¿Qué pasa en Formosa? Cuando detrás de la inoperancia, aparece la represión

en Aromo/El Aromo n° 115/Novedades

En el último mes Formosa volvió a estar en el ojo de la tormenta por las extremas restricciones (represión incluida) aplicadas en la provincia para enfrentar una suba en los casos de Covid-19. La oposición burguesa aprovechó para cuestionar una vez más la cuarentena como método para controlar la pandemia, mientras que desde el oficialismo se defendió la efectividad del “modelo Formosa” para controlar la suba de casos, al tiempo que se minimizaban las denuncias. El debate en estos términos está mal planteado. Primero, porque como veremos, lo de Formosa es más que una “cuarentena”. Segundo, porque la cuarentena sola no alcanza. Sin recursos para que las familias puedan hacer frente al encierro, sin centros aislamiento que garanticen mínimas condiciones de vida, sin una infraestructura sanitaria adecuada que permita atender correctamente los casos y sin testeos generalizados para controlar la difusión del virus, lo que queda es represión lisa y llana. En este artículo analizaremos qué hay detrás del “modelo Formosa” y por qué se extreman las medidas en una provincia que no ha tenido una cantidad importante de casos.

Gonzalo Sanz Cerbino y Hernán Calisaya Laboratorio de Análisis Político (LAP)

Al borde del colapso

Tras detectar 27 contagios, el 31 de diciembre, comenzaron a intensificarse las restricciones en Formosa. El 2 de enero se suspendió la circulación interurbana y el 5 la capital provincial volvió a Fase 1, con lo que solo los trabajos esenciales se mantuvieron en actividad y apenas estaba permitido salir de los domicilios para comprar alimentos, productos de limpieza y medicamentos. A la luz de la cantidad de contagios registrados en otros puntos del país, parece excesivo. Sin embargo, Formosa intentó desde un principio mantener los contagios al mínimo. A lo largo del 2020 mantuvo un promedio semanal de entre 1 y 2 casos, y recién este último mes pasó a un promedio semanal de 50, con un pico de 147 casos el 12 de enero. Las muertes también se mantuvieron al mínimo: solo un muerto durante 2020, cifra que saltó a 12 a principios de febrero de este año. Claro que estos guarismos solo se consiguieron extremando las restricciones. En octubre del 2020, Formosa saltó a los medios nacionales por mantener varados, a la intemperie, a miles de formoseños que pretendían reingresar a su provincia. No se trataba de potentados que salieron a hacer turismo, sino de obreros que todos los años migran en busca de trabajo temporal, generalmente en las cosechas o en la construcción. El propio gobierno provincial reconoció la existencia de 4.600 “varados”, aunque se estimaba el número real en 10.000. Por semanas acamparon a la vera de las rutas, viviendo del aire y sin poder cobrar los subsidios de los que dependían para su subsistencia. La desesperación llevó a muchos a intentar cruzar a nado el río Bermejo, y un joven padre murió al intentarlo. El escándalo desatado llevó a la intervención de la Corte Suprema de Justicia, que en noviembre ordenó que Formosa autorice el ingreso de todos los varados.[i]

¿Por qué tanto celo en resguardar una situación sanitaria que está lejos de desbordarse? Las respuestas se encuentran al analizar los datos sobre la infraestructura de salud provincial. Según el último informe de “Indicadores Básicos” del Ministerio de Salud de la Nación, Formosa es la provincia con menor expectativa de vida al nacer del país, y la que cuenta con el mayor porcentaje de población con necesidades básicas insatisfechas. También es una de las provincias que cuenta con un menor número de médicos cada 10.000 habitantes: 20,49, solo por encima de Santiago del Estero (19,36) y Misiones (19,5).[ii] Ahora, si observamos los recursos de salud necesarios para hacer frente a la pandemia, la situación se agrava. La provincia se encuentra entre las que menos camas de terapia intensiva tiene: solo cuenta con 91 camas UTI, muy lejos de 3.110 de Buenos Aires o las 1.950 de CABA. Se encuentra última, a su vez, en camas UTI cada 10.000 habitantes: apenas 1,5. Si esto fuera poco, es la que menos ha invertido en este rubro durante la pandemia: apenas sumó 12 camas UTI a lo largo del 2020. Por contraste, veamos el caso de Tierra del Fuego, que con menos población, arrancó la pandemia con 20 camas UTI y ahora tiene 70.[iii] Claramente, las restricciones y la represión intentan contener lo que, dada la infraestructura sanitaria de Formosa, no sería más que un colapso anunciado.

Las denuncias

La política sanitaria en Formosa es clara: encerrar por tiempo indeterminado a toda persona sobre la que se tenga la más mínima sospecha de haberse contagiado. Así, quienes reingresan a la provincia tienen que permanecer recluidos en uno de los 100 “centros de aislamiento” que funcionan en hoteles, escuelas y polideportivos. A su vez, quienes dieron positivo y sus contactos estrechos, son recluidos en alguno de los 13 “centros de alojamiento” de la provincia. No está permitido en la provincia el aislamiento domiciliario, aún para quienes se han hecho test y dieron negativo. Mucho menos para quienes tienen síntomas leves o son asintomáticos. Así se ha denunciado que familias enteras permanecieron más de 20 días en los centros de aislamiento, aún luego de dar negativos los test más de una vez. Cabe recordar que en el resto del país el aislamiento (domiciliario y solo para casos sospechosos que no son testeados) no supera los 14 días. A ello se suma que el criterio para determinar un caso sospechoso por contacto estrecho en Formosa es bastante arbitrario: la policía se ha llevado a centros de aislamiento a vecinos de un infectado, aun cuando no habían tenido contacto con él. O a todos los pasajeros de un micro, porque uno de ellos dio positivo. Hacia fines de enero más de 3.000 formoseños permanecían recluidos en los centros de aislamiento, aunque los casos activos no superaban los 600.

El más famoso de los centros de alojamiento es el que funcionaba en el Estadio Cincuentenario, en el que eran recluidos los enfermos asintomáticos o con síntomas leves y sus supuestos contactos estrechos. Buena parte de las denuncias provienen de ahí. En ese lugar llegaron a convivir, hacinados y sin ventilación, más de 600 personas, compartiendo apenas dos baños. La dotación policial asignada, en custodia permanente, fue superior a la de médicos o asistentes sociales. Muchos de los alojados en el estadio estaban a la espera del resultado del test, y aun así fueron obligados a convivir, en estas condiciones, con quienes habían dado positivo. Un verdadero foco de contagio, al que se arrojaba sin ningún criterio a cualquier “sospechoso”.[iv]

Las condiciones del “aislamiento” son tan paupérrimas que una mujer llegó a perder un embarazo por el stress al que fue sometida: encerrada en una habitación minúscula y mal aseada del Hotel Embajador, en la ciudad de Clorinda, junto a su pareja y sus tres hijos. La situación que vivió fue un verdadero calvario. Recluidos por vivir cerca de un caso positivo, y aun cuando sus test dieron negativos, debieron permanecer en el hotel casi un mes. En el medio tuvo una pérdida que no fue correctamente atendida, luego su pareja diera positivo (y se lo llevaron), y finalmente perdió el embarazo. Pero no solo quienes están recluidos viven situaciones desesperantes. Las comunidades más alejadas, por el bloqueo de las rutas, no pueden cobrar los subsidios provinciales y deben sobrevivir sin recursos. Frente a ello la respuesta de la gobernación es la represión: comunidades wichi de El Chorro, San Miguel, María Cristina y Santa Teresa realizaron un corte de ruta reclamando que traigan un cajero móvil para poder cobrar. Tras el corte, la policía provincial allanó domicilios y realizó violentas detenciones. También fueron detenidas dos concejalas opositoras, Gabriela Neme y Celeste Ruíz Díaz, que encabezaron una protesta en la capital provincial frente a un centro de alojamiento. Las denuncias de la APDH y Amnistía Internacional por violaciones a los derechos humanos no son un invento.[v]

El encubrimiento

Al tomar las denuncias estado público, el gobierno nacional comenzó a intervenir para esconder la mugre bajo la alfombra. El Jefe de Gabinete Santiago Cafiero mantuvo reuniones con funcionarios de Formosa, y también recibió a una delegación de Amnistía Internacional. También intervino el Secretario de Derechos Humanos Horacio Pietragalla, quien viajó a Formosa a inspeccionar los centros de aislamiento. Insfrán recibió el mensaje: debía aflojar la correa. Dos días antes de la llegada de Pietragalla a Formosa se trasladó a todos los casos positivos alojados en el Estadio Cincuentenario al Hospital Interdistrital Evita, se dio de alta a 136 alojados con test negativos y un día después se desmanteló el centro de aislamiento que allí funcionaba. Unos días después, se decretó que la capital provincial saldría de Fase 1. Desmantelado el foco de las denuncias, Pietragalla se paseó por la provincia minimizando la situación: señaló que no se podía hablar de violaciones sistemáticas a los derechos humanos, acusando a la oposición de “exagerar”, y apenas reconoció casos de violencia policial aislados. Algo que no resulta extraño dada la política “sanitaria” de Insfrán: si encierra por la fuerza a medio mundo, aun cuando su estatus de “caso sospechoso” es claramente discutible, y se los pone bajo custodia de cientos de policías, qué otra cosa podía esperarse. De esta manera, la intervención del gobierno nacional se limitó a buscar una “flexibilización” de la política sanitaria, pero avalando la intervención general. La operación se completó con la campaña desplegada en medios oficialistas como Página 12, que al tiempo que minimizaban las denuncias, destacaban el bajo número de contagios como resultado de la “política sanitaria” provincial. Sin resolver el problema de fondo, una infraestructura de salud provincial que no está preparada para afrontar un verdadero pico de contagios, y con el aval del gobierno nacional, situaciones como las que se vivieron en Formosa volverán a repetirse. Sin ir más lejos, en los últimos días volvieron a aparecer denuncias de personas varadas a la vera de las rutas en los ingresos provinciales que esperan se los autorice a ingresar.


[i]https://bit.ly/3tKjxrn, https://bit.ly/3jzFg0m.

[ii]https://bit.ly/3rCES48.

[iii]https://bit.ly/3d2JmwO.

[iv]https://bit.ly/39JqQaV, https://bit.ly/3d7aWZI, https://bit.ly/3rIZ18u.

[v]https://bit.ly/2OrDvHd, https://bit.ly/2MjFOLV, https://bit.ly/3tlqezX.

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