Ajuste con lenguaje inclusivo. Precarización y congelamiento salarial en el Plan ENIA

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El Plan de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (ENIA) se lanzó en 2017 y se financia a través del Programa Nacional de las Naciones Unidas (PNUD). Su objetivo general es reducir la tasa de embarazos no intencionales en la adolescencia. Para tal fin se articula el trabajo de los Ministerios de Educación, Desarrollo Social y Salud a partir de los programas ESI, Salud Sexual y Reproductiva, Programa Nacional de Salud Integral Adolescente y la Secretaría Nacional de la Niñez, Adolescencia y Familia. El Plan ENIA se implementa en 36 departamentos, 1699 escuelas y 1430 centros de salud de las provincias de Buenos Aires, Catamarca, Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, La Rioja, Misiones, Salta, Santiago del Estero y Tucumán.

El principal problema que tenemos los 926 trabajadores del Plan ENIA es el empleo precario, algo que resulta la norma ya que el Estado es el principal empleador en negro de la Argentina. Quienes trabajamos en el programa, somos contratados sin relación de dependencia, de forma anual, siendo monotributistas. Esta forma contractual implica que se nieguen de una serie de derechos laborales básicos: aguinaldo, paritarias, cláusula gatillo, antigüedad, aportes patronales, convenio colectivo de trabajo, régimen de licencia, entre otros. Vale decir que los trabajadores territoriales del plan (médicos, enfermeros, psicólogos, docentes, etc.) perciben tan sólo $23.000 de salario, menos de la mitad de lo que cuesta hoy la canasta de pobreza que mide el INDEC. Además, esto tampoco reconoce las negociaciones salariales de cada fracción de trabajadores. Un ejemplo claro lo constituyen los 185 docentes empleados en ESI que cobran un salario de bolsillo inferior al mínimo salarial por cargo testigo, a pesar de trabajar más horas y de ejercer tareas pedagógicas. Lo mismo vale para los 570 agentes de salud y los agentes de SENAF.

El hecho de no contar con paritarias resulta doblemente grave porque el salario de pobreza se mantiene congelado mientras la inflación avanza a paso sostenido. En este marco, a fines de junio del 2020 llegó el momento de la renovación contractual y ésta vino con un aumento del 30% para los agentes territoriales de cada dispositivo. En línea con las paritarias de miseria que se firmaron en todo el país, el aumento aún mantiene a los salarios bajo la línea de pobreza y ni siquiera recompone la inflación de 2019/2020. Como si fuese poco, la semana pasada, la coordinación central del Plan decidió dar marcha atrás con el incremento convocando, sin explicación mediante, a sus agentes territoriales a firmar nuevos contratos, con salarios congelados. Un capítulo más en el ajuste que está descargando el gobierno de los Fernández contra la clase obrera.

Recordemos que este plan se lanzó con Macri y continuó con la gestión de los Fernández de la misma manera, sin cambios sustantivos. Aún peor, el gobierno de Alberto, que supuestamente llegaba a impulsar la ESI en todas las escuelas, garantizar el aborto legal, seguro y gratuito y reforzar la política de salud para las mujeres, es el que continúa con la precarización laboral y avanza congelando los salarios de un millar de trabajadores de la salud, educación y técnicos sociales. Esto justamente en un plan que, mal que mal, aborda de manera integral una problemática real y que afecta fuertemente a las mujeres. Tengamos en cuenta que en Argentina el 15% de los nacimientos corresponden a “madres” adolescentes de entre 10 y 19 años y que al menos en el 70% de los casos se trata de embarazos no intencionales. Esta problemática pone sobre la mesa una serie de problemas: el escaso acceso a la Interrupción Legal del Embarazo, la violencia contra las mujeres, los mandatos que impone el patriarcado sobre las mujeres, entre otros. Problemas que inciden con fuerza en el NEA, NOA y Buenos Aires, como quedó demostrado durante la cuarentena con la proliferación de femicidios. Para colmo, el lugar desde donde se intenta avanzar en este ajuste es el “recuperado” Ministerio de Salud. Todo un indicio de que Alberto no es más que macrismo con lenguaje inclusivo.

No al ajuste de los Fernández

Basta de ajuste y despidos.Por el pase a planta permanente de todo el personal precarizado

Por una recomposición salarial

Por una ESI laica, científica, feminista y abolicionista

Razón y Revolución

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