Día del médico: elegir la vida, ante el fallecimiento del Dr. Hakim

Un médico prestigioso, jefe del servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Ramos Mejía, elegido presidente de SOGIBA, la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Buenos Aires, hace una semana, con un consultorio privado para complementar sus ingresos, muere un año antes de cumplir los 60, en la calle, marchando por salarios en el marco de una protesta contra el atraso salarial que se consolida en el pacto del gobierno y los sindicatos, hoy, 3 de diciembre. Precisamente cuando se conmemora el día del médico, del año 2020. Puede parecer un guion cinematográfico demasiado recargado de simbolismo o, contrariamente, un reflejo demasiado realista de la situación de los trabajadores de salud en un año en que fuimos reclamados como esenciales, y retribuidos como prescindibles. La muerte de Alejandro Hakim en el día de hoy no es metáfora, es un hecho lamentable que se suma a los centenares de compañeros fallecidos luchando contra la pandemia y la miseria. A la amenaza del virus, la tensión por la supervivencia ante la enfermedad, se le agrega la tensión por la supervivencia ante la miseria, en la ciudad de Buenos Aires y en todas partes, en los que los salarios todavía inferiores. Y el corazón del compañero sucumbió. Todos los trabajadores de salud tenemos que unirnos sin distinciones profesionales, de formas de contratación, ni geográficas, para romper el acuerdo de los gobiernos, los patrones y la burocracia sindical. Su plan es simple: una salud privada más pequeña pero rentable (lo que significa despidos) y una salud pública que ataje parte de lo que se cae de las coberturas de manera miserable (lo que significa mala atención, salarios a la baja y trabajadores desbordados) Mejorar nuestra situación laboral y salarial nos obliga rechazar el plan de los capitalistas, sus políticos y gremialistas, reclamar un sistema de salud unificado y racional, con trabajadores descansados y bien pagos, para brindar una buena atención a los trabajadores. Se trata de sus negocios o de nuestra vida. Hay que elegir, y los trabajadores de salud tenemos que elegir la vida