AGD: Basta de distraccionismo estéril. Por una lucha real contra el ajuste

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Los estatales, en especial docencia y ciencia y técnica soportamos un tremendo ajuste que el gobierno descarga sobre nosotros: desconocimiento de cláusula gatillo, congelamiento salarial, postergación de paritarias. La dirección de AGD no estuvo a la altura de las circunstancias, en el primer cuatrimestre solo hubo un día de paro virtual y una segunda jornada de lucha aislada llegó cuando la mayoría de las facultades ya habían terminado las clases. El reclamo salarial ni siquiera ha sido instalado con fuerza.

El viernes pasado los investigadores autoconvocados de CONICET por segunda vez lograron hacer oír su reclamo salarial en todos los medios. De Clarín a los principales diarios provinciales, todos dieron espacio a su convocatoria. Pero, ¿quién conoce el reclamo salarial de los docentes de la UBA? Nadie. Porque nada se ha hecho para instalarlo. En vez de dar la batalla principal: aquella que nos convoca a reclamar por aumento salarial, renta para los ad honorem y titularización de los interinos, se ha desperdiciado el primer cuatrimestre en una batalla quijotesca contra la virtualización supuestamente forzosa de la enseñanza.

En Sociales bajo el escudo de la “opcionalidad” numerosas materias no se han dictado. En Filo se ha organizado un paro cuyos reclamos apuntan directamente contra los derechos estudiantiles. De tal modo no se hace huelga para reclamar mejores condiciones para los exámenes virtuales, sino que se hace huelga para prohibir la inscripción a exámenes de la mayoría estudiantil.

Después de que el Secretario de AGD Sociales, Santiago Gándara, criticara una proclama de estudiantes en defensa de su derecho a exámenes se publicó ayer un nuevo documento de AGD Sociales que insiste en la errada tesitura hasta ahora levantada, con eje en la optatividad de la cursada virtual para el docente y la excepcionalidad de los exámenes finales (solo para aquellos estudiantes que estuvieran por recibirse). Dicho documento demuestra una vez más las palabras vacías y las volteretas retóricas de Santiago Gándara y el conjunto de la dirección de AGD.

En su posteo Gándara llamaba a una alianza entre trabajadores (docentes- estudiantes), pero qué alianza puede sostenerse sobre el sacrificio permanente de los intereses de una de estas partes. Gándara hablaba de que no todos los estudiantes pueden rendir finales en el contexto actual –olvidando que eso mismo ya ocurría cada año-, y con esa excusa quiere dejar a la mayoría sin siquiera la más remota posibilidad de hacerlo. Además, hay que agregar que muchos estudiantes con dificultades para sostener toda una cursada virtual puede preparar un final de una materia ya cursada y rendirlo conectándose solo una vez. No hay motivo para amputarles esa posibilidad a los estudiantes.

Docentes de otras universidades fueron a la huelga en demanda de medidas concretas y varios han conseguido algo. La dirección de AGD, en cambio, tiene las manos vacías. Esta dirección cobarde que duda en la posibilidad de conseguir una victoria real frente al kirchnerismo optó por una estrategia distraccionista. Sabiendo que es más fácil que el gobierno nos deje pasar el año sin dar clases o tomar exámenes a que aumente salarios o rente ad honorem, optó por el camino de menor resistencia y embarcó al gremio en una lucha estéril por la conformación de un comité de crisis y el rechazo a la virtualización de la educación.

Lo dijimos el primer día, los docentes no podemos reclamar el cobro de un salario sin trabajar (eso es lo que se hace con el argumento de la optatividad) y los docentes no podemos romper la alianza histórica con los estudiantes (eso se hace al pedir que lo finales sean excepcionales –como en Filo o Sociales- o que directamente no haya –como en el CBC-). Si se quiere defender esa alianza hay que salir a luchar por equipos y conectividad para estudiantes y docentes como se hizo en otras universidades. Pero, por sobre todo, no podemos dejar que nuestro salario siga cayendo mientras nos regocijamos en que logramos no tomarle examen a jóvenes obreros que necesitan avanzar en sus carreras.

En vez de distraerse en intentar dictaminar a qué estudiante se le toma examen y cuál no –rompiendo una alianza histórica- la AGD debiera salir a enfrentar el tremendo ajuste que el gobierno ha descargado sobre nosotros.

-Basta de distraccionismo

-Por un plan de lucha real en pos de la recomposición salarial

-La precarización en la UBA es anterior al COVID, se la combate consiguiendo el cumplimiento del convenio y la renta a los ad honorem, no levantando mesas de examen

Razón y Revolución Ciencia y Técnica

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