Por Ezequiel Flores
Desde el mes de febrero, la docencia de Misiones se encuentra en pie de lucha, desarrollando piquetes y acampes, y organizándose en asambleas locales y provinciales. Dos temas coparon los debates: paritaria y grilla salarial, por un lado, y la presencialidad en pandemia, junto al problema de los protocolos, condiciones sanitarias, vacunación de la población, por el otro. En esta nota queremos repasar los debates sobre el principal problema político hoy: la presencialidad y, junto a ella, la cuestión pedagógica. Veamos.
El gobierno: entre el crimen social y el genocidio educativo
Fiel a los Fernández, el gobierno de la Renovación impulsó la presencialidad escolar asegurando que tenía todo resuelto para iniciarla. A principios de febrero, el titular de la cartera educativa, Miguel Sedoff, afirmó que el 90 % de las escuelas se encontraba en condiciones y que el Estado provincial invertiría 800 millones de pesos en los arreglos de infraestructura que fueran necesarios. Como advertirá el lector, las dos ideas son contradictorias entre sí: si estuvieran en condiciones no haría falta inversión en infraestructura. Un mes después, a pesar de haber tenido que aplazar una semana el inicio porque las obras de reparación no habían finalizado para el 1 de marzo, Sedoff recurrió a las técnicas de autoayuda: «tenemos que ser optimistas, la escuela no es un lugar de contagios y no debemos pensar que por abrirlas haya una explosión de casos…»(07/03/2021). El discurso del gobierno se centró en la infraestructura como clave para garantizar protocolos de bioseguridad. En esto también se centró la mirada de buena parte de la dirigencia sindical opositora dejando de lado un “pequeño detalle”: la circulación poblacional como medio para la propagación de la enfermedad. Como explicamos en su momento, discutir las condiciones para la presencialidad cuidada nos situaba en el terreno del gobierno. Podemos decir que el gobierno le marcó la agenda con éxito a parte de la dirigencia opositora acerca de lo que había que discutir: condiciones de higiene y seguridad en las escuelas.
En contraste, nuestra intervención se centró en explicar que la primera condición para el desarrollo de las clases presenciales es la vacunación de la población y que, mientras se desarrollara ese proceso de inmunización, la educación debía continuar de forma virtual. Avanzando como pelotón aislado, demostramos que la presencialidad produjo el aumento de los contagios y que, contrariamente a lo que dice el gobernador Herrera Ahuad, la provincia avanza muy lentamente con la vacunación. Al día 12/4/21, Misiones aplicó 112.787 dosis, representando el 63 % de las vacunas recibidas en total (177.150), o sea que aún faltan suministrar 64.363 dosis del stock actual. De las dosis aplicadas, el 88,21 % corresponde a primeras dosis –(99.500), mientras que el restante 11,79 % corresponde a segundas dosis (13.287). Esto quiere decir que solamente el 1 % de los misioneros completó su inmunización, mientras que el 7,7 % cuenta con la inmunización parcial que brinda la primera dosis de la vacuna. De hecho, a los primeros días de abril, entre el personal estratégico (docentes y fuerzas de seguridad) se aplicaron 15.140 primeras dosis y sólo 980 segundas dosis. Sumemos esto al hecho, ya anunciado por el gobierno, de que la aplicación de las segundas dosis restantes se realizará dentro de cuatro meses. Recordemos que en esas semanas están siendo citados cerca de 4.000 docentes siguiendo este patrón: nivel superior (en orden descendente hasta 41 años aprox.); nivel primario, especial, hospitalario, dirección y gestión, maestranzas y de servicio no incluido en inmunizacioines anteriores (en orden descendente hasta 38 años aprox.) y mayores de 60 no incluidos anteriormente. Empezando por los docentes con factores de riesgo, estamos aún lejos de la vacunación masiva. Claramente, la consigna «Vacunación masiva ¡YA!» no perdió vigencia y es cada vez más urgente.
Las luchas que no se dan tienen consecuencias
Por eso, al no contar con una oposición contundente a la presencialidad, el gobierno avanzó reglamentando el desarrollo del ciclo lectivo. Lo hizo a través de la Resolución Nº026 MECyT y 350-MSP que estableció la adhesión a las resoluciones Nº 386/21 y Nº387/21 del CFE y aprobó los “Lineamientos para el desarrollo presencial del Ciclo Lectivo 2021, Educación Obligatoria de Misiones”. La resolución concibe tres modelos de organización del trabajo escolar (MOTE): presencial, virtual y combinada. A su vez, atiende tres dimensiones: institucional, pedagógica y didáctica.
La primera de ellas, la institucional, básicamente establece que durante el período de prueba definido por el calendario 2021, cada escuela deberá garantizar que todos los estudiantes cumplan el 50% de su carga horaria total en formato presencial y resguardar la alternancia entre presencialidad y virtualidad en una semana, con el objetivo de preservar el ciclo epidemiológico si se produjera algún contacto estrecho con un caso positivo. La dimensión pedagógica define que el tiempo escolar, en tanto carga total de trabajo, para el presente ciclo lectivo ses de 810 horas-reloj; tiempo que puede cumplirse de forma presencial y no presencial. Si fuera necesaria una intensificación de aprendizajes, se debe realizar en los Centros de Apoyo Pedagógico u otras organizaciones comunitarias afines por fuera del horario asignado a las tareas pedagógicas antes mencionadas. Así, la escuela no se hace cargo de la unificación de los ciclos escolares 2020 y 2021, y construye un circuito paralelo al escolar para resolver ese déficit.
La Resolución retoma también elementos de la reforma educativa, sobre todo en la flexibilización curricular, incorporando la planificación anual por áreas o de un conjunto de docentes en formatos curriculares integrados. En cuanto a la dimensión didáctica, la escuela básicamente priorizará la recomposición del vínculo socioemocional entre docentes y estudiantes, el desarrollo de contenidos esenciales y la orientación del trabajo no presencial. Para el nivel secundario, el trabajo presencial prioriza los espacios curriculares de matemática, lengua, ciencias naturales y ciencias sociales recortando lo “no prioritario” (educación física y artística), siendo el docente apenas un guía.
Respecto al trabajo no presencial, la Resolución establece que se adaptará a las condiciones materiales reales de los estudiantes, y su relevancia en relación al trabajo presencial y las apoyaturas comunitarias escolares y extraescolares. Esto quiere decir, en resumidas cuentas, que el Estado no destinará mayores recursos materiales tecnológicos (computadoras, internet de calidad) ni salariales (más docentes, más personal técnico y psicopedagógico) para que los estudiantes puedan concretar ese trabajo no presencial. Un año más, la virtualidad quedará librada a los recursos de cada quien. Por eso, y reconociendo el grave déficit en conectividad de la provincia, la Resolución descarta como condición necesaria las actividades sincrónicas. El pretexto: que no se habría logrado durante el 2020 que las videollamadas repercutieran en el aprendizaje. En realidad, más que una evaluación pedagógica, se trata de un problema técnico en tanto el mismo Ministerio reconoció que el medio más utilizado para el intercambio en 2020 fue el WhatsApp. Esto prueba que se ha dejado librado al docente tanto la posibilidad de establecer el intercambio a distancia con sus alumnos como la posibilidad de defender los límites de su horario laboral.
Así, un escenario se impone para este 2021: la flexibilización, el recorte curricular y los efectos de la multiplicación de enfermedad y contagios gracias a la presencialidad. Claramente la presencialidad no resolverá los problemas que se agudizaron con la pandemia sino que los ha empeorado. En este contexto, resulta pertinente analizar lo que se discutió hasta el momento en la asamblea de docentes en lucha, ya que se supone que es ahí donde puede erigirse algún plan de lucha.
Los vaivenes de la asamblea
El debate acerca de la presencialidad estuvo presente desde febrero. En la primera asamblea provincial realizada en Dos de Mayo, a sólo 10 días de la presentación del personal a las escuelas, la discusión sobre la presencialidad no aparecía en el temario de la asamblea. Fuimos nosotros los que lo mocionamos e insistimos para que se discutiera. En esa oportunidad, la discusión se incorporó como último punto del temario. En nuestra intervención explicamos que volver a las clases presenciales en pandemia sólo iba a repercutir en un aumento en los contagios, por lo tanto teníamos que rechazar la presencialidad y exigir los recursos para garantizar la educación virtual. Sin embargo, se impuso por mayoría la moción de orden planteada por ATE, MPL y UDNAM, quienes pidieron pasar la discusión a un cuarto intermedio y retomarla en la siguiente asamblea, que se realizaría en Eldorado el día 19/02, tres días antes de la presentación en las escuelas. La dilación estaba atada a una posición política. En las interlocuciones de algunos dirigentes de Docentes Autoconvocados y de CTA-A, se podía advertir la posición predominante en el clima ambiente: queremos volver… pero a discutir las condiciones de la presencialidad.
Precisamente, esa fue la posición predominante en la asamblea de Eldorado. Quizás la organización que mejor lo expresó fue UTEM-CTAA, que propuso presentarse a las escuelas el 22/02 para reencontrarse con los colegas y convocarlos a la lucha. Un referente de Autoconvocados propuso, también, relevar las condiciones en las que se encontraban las escuelas para evidenciar la falta de soluciones, por parte del gobierno, de los problemas de infraestructura. Así, rápidamente el eje se situó en dos cuestiones menores: la una, el reencuentro con los colegas; la otra, discutir las condiciones de la presencialidad. Nosotros, en minoría, planteamos nuevamente el rechazo a la presencialidad por considerarlo un acto criminal y señalamos que el gobierno no iba a solucionar un problema histórico, como es el de infraestructura, con arreglos menores en un porcentaje ínfimo de las escuelas. Finalmente, la asamblea concluyó en declararse en estado de asamblea permanente y relevar las condiciones en las que se encontraban las escuelas convocando a Paros los días 25 de febrero, 2 y 3 de marzo, con una nueva asamblea provincial a realizarse en Alem, una semana antes del inicio oficial del ciclo escolar. En el medio, esa misma semana de presentación del personal educativo, nosotros comenzamos a relevar los casos de COVID entre trabajadores que regresaban a la presencialidad.
En la Asamblea de Alem planteamos, una vez más, que uno de los reclamos centrales era el no inicio, junto a la exigencia de vacunación masiva para toda la población. Hubo quienes limitaron el sentido del no inicio a la cuestión salarial, por lo que sí hubo acuerdo. No ocurrió lo mismo en relación al ítem de la vacunación. UDNAM sostuvo que había que pedir vacunación para todos los trabajadores de la educación, una posición claramente corporativa que dejaba afuera a nuestros estudiantes y a sus familias (también a las nuestras), es decir, que dejaba afuera al resto de la clase obrera. UTEM-CTAA también intervino y señaló, junto a un grupo de docentes independientes de Posadas y Jardín América, que lo que había que exigirle al Estado era la disponibilidad de la vacuna y que cada quién, luego, decidiera si quería hacer uso o no de ella. Esta última es una posición liberal y antivacunas que ignora el hecho de que estamos frente a un problema comunitario que requiere una respuesta de magnitud comunitaria. Nosotros no conciliamos con esas posiciones e insistimos en que se votara: la asamblea como espacio colectivo debía manifestarse sobre uno de los problemas políticos centrales de la etapa. Nuevamente, por moción del MPL, primó la moción de pasar a un cuarto intermedio.
No fue sino hasta la asamblea que se realizó en Oberá donde logramos incorporar la mitad del reclamo a las resoluciones de la asamblea: exigir la vacunación masiva contra el COVID para toda la población y testeos masivos para los trabajadores de la educación. Si bien no se planteó allí un posicionamiento claro en rechazo a la presencialidad en pandemia, consideramos que se dio un paso adelante, superando el corporativismo y el liberalismo, al incluir una consigna que defiende la vida del conjunto de la clase obrera. En la asamblea siguiente, que se realizó en San José, habida cuenta de la explosión de contagios producto del retorno a la presencialidad, planteamos la suspensión de la misma hasta que se inmunizara a la población y la exigencia al Estado de todos los recursos para garantizar la virtualidad.
Prioridades en la lucha
Salta a la vista que, además de aumentar los contagios de COVID, la presencialidad no salvará lo que se perdió en términos educativos en 2020. Peor aún: flexibilizar y recortar más el contenido curricular sólo profundizará la crisis educativa que, por cierto, es previa a la pandemia. Si a eso sumamos los vaivenes propios del aumento de casos de contagios en las escuelas, el cierre temporal de cursos y escuelas, para retornar en el corto plazo y sumar nuevos contagios, la falta de planificación y de entrega de equipos, la resistencia estatal a liberar la conectividad y a contratar mayor personal docente en 2021, el resultado será un genocidio educativo de proporciones mayores al que sufrimos el año pasado. Para detenerlo tenemos que luchar, primero, por preservar nuestra vida exigiendo la vacunación masiva de la población, reclamar la suspensión de las clases presenciales y exigir que el Estado garantice todo lo necesario para la educación virtual. La asamblea debería luchar por aquello que votó: la vacunación masiva de la población. Y completar ese pliego defendiendo la suspensión de clases presenciales. Si nosotros no lo hacemos, el gobierno avanzará. Ya estamos viendo cómo el gobierno propone no inmunizarnos de forma completa y suprimir las dispensas. A eso se suma la campaña por ocultar los contagios. No pueden explicar cómo, en la provincia, la tasa de contagios de niños y niñas de entre 3 y 13 años subió 250 %, si comparamos el porcentaje de contagios entre el 9 de abril y previo al inicio del ciclo escolar. No es momento de dudas, hay que organizar a las compañeras y compañeros. Por eso decimos:
¡Vacunación masiva ya! Firmá nuestro petitorio: https://bit.ly/3910jF1
¡Nuestras vidas primero! Firmá el petitorio para exigir la suspensión de las clases presenciales en pandemia y el restablecimiento de la virtualidad con todas las condiciones garantizadas: http://bit.ly/3kD2Rhc
• Colaborá con el relevamiento de casos a nivel nacional completando el formulario de reportes de casos: http://bit.ly/3b6bnCm