Apestan: El FITU y el “error” del voto sionista

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Como una banda de delincuentes en retirada, cada miembro del FITU confiesa y acusa para obtener un mejor trato. Pero a poco de escuchar las primeras revelaciones, queda claro que todos se inculpan por delitos menores para ocultar una trama mucho más oscura y que poco a poco se va descubriendo algo más siniestro. Dicho en otros términos, se utiliza la “excusa” de un supuesto error en una votación para esconder algo mucho peor.

El jueves 18 de junio, tres legisladores porteños del Frente de Izquierda y Unidad ratificaron, en la Legislatura, el acuerdo entre Alberto Fernández y la Embajada de Israel, que penaliza a quienes se manifiesten contra instituciones sionistas, con el argumento de que serían actos de antisemitismo. Se trata de Myriam Bregman y Alejandrina Barry por el PTS y Gabriel Solano, por el PO. Hoy, once días después, IS denunció esta posición vergonzante e inaceptable de sus aliados. Acto seguido (es decir, hoy, once días después) y solo luego de haber sido denunciados por sus aliados, el PO y el PTS sacaron un comunicado explicando que fue un “error”, debido a que recibieron 100 leyes el día anterior y las tuvieron que votar en bloque, sin tiempo para examinarlas. En esta comedia de enredos, que juega con uno de los genocidios más graves del último tiempo, salen a la luz los aspectos más fétidos de un rejunte de oportunistas y de la mayor estafa a la clase obrera en nombre de la izquierda del stalinismo a esta parte.

Ratificar el pacto de Alberto con Netanyahu para perseguir a quienes luchan contra los asesinatos cotidianos, contra las torturas y la ocupación militar (entre todas las barbaridades del sionismo) coloca a cualquier partido en lo más reaccionario y podrido del espectro. Lo primero que cualquier partido, frente o bloque debería hacer es pedir la cabeza de semejante bestia.

¿Por qué votaron eso? PO y PTS dicen que fue un “error”. Si tomamos esa excusa por buena, el “error” nos conduce a dos lugares. Uno, no se dieron cuenta que detrás de la acusación de “antisemitismo”, el sionismo buscaba reprimir cualquier movilización. O sea, son unos ingenuos y unos ignorantes que no tienen una mínima desconfianza a un acuerdo que firman dos personajes como Alberto y Netanyahu. Dos, efectivamente, votaron las 100 leyes sin haber leído ninguna, lo que es más grave aún. Por comodidad, en lugar de pedir una prórroga o simplemente negarse a votar, votaron todo en bloque y sin saber lo que votaban. Lo acaban de reconocer. Es doblemente grave, porque un legislador revolucionario, ante una propuesta de la burguesía, primero desconfía. Lo primero que esgrime es su voto negativo. Acá están reconociendo que, ante un problema similar, reaccionan así: votando por la afirmativa a todo lo que les manda el kirchnerismo o el PRO. Ahora bien, ante esta confesión, la pregunta que se impone inmediatamente es qué otras cosas tan perjudiciales para la clase obrera han votado durante todos estos años, simplemente porque no se tomaron el trabajo de leer. Dicho de otra manera, pidieron un voto para la clase obrera y, por comodidad, le entregan leyes a la burguesía, ejercen una función que no cumplen y por la cual reciben un dinero que sale del bolsillo de quienes deberían defender.

¿Pero por qué debemos creer en su buena fe? ¿Por qué confiar en que simplemente son unos ineptos o un conjunto de ñoquis? Hay bastantes elementos para pensar que aquí hay algo más que todo eso. Primero: si tan difícil era saber lo que estaba pasando, ¿cómo es que AyL sí se percataron de la maniobra y votaron en contra y el PTS y el PO no? ¿Acaso no debatieron con IS cómo iban a votar? Es creíble que voten las leyes (reiteramos: que proponen partidos burgueses) sin haberlas leído, pero no que en este caso no supieran de qué se trataba.

Segundo, y más importante: si estamos ante un hecho de gravedad internacional, ¿por qué esperaron once días para reconocer su error y tratar de enmendarlo? La respuesta es porque fue ayer cuando IS y el MST los denunciaron por eso. ¿Y por qué reconocen su error recién cuando IS y el MST los denuncia y no antes? Porque sabían lo que estaban votando, pero esperaban que la situación quedara disimulada. Si no los denunciaban, hubieran apoyado la represión sionista tranquila e impunemente. La pregunta lleva indefectiblemente a una sospecha legítima sobre la relación entre el PTS y el PO con el kirchnerismo. Hay una muestra de esa cercanía tan parecida a una traición de clase: después de hacer un escándalo por la llegada a la UBA del juez enfrentado al kirchnerismo (Moro), la dirección del sindicato que sufre un terrible ajuste por parte del Presidente y del Ministro de Educación, una dirección que está en manos del PO, no dice absolutamente nada cuando estos dos van a su principal bastión (Sociales) a disertar virtualmente. Muy raro…

Pero lo peor es que las denuncias del MST e IS develan también la mugre de quien acusa, lo que nos permite contemplar un escenario más nauseabundo todavía. IS no dice si advirtieron o no a sus compañeros de bloque, lo que es crucial. Pregunta: ¿Laura Marrone (o cualquiera de la dirección de IS) advirtió a sus compañeros de bloque lo que se estaba por votar? Si no lo hizo, entonces es una irresponsable e intentó sacar ventaja del mamarracho de sus compañeros, priorizando la interna del frente a la lucha de la clase obrera. Si lo hizo, y no le hicieron caso, debería haberlo denunciado en el momento. Lo que nos lleva a la pregunta que incluye al MST: ¿por qué nos cuentan todo esto once días después? ¿Qué hecho, qué disputa por qué cosa hizo que los ánimos se caldearan y alguno decidiera sacar los trapitos a la luz? Es obvio que, si no hubiera estallado el conflicto, por vaya a saber uno qué cosa (y, a esta altura, uno sospecha que no se trata de nada que tenga que ver con los intereses reales de la clase obrera), no nos hubiéramos enterado de tamaña arrastrada ante los perpetradores de un genocidio. Entonces, ¿qué otro chanchullo, qué otra grave concesión al enemigo se nos está ocultando?

Que el FITU es una farsa y una estafa, lo sabemos y lo dijimos en más de una oportunidad. IS y el MST denunciaron implícitamente lo que ya sabemos: que el frente no es un frente, que cada uno hace lo que quiere y que se ven las actitudes más lamentables. Pero ambos son cómplices en la medida en que no sacan a la luz toda la verdad y no renuncian a participar de un aparato cuya descomposición llega a lugares inimaginables tiempo atrás. Sea que se acostumbraron al mal olor o que saquen ventaja de eso, no lo hacen porque, igual que el PTS y el PO, priorizan sus intereses de aparato. Ese es el primer paso para la reconversión en un partido burgués, porque la burguesía siempre ofrece más y mejores oportunidades.

No renunciar al FITU no solo es avalar una estafa en toda la regla (política, ideológica y económica) a la clase obrera, es impedir la formación de un nuevo espacio verdaderamente revolucionario que necesitan los trabajadores en medio de la crisis. Todo aquel que no repudie y denuncie, no construye otra cosa. Y, si no lo hace, está jugando para el enemigo.

Razón y Revolución

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