Luego de casi un mes de la desaparición del compañero Santiago Maldonado, en el contexto de una represión de la Gendarmería a una protesta, la causa judicial está en punto muerto y la lucha por el esclarecimiento en manos del kirchnerismo, o sea, de una facción burguesa cómplice en el armado de la estructura represiva. Ambas situaciones obedecen a la responsabilidad exclusiva de la izquierda. Por un lado, porque han entregado la dirección de la lucha a Cristina, Milani, Berni y Aníbal Fernández, asistiendo una y otra vez a sus movilizaciones. Por el otro, porque sus legisladores no impugnan la operación judicial de encubrimiento a cargo del juez Guido Otranto y, lo más importante, no proponen una investigación independiente. El juez Otranto que investiga la desaparición de Maldonado es el mismo que ordenó la represión. Por lo tanto, es parte del problema y se le está pidiendo que se investigue a sí mismo. El resultado es el que vemos: no hay ningún gendarme imputado, pero la Gendarmería tiene acceso al expediente; las pericias se concentraron en las acciones del grupo RAM algunos días atrás y no en la represión; los testigos que vieron la detención de Santiago no pudieron declarar y siguen las irregularidades. La abogada de la familia Maldonado ha decidido no recusarlo porque alega que no quieren «perder tiempo», pero es el propio juez el que dilata e impide las pericias necesarias. Los diputados de izquierda deben emprender una acción independiente. La primera acción es la implementación de una comisión independiente conformada por los diputados de izquierda, especialistas comprometidos con organismos de lucha y dirigentes de organismos de DDHH no cooptados por el kirchnerismo. Esa comisión es la que debe recolectar información, realizar pericias, entrevistar testigos para realmente hacer el esfuerzo de encontrar a Santiago Maldonado, saber qué le hicieron y, lo más importante, revelar la trama política que se oculta tras su desaparición. La izquierda es la única que puede hacerlo, porque es la única que tiene real interés en resolverlo. Si no lo hace, si le deja el lugar al enemigo, el caso va a terminar como el de Julio López o el de tantos muertos en democracia: nadie nunca va a saber lo que pasó y ningún culpable va a ser llevado al banquillo.
Que los diputados del FIT organicen una comisión independiente que investigue la desaparición de Maldonado y a todos los responsables