Las medidas del gobierno ante la emergencia sanitaria pronto demostraron ser absolutamente contradictorias. Prueba absoluta de que estamos ante un conjunto de irresponsables, que expresan la incapacidad de la burguesía para resolver el problema. Por un lado, llaman a parar las clases, mientras los docentes y auxiliares están obligados a concurrir a los colegios. Por el otro, llaman a no salir de casa. Pero la mayoría de los trabajadores debe seguir yendo a trabajar, dado que las patronales les niegan las licencias. Solo quedan en cuarentena la población de riesgo. Pero sus familiares no. Si aquellos en blanco y bajo convenio siguen exponiéndose al contagio en estos quince días, no hablemos entonces de los trabajadores en negro, precarizados, monotributistas, que no tienen ningún tipo de compensación ni licencia para cubrirse.
Pero además, como si se tratara de un chiste de mal gusto, en el día de hoy, el gobierno anunció que con la misma cantidad de transportes metropolitanos, implementarán algunas medidas de control: solo se podrá viajar sentado. Cómo van a llegar los trabajadores a sus trabajos en horario –porque eso es lo que la patronal va a seguir exigiendo- es una incógnita. Para colmo, ya el pasado lunes, el FF.CC. Roca funcionó con cronograma de domingos por un problema en el techo de la Estación Constitución. El resultado: trenes estallados. Como se ve, la medida más lógica y racional, decretar un régimen de licencias a los trabajadores, no está en la agenda del gobierno. Claro, eso afecta un punto central del sistema capitalista: la ganancia. Este sistema social que prioriza que las ganancias no caigan antes que nuestra salud y nuestra vida.
Pero eso no es todo. Porque Alberto agregó hoy un “pedido” a los sindicatos para que sugieran a las empresas que otorguen licencias. O sea, se lavó de manos. A nadie se le escapa que Alberto dispone de las herramientas para decretar algo semejante. En su lugar, patea la pelota para que nadie resuelva nada. Primero, porque no todos los sindicatos tienen el mismo poder de negociación. Pero además, porque la burocracia sindical no es menos: mientras los trabajadores concurren al trabajo, ellos se limitan a hacer la plancha y, como mucho, solicitar licencias para población en riesgo. El colmo del asunto lo mostró recientemente la UOM de Avellaneda. En un comunicado repudiable, anunció que cerrará la seccional por quince días y atenderá por Facebook. ¿Algún reclamo, algún llamado a paro, algo para cubrir a los trabajadores que concurren a trabajar? Nada. La burocracia se queda en casa, mientras los trabajadores se exponen.
El reclamo en los lugares de trabajo
En las fábricas, donde el homeoffice no es una opción, el asunto está planteado. Varios trabajadores se preocupan por las condiciones en las que concurren a trabajar y comienzan a cuestionar a la patronal en ese sentido. Mientras tanto, las patronales no tomaron ningún recaudo con los compañeros que volvían de las vacaciones. Algunas denuncias de trabajadores así lo demuestran. En Pepsico Mar del Plata, un compañero recién llegado de Estados Unidos tuvo que concurrir a trabajar la semana pasada, incluso cuando la disposición gubernamental que clasificaba a dicho país en la zona de riesgo, ya estaba planteada. Trabajadores en Unilever Tortuguitas comentaron que también hubo rumores sobre casos semejantes, sobre los cuales, la patronal no brindó ningún tipo de aclaración. Siderca –del grupo Techint- tampoco activó protocolos de seguridad a tiempo. Ni hablemos de la falta de instrumentos de higiene: las patronales recién ahora toman algunas medidas –insuficientes-, cuando ya pasaron varios días. Mientras tanto, nos encontramos ante baños sucios sin jabón o alcohol en gel. Y pensemos que en los casos mencionados estamos hablando de grandes capitales. No pensemos siquiera en la situación de los trabajadores de las pymes, que sabemos, ajustan dramáticamente en este rubro. De este modo, los controles se vuelven insuficientes y la salud de los trabajadores está en riesgo en los lugares de trabajo.
Pero también los trabajadores comienzan a reclamar activamente. Se registran reclamos en hospitales: hoy en el Hospital Houssay (Vicente López) y mañana en el Durand. Los compañeros reclaman el abastecimiento de material para trabajar con las condiciones de seguridad plenamente garantizadas, reconocimiento salarial y contratar más personal. Claro que en los hospitales públicos, el reclamo choca con los planes del Estado. Por caso, Larreta pretende –según señaló en una entrevista para Radio Mitre- recontratar personal recientemente retirado. Es decir, personal que se encuentra entre la misma población de riesgo. No olvidemos además que estamos hablando de un personal al cual se le quitará las licencias, lo que va a significar que enfermeros y todo el personal de salud va a tener jornadas laborales agotadoras y estresantes, lo cual repercutirá en la atención de los pacientes. Además, trabajadores precarizados reclaman mejores condiciones de trabajo en el Malbrán.
También se registraron protestas de trabajadores de al menos diez shoppings, entre los que se encuentran, el Alto Avellaneda, el Alto Palermo Shopping, el Abasto, Galerías Pacífico, Unicenter Pilar, el Paseo Alcorta, entre otros. Los empleados reclamaban el cierre de los shoppings. En el Abasto, según algunos testimonios, una empleada de Mc Donald’s había regresado de sus vacaciones, pero la patronal no la licenciaba para la cuarentena.
En Chacarita, los trabajadores del lavadero Appareal, que trabaja con sanidad pública y privada, reclamaban por condiciones laborales y fueron respondidos con la represión. No es la primera vez: hace cinco días ocurrió lo mismo. Los metalúrgicos de Río Grande –Tierra del Fuego- votaron el paro en asamblea, antes que la provincia decretara la cuarentena total. En el Inti se consiguió licencias para todo el personal. También hubo luchas en Astillero Río Santiago y en la mina Veladero de San Juan –éste último con paralización de las actividades-.
Una respuesta tardía e inútil
Esta pandemia agrava la crisis económica que ya estaba presente. Por eso, algunas fábricas están tratando de resolver esto con adelanto de vacaciones y suspensiones. Para “palear” esta situación, el gobierno haya lanzado un refuerzo de los Repro y la eximición del pago de contribuciones patronales a sectores afectados. Pero al mismo tiempo, se anunció que se reforzará el seguro de desempleo, una confesión de que no se piensa tomar medidas para prohibir despidos. Es decir, otra vez se toman medidas que no van a evitar que los trabajadores sigamos pagando la crisis. Por supuesto, todo esto deja afuera a los trabajadores en negro, que en sectores afectados como gastronomía representan un porcentaje muy elevado, o a monotributistas. Para ellos, no hay solución.
La burocracia comienza a ver que el malestar es incontenible. A la burocracia de Comercio no le quedó otra que dar alguna respuesta: Orlando Machado (secretario general del Sindicato de Empleados de Comercio de Lanús y Avellaneda) solicitó el cierre preventivo de los Shoppings locales y aseguró que Cavalieri va a asumir la misma política. Daer ya salió a advertir que la semana que viene “se para el país”. Sin embargo, son todas promesas al aire en un momento en el que la prevención es fundamental. No podemos esperar a la semana que viene. El paro tiene que ser ya.
La burguesía no pretende afrontar el costo económico que supone la paralización de las fábricas y eso es lo que el gobierno toma en consideración para no fiscalizar las licencia ni decretar la cuarentena generalizada. La contradicción entre la organización económica en el capitalismo orientada a la obtención de la ganancia privada de la burguesía y el cuidado de nuestra salud se resuelve siempre en favor de la primera. Se trata de un crimen social perpetrado por el capitalismo y sus agentes: la burguesía y su gobierno. No morimos de coronavirus, morimos de capitalismo.
La burocracia ya mostró que no va a ocuparse de este problema. Por eso, solo nosotros podemos garantizar el adecuado cuidado de nuestra salud. Llamamos a impulsar un reclamo en todos los lugares de trabajo para dejar de trabajar y que se pare el país. La vida de los trabajadores no puede ponerse en riesgo por la ganancia capitalista.
Corriente Clasista Goyo Flores – Corriente Sindical de Razón y Revolución