El autismo hecho historia – Por Santiago Rossi Delaney

en El Aromo nº 79

santiago rossi image 79Respuesta al Nuevo MAS, en torno a Rivadavia y el empréstito de la Baring Brothers

 El Nuevo MAS ha vuelto a la carga criticando nuestra posición sobre el período rivadaviano. No obstante, otra vez, se afirman sentencias sin pruebas. Una forma habitual de “hacer teoría” del trotskismo argentino.

Por Santiago Rossi Delaney (Grupo de Investigación sobre la Revolución de Mayo-CEICS)

Los compañeros del Nuevo MAS publicaron, en su semanario Socialismo y Barbarie, una crí­tica a nuestra caracterización del gobierno de Rivadavia, en general, y del préstamo de la Ba­ring Brothers, en particular.1 Como era de es­perarse, se trata de un pequeño ensayo que no aporta pruebas para sustentar sus hipótesis, y que merece atención tan sólo porque represen­ta la posición de uno de los partidos que dina­miza una parte de las luchas obreras en nues­tro país.

Rivadavia

Hace tiempo hemos probado que la Revolu­ción de Mayo la hizo una alianza dirigida por una incipiente burguesía agraria, que existía, por lo menos, desde mediados del siglo XVIII. No obstante, sin pruebas, sin documentos, sin citar bibliografía, el N-MAS insiste en su cre­do revisionista: “la burguesía comercial […] fue la única burguesía desarrollada que existía en 1810”. Es decir que, no sólo desoyen a la realidad, sino siguen a los más destacados in­telectuales burgueses (como Halperín Donghi) y datan el origen de la burguesía agraria luego de 1820.

En N-MAS desconoce la estructura de la socie­dad de clases colonial y la historia de los prin­cipales protagonistas del proceso revoluciona­rio, en este caso, de Bernardino Rivadavia. Se lo considera una especie de “agente externo”, que representaba fundamentalmente los intere­ses de la burguesía comercial. Se pone en duda su antiespañolismo y se afirma que habría lle­gado al gobierno “convocado” por Martín Ro­dríguez, se encuentra muy lejos de la realidad.

Lo cierto es, como señalamos oportunamente, que Rivadavia desplegó un programa político que benefició tanto a la burguesía agraria como al capital mercantil, es decir, dedicó todos sus esfuerzos a desarrollar relaciones sociales capi­talistas, y no, como le gusta al N-MAS (y a la historiografía burguesa), a “modernizar” Bue­nos Aires. Por respeto a los lectores que nos si­guen atentamente, no repetiremos lo ya dicho, pero sí nos vemos obligados a recordar que Ri­vadavia participó del Primer Triunvirato como Secretario de Guerra y desarmó, en 1812, la conspiración realista contrarrevolucionaria di­rigida por Martín de Álzaga, el español más fa­moso del Río de la Plata, a quien pasó por las armas junto a más de 30 de sus aliados…

Los compañeros deberían esforzarse un poco más para probar su hipótesis, a saber, que Ri­vadavia expresa el dominio de la “burguesía co­mercial”, el cual habría determinado el carácter dependiente y semi-colonial de la Nación ar­gentina. Porque lo que resulta llamativo, asi­mismo, es una abierta contradicción entre las conclusiones del N-MAS y los hechos que ci­tan: así como dicen que Rivadavia representa­ba a los comerciantes, se ven obligados a reco­nocer que la enfiteusis benefició notablemente a “los estancieros”.

El préstamo de Baring Brothers

El razonamiento del N-MAS es sencillo: el gobierno de Rivadavia solicita un préstamo de dinero a una casa mercantil británica y, a cambio de ello, entrega la soberanía nacional a los ingleses, consolidando en el espacio rio­platense una relación de dependencia con el Imperialismo.

En primer lugar, a diferencia de lo que afirman, el empréstito de Baring Brothers no fue par­te de la Ley de Enfiteusis. En todo caso, fue al revés, ya que la ley se decretó con el objetivo de mantener como hipoteca la tierra pública, frente a la necesidad del endeudamiento exter­no para paliar el creciente déficit fiscal.

Por otro lado, para el N-MAS, el endeuda­miento en sí mismo crea una relación de de­pendencia. Sin embargo, los compañeros no prueban, con evidencia, de qué forma el vín­culo económico entre la burguesía rioplatense y la inglesa limitó la soberanía nacional. Su mé­todo de análisis puede constatarse en el hecho de que aseguran que no importa adónde fue el dinero o qué se hizo con el préstamo. De­jan de lado la importancia, para un Estado en ciernes, de obtener recursos para defenderse de enemigos internos (tal como le ocurrió al Río de la Plata con Brasil). Lo que el N-MAS de­biera mostrar, para probar su hipótesis, es de qué manera ese préstamo coartó la libertad de acción de la burguesía rioplatense y coadyuvó para que el “imperialismo inglés” impusiera sus intereses por sobre los de los recién nacidos es­tados rioplatenses. Nosotros hemos puesto las pruebas sobre la mesa: el préstamo benefició a la burguesía local y la ayudó a crear su propio Estado. En el balance, la clase dominante na­cional recibió una suma muy representativa de su presupuesto y terminó pagando, en un plazo sumamente distante, lo que para el presupues­to de fines del siglo XIX no eran sino monedas.

En síntesis, llamamos a que los compañeros re­flexionen en torno a la importancia que merece la investigación histórica y, de continuar con el debate, su respuesta provea las pruebas necesa­rias para sostener su caracterización de la histo­ria nacional. Caso contrario, no podremos es­tablecer ningún tipo de debate científico serio.

Notas

1 Rodríguez, Martiniano: “Rivadavia y la bur­guesía comercial”, Socialismo o Barbarie N° 286, 24/04/14.

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