Un reconocimiento mezquino. Respuesta al Nuevo MAS

en El Aromo nº 68
a68santiagomasSantiago Rossi Delaney
Grupo de Investigación de la Revolución de Mayo-CEICS
 
Los compañeros del Nuevo MAS han vuelto a contestar a nuestras críticas. Allí reconocen una serie de errores. En primer lugar, que el concepto de San Milcíades (véase nota anterior) de “revolución política” es inconducente. En segundo, que la fuente que presentaron como única evidencia de la inexistencia de un proceso revolucionario no avala sus posiciones (es decir, que escribieron antes de revisar la fuente y no después, como corresponde). No obstante, siguen obstinados en afirmar que no hubo revolución alguna. 
Los compañeros nos adjudican afirmaciones que jamás hemos hecho. Nunca dijimos que en la pampa rioplatense se desarrollaran relaciones feudales. No hay en Buenos Aires vasallajes ni señores y siervos de la gleba. Por el contrario, hemos mostrado que en el agro se encuentran los gérmenes de relaciones sociales capitalistas que se despliegan en el siglo XIX. Es cuestión de leer lo que escribimos antes y no después de criticar. 
Sin embargo, hemos explicado que predomina en el conjunto del espacio rioplatense (incluyendo al Alto Perú y el Paraguay) el Modo de Producción Feudal debido a que la región formaba parte de una formación económico-social hegemonizada por el Estado español, que se sostenía gracias a relaciones feudales y que tenía en el comercio colonial, desarrollado por comerciantes precapitalistas, su principal sostén financiero. Son estas relaciones las que se imponen frente a la enorme variedad que encontramos en nuestra América. Son también ellas las que frenan el desarrollo de la burguesía agraria rioplatense (y la de otros lugares de América, como Caracas)1. La minería potosina, la sesión gratuita de una renta colonial, y el monopolio comercial, sostenidos todos por medios extraeconómicos, dan cuenta de este carácter feudal. ¿Pero qué sentido tiene repetir, una vez más, y sin tener enfrente ningún dato nuevo, lo que venimos probando desde hace diez años?
También es falso que desestimemos el papel del mercado y el comercio2.  Lo que no hacemos es cometer el error de caracterizar un sistema social a partir de una definición liberal que pondera las relaciones mercantiles. El NMAS afirma que el Río de la Plata sería capitalista porque, en última instancia, las mecancías terminaban en la burguesía inglesa. Con ese criterio, la Rusia zarista, el África subsahariana y el Oriente otomano en el siglo XVIII habrían sido regiones plenamente capitalistas, ya que el grueso de sus exportaciones se dirigían hacia Inglaterra.
Respecto al problema de la revolución, si bien reconocen el hecho de que la burguesía rural era ajena al control estatal, ya que el feudalismo le ponía trabas a su desarrollo, no interpretan la toma del poder y la destrucción de las relaciones sociales atrasadas como tareas de la revolución burguesa. La idea de que la burguesía agraria ya dominaba en la economía, lo cual haría innecesaria la transformación social, es falsa. Por un lado, la revolución no es otra cosa que la actualización en el terreno de la política de un desarrollo contradictorio en la estructura. Sin el Estado, ninguna clase puede dominar completamente la economía. Para los compañeros, como para San Milcíades, la revolución no requeriría tomar el poder. 
Ahora bien, la burguesía rioplatense, si bien pujaba por la extensión de las relaciones capitalistas, se encontraba con obstáculos para su desarrollo. En primer lugar, en la mayor parte del territorio predominaban relaciones precapitalistas. En segundo, el grueso de la riqueza era apropiado por las clases subsidiarias de la nobleza española o enviado a España en calidad de renta. Para eliminar estas trabas, hizo falta una revolución.
El NMAS, como el resto del trotskismo vernáculo, reniega de la investigación científica y se limita a repetir a San Milcíades. Cuando criticamos su obra y lo calificamos como ensayista, se enojaron y gritaron a los cuatro vientos que sí apelaba a fuentes históricas. Pues bien, los invitamos a que nos señalen cuáles son las fuentes de primera mano que el santo utilizó para escribir Antes de Mayo. No van a encontrar ninguna. Los compañeros señalan los estudios sobre peronismo, pero, que sepamos, estamos discutiendo otro período histórico. No es bueno escapar del debate. 
En definitiva, estamos dispuestos a discutir sobre lo que decimos, no sobre lo que se nos atribuye. Y discutimos en base a evidencia, no sobre la palabra de tal o cual autor. Otra vez, invitamos a los compañeros a leer nuestros trabajos y a juntar evidencia antes sostener sus afirmaciones. No está mal arrepentirse en medio del debate. Lo que es preocupante es que los errores sean el producto de groseros descuidos. 
 
NOTAS
1 Harari, Fabián: Hacendados en Armas. El Cuerpo de Patricios de las Invasiones Inglesas a la Revolución (1806-1810), Ediciones ryr, Bs. As., 2009, p. 105.
2 Schlez, Mariano: Dios Rey y Monopolio. Los comerciantes monopolistas y la contrarrevolución en el Río de la Plata tardo colonial, Ediciones ryr, Bs. As., 2010, p. 51.

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

*

Últimas novedades de El Aromo nº 68

Ir a Arriba