanco ni haremos campaña en ese sentido”. Si no se vota a Milei y no se vota en blanco, ¿a quién se vota, entonces? Cae de maduro…El MST nos toma por tontos. Al menos, IS tiene el coraje de decir las cosas por su nombre.

El PO y el PTS sacaron un comunicado muy similar. El PTS llama a llama a “no votar a Milei”. Pero es diferente para el caso de Massa, ya que apela a “no avalar”, “ni darle ningún apoyo en el balotaje”. Dicen “no avalar”, “no apoyar”, pero no dicen “no votar”, como a Milei. Puede parecer un análisis demasiado fino, pero no lo es. Claramente, usan expresiones diferentes que se traducen en acciones diferentes. A Milei no se lo vota, pero a Massa se lo puede votar “sin avalar”. Igual que el MST, deslizan el voto a Massa sin admitirlo.

El PO, en cambio, es más terminante: no votan a Milei ni a Massa. Aquí no hay diferencia entre aval y voto. No se avala ni se vota a ninguno. Pero, ¿y entonces? ¿Qué hacemos en el cuarto oscuro? “Organizarse para luchar”. Sí, eso siempre y vale para cualquier circunstancia. Pero estamos hablando de una posición concreta ante una alternativa concreta. ¿Van a hacer una campaña por el voto en blanco? No, no la hacen. ¿Entonces? No quieren pelearse con sus socios de la componenda electoral a quienes le avalan ese tipo de posiciones. Seguramente, porque como admiten en su comunicado, ya hicieron lo mismo cuando votaron a Evo Morales y Arce en Bolivia, a Petro en Colombia, a Boric en Chile y a Castillo en Perú…

El FITU está acabado. Nunca fue un frente político y ahora ni siquiera sirve como acuerdo electoral. Solo existe porque, de no presentarse juntos, cada partido no sacaría el 1,5% necesario para acceder a las elecciones generales. Basta que los guarismos desciendan hasta ese nivel o que alguno lo saque solo para que empiecen los desprendimientos.

Una política revolucionaria tiene que priorizar la construcción de una fuerza independiente y con un programa. Por eso, además de una campaña por el voto en blanco, reiteramos nuestro llamado a debatir, en un congreso de toda la izquierda, una campaña unificada de esclarecimiento político, un plan de lucha para enfrentar al nuevo gobierno y un programa concreto de salida de la crisis, para poder ofrecer a las masas una alternativa positiva y real de construcción del socialismo.

Por una campaña unificada por el voto en blanco.

Por una Asamblea Nacional de Trabajadores que discuta una campaña política, un plan de lucha y un programa de gobierno socialista para la Argentina.

Vía Socialista

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