El ataque kirchneromacrista

en Goyo Flores/Novedades

La devaluación del peso produjo, como toda devaluación, una depreciación de nuestros salarios. Esto se suma a la caída que venimos sufriendo con las paritarias firmadas por debajo de la inflación. Frente a esto, algunos han reaccionado de diferentes formas. ATE Capital ha presentado un pedido de reapertura de paritarias y realizaron una movilización sin avisarle a nadie, no vaya a ser que vaya alguien y tengan que ponerse a luchar seriamente contra el ajuste. Los kirchneristas llaman explícitamente a “garantizar el orden”, o sea, a bancarnos el ajuste calladitos para que ningún estallido arruine sus planes electorales. Por su parte el PTS ha salido a exigir a la CGT y a la CTA que convoquen a un paro nacional, porque parece que los trabajadores no podemos movernos sin la tutela de la burocracia. Hace falta movilizarse, pero no contra los fantasmagóricos “mercados” o contra Macri exclusivamente, porque eso supone pedir la asunción de Fernández que viene a seguir el ajuste.

La “izquierda” del kirchnerismo, donde se ubicarían organizaciones sindicales como ATE, pretende instalar una explicación que exculpe a Fernández de lo que está pasando. Y gran parte de la izquierda la compra. Se supone que estamos frente a un golpe de mercado que Macri permite para “castigar” al “pueblo” por su voto. Pero esto es falso. Por un lado, la devaluación es parte del programa económico de Fernández. Lo viene anunciando hace rato y tanto él como sus economistas lo ratificaron. A tal punto es así que Fernández no solo no rechazó la devaluación, sino que criticó a Macri por usar reservas para frenar una mayor caída del peso. Es decir: quiere una devaluación aún mayor. No es de extrañar, Alberto pretende que sea Macri el que haga el trabajo sucio. Si Alberto tuviera algo diferente para ofrecer, reclamaría un adelanto de las elecciones para asumir y evitar mayores penurias para los trabajadores. Pero nada de eso está sucediendo. Por el contrario, Fernández y sus economistas alientan la devaluación que implica mayor carestía para los obreros.

La razón de que suframos devaluaciones constantes y depreciaciones salariales sistemáticas no hay que buscarla en “los mercados”, en el capital financiero ni en ningún plan maquiavélico. El problema es la dinámica propia del capitalismo argentino. Hace años que la economía argentina está estancada y que se mantiene estable a duras penas. La única solución capitalista a esa situación es una mega-devaluación que licúe nuestros salarios. Cristina pospuso el estallido manteniendo el dólar bajo, a fuerza de liquidar reservas y apelando al cepo. Esa solución llegó a un límite y vino Macri, que pospuso el estallido gracias al endeudamiento externo primero, y luego gracias al combo Leliq-FMI, con tasas por las nubes y venta de reservas prestadas por el Fondo. El dólar seguía atrasado. ¿Para qué mantener el dólar bajo? Para evitar una disparada inflacionaria mayor que deprecie aún más los salarios, a ver si ganaban las elecciones. Pero tarde o temprano, con Macri o con Fernández, se iba a venir la mega-devaluación. Por eso Alberto dijo hace dos semanas que el dólar estaba “atrasado”, y por eso ahora su equipo económico deja trascender que “no les importa que el tipo de cambio corrija un poco su valor”. Por eso Fernández anuncia que va a poner todo de sí para sostener a Macri hasta diciembre: si él hace el ajuste mejor, Alberto asumirá con todo dado para arrancar la “reactivación” sobre la base de nuestros salarios licuados, igual que Lavagna en 2002. Macri y Fernández son responsables de esta devaluación. Es para lo único que da la economía argentina: despegue capitalista a costa de salarios ultra-devaluados. Exculpar a Fernández de la mega devaluación, como hace el kirchnerismo de ATE y buena parte de las corrientes de izquierda, es no prepararse para lo que se viene: más devaluación (si no la hace Macri la hará Fernández) y salarios congelados vía Pacto Social como prometió Cristina, porque “estamos en crisis” y, ya se sabe, “hay que pasar el invierno”.

El conjunto de la dirigencia sindical es responsable por haber llamado a los trabajadores a ilusionarse con quien ya estaba anunciando la profundización del ajuste. No podemos esperar nada de ellos. Si hicieron la plancha en cuatro años de un gobierno al que decían oponerse, qué puede esperarse de uno que apoyan. La única chance que tenemos es organizarnos de forma independiente, en una asamblea nacional de trabajadores ocupados y desocupados que debata una salida a la crisis.

Corriente clasista Goyo Flores – Corriente Sindical de Razón y Revolución

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