Esta semana se dio a conocer el “Programa PC Docentes”, cuyo objetivo fue que la docencia accediera a una computadora o notebook. Recordemos que la medida se empezó a diseñar hace dos meses aproximadamente, es decir, dos meses después de arrancada la cuarentena y la educación a distancia. Como era de esperarse, la medida generó malestar por muchas razones. Veamos de que se trata.
Restrictivo y selectivo
El “Programa PC Docentes” consiste en un acuerdo entre el gobierno y el Banco Nación. El mismo brinda una línea de créditos para acceder a una de las 25.000 computadoras/notebooks, la cual se pagará en 36 cuotas (3 años) con una tasa de interés del 12%. Los destinatarios son todos aquellos docentes que cobren el FONID, de ambas gestiones y del nivel inicial, primario, secundario y superior no universitario. A pesar que el gobierno lo anunció como una medida progresiva e inclusiva, el plan en sí generó disgusto entre la docencia por varias razones.
En primer lugar, porque el gobierno pretende que seamos nosotros quienes financiemos nuestras propias herramientas de trabajo. Como dijimos en otras ocasiones, el teletrabajo tiene la virtud para el empleador de ahorrar costos en computadoras, servicios, etc. trasladándoselos al trabajador. Un crédito y encima con interés hace que el trabajador compre (y pague) su propia herramienta.
El espíritu de la medida no es lo único cuestionable. Los requisitos para acceder al crédito son sumamente restrictivos. Según el programa, quedan excluidos todos los que estén de licencia por enfermedad, largo tratamiento, mayor jerarquía y/o cualquier otra justificación que implique la no prestación de servicio al momento de solicitar el préstamo. En síntesis, si tenés licencia por alguna enfermedad o pudiste ascender a un cargo de mayor jerarquía, estás afuera del plan ¡Como si los directivos no necesitaran computadoras para organizar las escuelas! Además, tampoco podrán acceder aquellos cuyo salario promedio durante los últimos tres meses (bajo cualquier concepto) fue igual o superior a cuatro salarios mínimos, vitales y móviles (SMVM). Recordemos que el SMVM es de $16.875. Con lo cual, si ganás $67.500 (el costo de una canasta de pobreza según ATE/INDEC hacia inicios de mayo), no podés solicitar el préstamo.
Los montos son tres: $50.000, $75.000 y $100.000 con una tasa del 12%. El monto asignado dependerá de los ingresos del solicitante, siendo que sólo se puede afectar hasta el 30% de los mismos. Según el gobierno, quienes pretendan acceder a la cuota máxima pagarán cuotas de $3.435 promedio, mientras los que accedan a la cuota más baja, pagarían alrededor de $1.717 por mes. El total del préstamo también es una vergüenza. Hoy día, una computadora de calidad se encuentra por encima de los $100.000. De hecho, la única notebook a la cual se podía acceder con $50.000, es sumamente lenta para todas las tareas que debemos llevar adelante: clases virtuales, planificaciones, materiales audiovisuales, etc.
A todas estas restricciones se le sumó una más: el stock. Para esta primera etapa, el gobierno dispuso de sólo 25.000 computadoras. Recordemos que en el sistema se desempeñan cerca de un millón de docentes y que en la mayoría de las provincias aún con máxima antigüedad los valores del salario habilitarían a ingresar para solicitar el préstamo. Por lo tanto, el programa ni siquiera llegó a cubrir significativamente la demanda del sistema formal. El resultado: el stock se agotó el mismo día en que se lanzó el crédito.
Por una educación de calidad
La bronca de la docencia se expresó en todas partes. Primero porque la medida en sí es insólita ya que los trabajadores tenemos que pagar nuestras herramientas de trabajo. No solo eso, sino que nos obliga a endeudarnos durante 3 años, lo cual nos deja otra lección: lo atrasado que se encuentra el salario en relación con el costo de vida. En medio de la crisis que atravesamos, muchos compañeros son los únicos sostenes del hogar. Con lo cual, sumar un gasto más durante tres años es sumamente difícil para la economía doméstica. Ya ni hablemos de que ni siquiera nos ofrecen certezas a la hora de pagar el aguinaldo y deciden hacerlo en cuotas. Con un nuevo 2001 en ciernes, el docente promedio pensará varias veces antes de acceder a ese préstamo, aunque necesitara cambiar su equipo.
Recordemos que, para colmo, el gobierno y los sindicatos nacionales acaban de sellar una paritaria nacional que congeló el salario y ofreció $210 en concepto de material didáctico. Un valor que no cubre ni por asomo las cuotas de las distintas PCs, ni siquiera una parte sustantiva. En ese cuadro, forzados por la situación, los sindicatos tuvieron que salir a rechazar el plan, cuando fueron quienes acordaron hace años estos salarios de miseria y son tan cómplices del derrumbe salarial como el gobierno mismo.
Los docentes debemos replantearnos una serie de cuestiones. En primer lugar, el contenido de las paritarias. En más de una ocasión dijimos que el salario docente debía contemplar gastos propios de nuestra labor. Con la pandemia y la educación a distancia, quedó claro que la mayoría de nosotros carece de insumos básicos en materia tecnológica. No sólo eso, sino que también carecíamos de conocimientos aplicados a la materia, lo cual demostró las mentiras de todos los programas de educación tecnológica que se desarrollan hace décadas. Por eso, es hora de luchar por todas estas reivindicaciones. El salario docente debe incluir gastos en insumos tecnológicos, capacitaciones y wifi. El problema no es solamente instrumental. Necesitamos docentes trabajando en capacitaciones técnicas y asesoramiento de todos aquellos docentes y alumnos que lo necesitan.
El gobierno demuestra que no le interesa en lo más mínimo la educación. Por eso, lanza medidas de este tipo. En este “sálvese quien pueda”, las diferencias entre aquellos que poseen todos los insumos técnicos e intelectuales para continuar con la educación a distancia con quienes no, se agranda cada día más. Los docentes debemos luchar en conjunto con las familias por una educación de calidad que incluya todas las reivindicaciones de ambas partes.
La Corriente Nacional Docente Conti-Santoro exige:
- Bono extra mensual y retroactivo por los gastos en sostener la educación a distancia
- Incorporación inmediata de todos los docentes desocupados dentro del circuito formal para cumplir labores pedagógicas
- No al congelamiento salarial.
Corriente Nacional Docente Conti-Santoro