Santa Fe. ¡Que se vayan todos!

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Se acercan las elecciones legislativas en todo el país, y Santa Fe no es excepción. Mientras se deterioran los salarios, aumenta la pobreza y peligra nuestra salud por el avance de la pandemia y la lenta vacunación completa, nuestra provincia se encuentra desbordada de propaganda electoral: carteles, pasacalles, afiches, volantes, spots audiovisuales y radiales en los medios de comunicación. Una liturgia que se repite cada dos años. En este circo electoral, todos, absolutamente todos, nos dicen que con nuestro voto las cosas pueden cambiar. Nada más lejos de la realidad. Ninguna de las opciones tiene alguna propuesta real a nuestros problemas.

En primer lugar, el oficialismo enmarcado en el Frente de Todos va dividido en dos listas. Por un lado, la avalada por el propio Alberto Fernández y Cristina Kirchner –como se ha visto públicamente en varias oportunidades-, denominada “Celeste y Blanca”, que lleva las figuras de Marcelo Lewandowski a primer candidato a senador nacional y a Roberto Mirabella como primer diputado nacional. Lo inaudito es que el propio gobernador, Omar Perotti, va como suplente a senador nacional. En otras palabras, ya esta pensando en ocupar un cargo en 2023, tras la imposibilidad de reelección en la provincia. Esas son sus verdaderas preocupaciones, y está claro que no son las nuestras que no hundimos en la miseria día a día. 

Por otro lado, la lista “La Santa Fe que Queremos” con el armado de Agustín Rossi como principal figura. El planteo del ex Ministro de Defensa, es que es él que verdaderamente representa el proyecto de Cristina a diferencia de Perotti que viene aplicando políticas por fuera del proyecto “nacional y popular”. Como vemos, los precandidatos del oficialismo se dan con de todo con el simple objetivo de conseguir un cargo. Forman parte de la alianza gobernante que ha agravado la situación social y económica de nuestro país. Nos hablan del “futuro que queremos”, una verdadera estafa, ya que desde que el Frente de Todos gobierna profundizó el ajuste del macrismo. El futuro que ellos quieren es la continuación de este presente de ajuste. Incluso, en el relato de la “década ganada”, han aumentado los trabajadores contratados en forma precaria y los desocupados, en un contexto favorable marcado por el alza de los commodities. La “maquinita” de imprimir billetes y subsidiar a la burguesía parasitaria, no soluciona los problemas estructurales de la Argentina.

Por otro lado, el frente Juntos por el Cambio, también va a internas. José Corral y Roy Molina encabezan el armado “Vamos Juntos”, mientras que Carolina Losada, periodista que recientemente se lanza a la política, junto con el ya tradicional dirigente radical, Mario Barletta construyeron la opción “Cambiemos con Ganas”. No hay ninguna diferencia. Las discrepancias obedecen a quien logrará encabezar el proyecto político opositor para la provincia en el 2023. Precisamente, los diversos precandidatos de Juntos por el Cambio unificaron la campaña bajo un eje común: “detengamos a Cristina y el populismo”. Una experiencia que ya la conocemos y no fue muy distinta del peronismo. El problema no es solo Cristina, sino también Macri y el conjunto de la burguesía que nos ofrece explotación y miseria.

En otro orden, el Frente Amplio Progresista, alianza que gobernó la provincia desde el 2007 a 2015, intenta recuperarse tras la pérdida del ejecutivo provincial y el fallecimiento de Miguel Lifschitz, una de las principales figuras del Partido Socialista. Si bien hay dos propuestas al interior de la coalición, una encabezada por Alonso, y otra por Gustiniani, ambos confluyen en un armado que se tilda de progresista y que pretende construir una tercera vía ante el kirchnerismo y el macrismo. Los principales ejes van desde planteos ambientalistas, pasando por cuestiones de género, hasta mayor federalismo y transparencia. Nada que realmente pueda modificar nuestras vidas. En una de las provincias con mayores riquezas producto de la renta agraria y la producción de oleaginosas, la desocupación, el déficit habitacional y la inseguridad, forman parte del escenario de una provincia en la cual gobernó el Frente Amplio Progresista, y de la cual aun tiene el control de muchísimas localidades.

Además, otras propuestas con gran revuelo mediático, son los frentes “UNITE por la Libertad y la Dignidad y Vida” y “Vida y Familia”. A pesar de ir por caminos diferentes, aspiran a revertir la interrupción voluntaria del embarazo y defender los valores de la “familia y el bien común”. Planteos reaccionarios que contribuyen a reforzar el patriarcado. Colocan la reproducción social de la vida como una cuestión de mera responsabilidad individual, en una sociedad con altos índices de desocupación y pobreza. Se lavan las manos ante los problemas estructurales de la sociedad y ante la opresión de las mujeres obreras.

En último lugar, se encuentra la izquierda. Quienes dicen defender a los trabajadores, están preocupados por cuestiones meramente superficiales sin ofrecer ninguna propuesta real para cambiar nuestras vidas. Por un lado, el maoísmo se presenta con la lista “Soberanía Popular” Lo curioso es que, mientras, el Partido Comunista Revolucionario forma parte del Frente de Todos, en la provincia de Santa Fe van con un armado diferente. Hablan de reducir la desigualdad con un gobierno nacional que cada día la profundiza más. En este escenario, apuntan a defender la “soberanía nacional” en contra de las multinacionales, impulsando diversas nacionalizaciones y un impuesto a las grandes fortunas. Nada nuevo bajo el sol: se alinean a un sector específico de la burguesía, la “nacional”, yendo con nuestros enemigos, y proponiendo más reformismo capitalista. 

Por otro lado, el trotskismo, nuevamente va separado. El Frente de Izquierda Unidad, va a internas entre dos listas: el Partido Socialista de los Trabajadores, Partido Obrero e Izquierda Socialista, y el Movimiento Socialista de los Trabajadores. Y por si faltaran más listas, el Nuevo Mas va con un armado diferente. Tres listas que en el fondo expresan lo mismo. Ante la crisis más grande de nuestro país, nos hablan de los humedales, la legalización de la marihuana, de la identidad de género, del no pago a la deuda externa y de la reforma agraria. Una izquierda que no se puede llamar revolucionaria y que hace años abandono la lucha por el Socialismo.

En definitiva, estamos en presencia de una campaña totalmente vaciada, en una Argentina que se hunde como el Titanic. Los partidos patronales y la izquierda reformista no ofrecen ninguna solución. Por eso, en estas elecciones, no solo hay que repudiar a todos votando en blanco, sino que hay que empezar a construir otro horizonte. Uno en el cual podamos trabajar menos y mejor, uno en la que nuestros ingresos superen el horizonte de pobreza de una canasta básica, una vida donde tengamos vivienda y podamos brindarles a nuestros estudiantes una educación verdaderamente científica. Esa vida es posible. Se llama socialismo y es realizable acá y ahora. Sumate a Razón y Revolución para luchar por una vida que valga la pena ser vivida. 

Razón y Revolución Santa Fe

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