Por José Almeida
Chaco es sin dudas una de las provincias donde el circuito educativo paraestatal vino para quedarse. Hace una década, no solo se ponían en marcha las Escuelas Públicas de Gestión Social (E.P.G.S.), las Unidades Educativas de Gestión Privada (U.E.G.P.), Terminalidad Educativa, etc., sino también el programa estrella de la década ganada kirchnerista: el Plan FinEs. Si bien su implementación es de vieja data en la provincia, este año el gobernador Jorge Capitanich anunció su relanzamiento “recargado”. Si se quiere enterar por qué, lo invitamos a leer esta nota.
Un anuncio postergado
El 8 de septiembre pasado, en el marco del Día Internacional de la Alfabetización y de la Educación de Jóvenes y Adultos, Capitanich anunció la puesta en marcha de dos programas educativos. Uno, es el Plan Provincial de Alfabetización, el otro, el Plan FinES. El primero tiene el objetivo de llegar a 6.000 personas mayores de 15 años que aún no estén alfabetizados, incluyendo a los “pueblos originarios” y personas en contexto de encierro. El segundo, espera alcanzar a 18.500 alumnos y se implementará en 190 sedes distribuidas por toda la provincia. En total, los dos programas tendrían proyectado llegar a 24.500 alumnos. El lanzamiento se realizó en el Centro Cultural La Flota de Barranqueras y contó con la participación de la ministra de Educación, Daniela Torrente; la intendenta de la ciudad portuaria, Magda Ayala; el secretario ejecutivo del Congreso Pedagógico, Francisco Romero; la subsecretaria de Educación, Rosana Cisneros; la directora de Educación de Jóvenes y Adultos, Griselda Moré; el coordinador del Plan FinES, Luis Robles; y la coordinadora del Plan de Alfabetización, Rita Goussal.
Un FinEs renovado, pero igualmente degradado
El relanzamiento del programa promete algunos “cambios” y “aires” de renovación. Según el ministro Trotta, tendrá un profundo sentido federal, inclusivo, relevante y contemporáneo. Así se anunció a principios de año y se invitó a las provincias a adherirse al mismo, cosa que, en nuestra provincia ocurrió en septiembre.
Los destinatarios del FinEs son jóvenes y adultos mayores de 18 años. En una de sus dos variantes se dirige a aquellos que cursaron el último año de la escuela secundaria como alumnos regulares y que adeudan materias sin haber obtenido el título (el ex Fines 1). A su vez, la otra línea está dirigida a jóvenes y adultos que no iniciaron o no completaron la educación primaria y/o secundaria (Fines 2 o Trayectos). Asimismo, el Instituto Nacional de Educación Técnica (INET), reglamentó la línea FinEs Tec, con la que se busca garantizar espacios de trabajos de prácticas y asistencia a talleres para estudiantes que hayan terminado de cursar el último año en una escuela técnica y le queden materias pendientes para obtener el título de técnico.
También se estableció un Registro Nacional de Convenios y Entidades Conveniantes que tiene a su cargo recibir las solicitudes de inscripción y la documentación se incorpora al Sistema de Información para la Gestión Federal e Integral del Plan FinEs, vinculando los Convenios que se suscriban a cada una de ellas. Este Sistema de Información, a su vez, se conecta con el Sistema de Transferencias de Recursos Educativos (SiTraRED), que permite la digitalización de trámites y documentos.
Como vemos, Alberto y Cristina se encargaron de maquillar un poco lo que ya se venía aplicando, inclusive con algunas mejoras impulsadas por el macrismo. Valga de ejemplo de esas mejoras, la conformación de un listado para la designación de docentes que tiene en cuenta títulos más que la evaluación subjetiva del proyecto, tal como ocurrió en la provincia de Buenos Aires bajo el macrismo o la intención de un registro nacional de sedes en la etapa actual. Pero, en definitiva, la degradación continúa y se profundiza: los tiempos de cursada siguen reducidos a la mitad y la titulación se reduce a un problema administrativo; el recorte y vaciamiento de contenidos, a causa de la fragmentación y regionalización del currículum, también se acentúa cada vez más; la conformación de estructuras paralelas y la destrucción de la educación de adultos, se mantiene firme y avanza. En el plano laboral, el vapuleo y liquidación del Estatuto del Docente, con el empeoramiento de las condiciones de trabajo y la promoción de contratos precarios para los docentes sigue su marcha. Para el caso de la provincia, el Fines va a profundizar la lógica del interinato de las EPGS. En materia edilicia, la ampliación de sedes “comunitarias” le permite al Estado ahorrar en infraestructura, total, a la hora de la clase, cualquier espacio sirve y pasa a ser considerado una escuela.
Para – estatalización vs. Circuito Formal de Jóvenes y Adultos en Secundaria
La contracara del FinEs y las escuelas paraestatales, es la lenta desaparición del circuito formal de Jóvenes y Adultos. En efecto, si tomamos todas las ESJA (Escuela Secundaria para Jóvenes y Adultos) que existen actualmente en las Doce Regionales Educativas, nos da un total de 15 en toda la provincia. A esto se contraponen los BLA (Bachillerato Libre para Adultos) que funcionan en las 15 E.P.G.S. (sin contar las sedes que éstas tienen en Resistencia y en el Interior), las 190 sedes de FinEs (con posibilidad que sean 300 para 2021) más el resto de las escuelas paraestatales, sindicatos, iglesias, asociaciones civiles, etc. que incluye la rama adultos. Recordemos que, según los datos de 2019, la provincia cuenta con 272 establecimientos estatales para la educación de jóvenes y adultos (146 para educación primaria, 83 para educación secundaria y 43 para la formación profesional). En ellos, se estudian 11.642 en el nivel primario y 29.642 en el secundario. En el nivel secundario de adultos, el 70% de los estudiantes tienen entre 16 y 29 años. Esto grafica lo que venimos señalando: el cambio en la configuración histórica de la modalidad de adultos que pasa a absorber a los desertores de la escuela común. El gobierno propone ahora derivarlos al FinEs, una alternativa más degradada frente a la escuela de adultos. Como indican los números del lanzamiento de este programa estrella, el gobierno avanza en la provincia en la creación de un sistema paralelo al existente. Promueve la creación de un circuito paraestatal de una envergadura casi similar al ya existente: expande 70% las sedes y busca captar una matrícula equivalente al 60% de la que ya estudia en la modalidad de adultos formal. En lugar de reforzar la modalidad existente, Capitanich impulsa un circuito paralelo que le compite y lo destruye. Así, la mancha paraestatal y la degradación educativa se expande y se afianza cada vez más en toda la geografía chaqueña. Tras estas medidas, el trabajo de 2.571 compañeros docentes que hoy se desempeñan en la modalidad de adultos pende de un hilo. Y esto es así porque es el mismo Estado el que planea reemplazarlos por tutores con menos derechos estatutarios ofreciendo una alternativa de cursada que se realiza en el 40% del tiempo (más una tutoría). Una vez más, estamos ante la presencia de la profundización de la degradación educativa en la modalidad adultos con el Plan FinEs a la cabeza. Lo cual significa reducción del tiempo de cursada; recorte del currículum y vaciamiento de contenidos, pérdida de derechos laborales y sindicales para docentes, galpones, centros comunitarios y casas de familia en lugar de aulas o escuelas, tutores en vez de docentes, etc. Desde Néstor y Cristina, pasando por Macri y ahora Alberto, nos quieren hacer creer que este engendro que crearon tiende a la inclusión, a la igualdad de derechos y oportunidades, a la mejora de la calidad educativa y otras cosas por el estilo. No se trata de determinado personal político sino de toda una clase, la burguesía, que hace décadas viene degradando el sistema educativo. A quien solo le interesa abaratar al máximo el sistema educativo y contribuir al embrutecimiento generalizado de la clase obrera. No podemos ni debemos permitírselo. Más aún cuando la educación del conjunto de nuestra clase está en juego.
