El Covid-19 continúa en todo el mundo. En Argentina, el gobierno nacional y las provincias, a pesar de seguir manteniendo el nombre de cuarentena, se empecinan en continuar habilitando actividades. La flexibilización de la cuarentena, trajo un problema para las familias: el cuidado de los hijos. Por lo tanto, la presión por la vuelta a las aulas está sobre la mesa. Por eso, el gobierno presentó un protocolo para el regreso a clases. Recordemos que Jujuy fue pionera y, rápidamente, mostró los límites de la aventura.
Entre Ríos vive por estos días un aumento en la cantidad de casos, tras pasar varias semanas sin positivos. Esto nos vuelve a mostrar lo rápido que se propaga el virus, dejando al descubierto la precariedad sanitaria de la provincia. A pesar de esto, el ejecutivo provincial, continúa insistiendo en la reapertura de escuelas para actividades “pedagógicas”. Recordemos que 963 escuelas continúan con su labor asistencial, entregando alguna de las diferentes variedades de viandas.
¿Volvemos?
Siguiendo esta línea, autoridades del CGE se reunieron con dirigentes de AGMER para acordar los lineamientos de la futura vuelta. Por empezar, se colocaron en línea con Trotta planteando un regreso post vacaciones de invierno, es decir, en agosto. El esquema sería similar al jujeño. Confirmaron que sería un sistema dual, con clases presenciales y virtuales. En principio, comenzarían por escuelas rurales de hasta 10 alumnos, lo que representa un total de 546 establecimientos, para luego seguir por las urbanas. Asimismo, la asistencia tendría un carácter voluntario. La asistencia o no a los establecimientos dependerá de la decisión de las familias. De esta forma, el Estado se desliga de cualquier tipo de responsabilidad política por lo que pueda ocurrir.
El planteo de la patronal es irresponsable por donde se lo mire. Por empezar, en agosto, las enfermedades como la gripe, bronquiolitis, etc., se generalizan. Sumado a esto, muchas escuelas, tanto rurales como urbanas, no cuentan con calefacción para hacerle frente al frio. Todos los docentes recordarán cómo los estudiantes tienden a amucharse para afrontar el invierno en las aulas. A esto se le suma la sobrepoblación áulica que sigue siendo una norma, con resoluciones que la promueven como la 3547/96 que fija en 45 estudiantes el máximo de alumnos antes de desdoblar un curso. Agreguémosle que un edificio puede ser compartido por varias escuelas. En estas condiciones ¿Cómo podemos asegurar el distanciamiento social? En cuanto a las normas de higiene ¿Pretenden higienizar las escuelas con los $800, o menos, que el Estado entrega por mes?
Por otra parte, pensar la vuelta a clases conlleva resolver aspectos tales como el traslado de estudiantes y docentes. En nuestra provincia, cientos de compañeras y compañeros viajan a dedo para llegar a las escuelas, lo que se convirtió en una práctica mal naturalizada. En esta realidad nueva ¿Cómo harán estos compañeros para viajar? El gobierno debe trabajar urgentemente en un plan de transporte para resolver este problema.
Para ir preparando el terreno, como hizo Morales en Jujuy, el departamento de Colón publicó una resolución en la cual las escuelas comenzarían a reabrirse con guardias mínimas. Las mismas serían de, al menos, dos días a la semana durante tres horas. El propósito de las guardias será realizar tareas administrativas para los directivos y docentes y labores de higiene y limpieza para el personal de maestranza. Apoyando y reforzando la descentralización educativa, la cantidad de días dependerá de cada directivo. La medida es ridícula. Cualquier tipo de actividad administrativa bien puede hacerse desde el hogar. No hay ninguna necesidad de reabrir las escuelas para eso. Basta con que cada directivo y docente posea una computadora con Wifi y listo. Con estos elementos, las labores de higiene y limpieza son innecesarias. En conclusión, el Estado prefiere arriesgar nuestras vidas antes que invertir en tecnología.
Y la virtualidad ¿sigue?
A todo esto, cabe realizar un balance sobre la educación virtual y, sobre todo, la forma en la cual el gobierno la está llevando adelante. Se calcula que un 40% de los alumnos perdió todo tipo de lazo con sus docentes por la falta de insumos y herramientas materiales y pedagógicas. Sin embargo, el gobierno pretende hacernos creer que vamos por delante. De esta forma, la burguesía justifica una pedagogía de la miseria para los hijos de los trabajadores pauperizados. Algo que explicamos en otro lugar. El gobernador y el presidente del CGE conocen esto porque, hace un mes, le entregamos un petitorio donde describíamos las condiciones de docentes, estudiantes y familias.
Estas problemáticas asociadas a la virtualidad, deben solucionarse inmediatamente. En primer lugar, porque necesitamos recuperar a todos los que quedaron en el camino y hoy son desertores de hecho. Luego, el retorno a las escuelas de manera presencial implicará, al menos en un principio, la convivencia con la modalidad virtual. Más aún cuando el mismo gobierno reconoce que la presencialidad será optativa. Por lo tanto, el Estado no puede desligarse y debe garantizar todas las herramientas digitales y pedagógicas que necesitamos: Wifi gratis y de calidad; notebooks para docentes y alumnos; personal docente para tareas pedagógicas y técnicas asociadas a las necesidades áulicas; profesionales para cubrir los gabinetes psicopedagógicos. Solo así podremos garantizar una educación de calidad.
El futuro llegó, hace rato.
Los próximos meses nos encontrarán discutiendo sobre el futuro de la educación. Necesitamos pensar en un plan a largo plazo para volver a las escuelas. Esa planificación debe contemplar los aspectos pedagógicos y materiales necesarios para garantizar la continuidad escolar. En primer lugar, necesitamos un censo escolar de infraestructura realizado por personal idóneo. No alcanza con los muestreos realizados por los sindicatos y las agrupaciones docentes. El censo debe servir como herramienta para elaborar un plan de infraestructura que garantice el distanciamiento social. También queremos un plan de transporte para garantizar que todos los docentes puedan llegar a las escuelas. Ese transporte debe estar a cargo del Estado tal como le exige a los patrones del sector privado. Además, necesitamos computadoras para alumnos y docentes, más Wifi de calidad y gratis. Como educar no es simplemente dar tarea, necesitamos apoyo docente y psicopedagógico para acompañar a las familias y la trayectoria escolar de los alumnos. Para eso, hacen falta más docentes y conformar parejas pedagógicas para atender pequeños grupos. La vuelta estará cargada de stress y angustia, por lo que necesitamos gabinetes con personal suficiente en cada escuela. También maestras integradoras para trabajar con los alumnos con dificultades. No estamos en contra de volver a las escuelas, es lógico que en algún momento sucederá, pero antes deben estar garantizadas todas las condiciones necesarias para que volver a la escuela no redunde en una nueva Pandemia o en la simulación pedagógica.
La Corriente Nacional Docente Conti-Santoro exige:
- Censo escolar sobre infraestructura, realizado por personal idóneo.
- Plan de infraestructura escolar para acondicionar las escuelas.
- Plan de transporte para garantizar la futura asistencia de docentes y alumnos, garantizando el distanciamiento social.
- Subsidio igual a la canasta familiar real para las familias de nuestros alumnos.
- Wifi gratis y de calidad.
- Reapertura inmediata del Plan Conectar Igualdad. Cada alumno y docente debe contar con su notebook.
- Contratación de los docentes desocupados y subocupados para el desempeño en las tareas de continuidad pedagógica. Incorporación inmediata de todos los docentes desocupados dentro del circuito formal para cumplir tareas pedagógicas.
- Reapertura de la mesa con los trabajadores en lucha
- Recomposición histórica del salario. Salario inicial igual a dos canastas básicas totales.
- Bono extra, mensual y retroactivo para cubrir los gastos en insumos tecnológicos, internet de calidad y costos de los servicios utilizados.
Corriente Nacional Docente Conti-Santoro/ Minoría AGMER Colón.
29/6/2020
