José Almeida
Conti-Santoro
La capacitación para los docentes en servicio y sin cargo, es decir, para aquellos que todavía no ingresaron al sistema educativo, debe realizarse todos los años. Este año no solamente comenzó tarde (generalmente comienza en junio) y se realizó en forma virtual, sino que dejó afuera a los Auxiliares de Educación con título docente que se desempeñan como preceptores. Además, las capacitaciones presentan una serie de déficits que abarcan desde lo técnico hasta lo pedagógico. Veamos de qué trata el asunto.
Tardía
El Estatuto del Docente (Ley 647 – E) contempla la capacitación anual docente tanto para quienes están en servicio como para los que no. En total, los docentes podemos sumar tres puntos por año. Generalmente, los docentes en servicio arrancan en marzo–abril y aquellos sin cargo lo hacen a mediados de año o luego del receso invernal. Para estos últimos, la capacitación recién comenzó a principios de octubre y de modo virtual. Como señalamos anteriormente, el modo virtual termina siendo excluyente porque la provincia no cuenta con un servicio óptimo de internet en Resistencia y menos en las localidades del interior. Ni hablar de las dificultades de acceder a una computadora portátil para cualquier docente que cobra por debajo de la Canasta Básica Total. Todas estas dificultades terminaron retrasando la formación.
Excluyente
Por otra parte, los Técnicos Auxiliares de Educación, fueron excluidos de la capacitación de docentes sin cargo. Los Técnicos Auxiliares Docentes egresan de Institutos Privados y Públicos como preceptores. Aunque su título es reconocido como docente, tienen prioridad para cargos de preceptoria. Hasta el momento, realizaban las capacitaciones ininterrumpidamente desde el 2014, año en que se sancionó la Ley 7531/14 en el que se les reconoce como docentes. Luego de comunicarse con la Directora Regional de la Región VIII, Marcela Tacchi y reunirse la responsable de la capacitación técnica del Ministerio de Educación, Dora López, la respuesta fue la misma: no hay presupuesto. En otros casos, los responsables ni siquiera contestaron. Cabe agregar también que la Resolución 4345/19 no deja afuera a los Auxiliares, sino a aquellos estudiantes de Institutos Terciarios y/o Universitarios de distintas carreras de formación docente.
Y de mala calidad…
Por último, los docentes sin cargo que lograron a duras penas ser aceptados, denunciaron la mala organización, improvisación y el contenido de la capacitación. En muchos casos, los correos fueron rechazados y contaron con poco tiempo para la lectura del material y la entrega de trabajos. Incluso existen muchas quejas por la pésima calidad de la conectividad que dificulta y atrasa aún más la recepción y la entrega de los materiales a sus capacitadores. En definitiva, es poco probable lograr una capacitación de calidad como se cansan de pregonar los funcionarios del Ministerio de Educación.
Analizados los problemas estructurales, resta ver el otro problema. ¿Sirven o no las capacitaciones? Hace tiempo que apuntan, al menos en papel, a mejorar las habilidades intelectuales de los alumnos: comprensión de texto, escritura, etc. Este año hicieron hincapié en la toma de apuntes y el fomento de la lectura. Es decir, el Estado es consciente de los problemas básicos de los alumnos. Sin embargo, no basta con una capacitación de dos meses. Mucho menos si las mismas constan en repetir y copiar autores como autómatas. La mayoría de los pedagogos y especialistas estudiados presentan enfoques completamente obsoletos para explicar y dar respuesta a la crisis educativa argentina. Por si fuera poco, no existe la reflexión y la producción del docente como intelectual. Todo se reduce a copiar y pegar. Todo esto desnuda la política general del Estado respecto a la educación: hacer “como si” se atendieran los problemas y demandas. En realidad, al Estado le importa poco la educación. Por eso las capacitaciones presentan todos estos problemas.
Capacitaciones reales
Necesitamos capacitaciones permanentes y de calidad. En primer lugar, los Técnicos Auxiliares en Educación y los docentes con o sin cargo deben tener cupo. También contar con años sabáticos, sin reducción de salario, para poder capacitarnos sin tener que estar abocados en otros asuntos. Si trabajamos dos o tres turnos es imposible conservar resto físico e intelectual para obtener una capacitación de calidad. A su vez, el Estado tiene que garantizar las condiciones y herramientas técnicas adecuadas para que la capacitación virtual llegue a todos los docentes de la provincia. Eso solo se logra ampliando y mejorando la calidad de internet. Por último, las capacitaciones deben ajustarse a las necesidades pedagógicas del país. El principal problema que atraviesa el sistema educativo es su degradación. Entonces, la cuestión no pasa solamente por la vieja disputa entre el modelo conductista vs el modelo constructivista. Si uno de cada tres alumnos no comprende lo que lee y uno de cada tres no realiza operaciones matemáticas simples, entonces el problema es mucho más profundo. Los docentes necesitamos utilizar las capacitaciones para producir contenido científico nuevo y acorde a las necesidades locales. Solo así podremos encontrar soluciones prácticas y efectivas para lograr revertir décadas de degradación educativa.