Por Silvina Pascucci – Grupo de Investigación de la Clase Obrera Argentina (CEICS)
Contame cómo se desarrolló el conflicto en Perfil…
Comenzó el 7 de febrero, con un reclamo salarial que condujo a un paro general hasta el 11 de abril: 43 días de huelga. Existen muchos trabajadores con salarios muy bajos, que aunque son trabajadores efectivizados, tienen condiciones salariales malas, similares a las pasantías. Salimos a pelear, entonces, por $500 de aumento salarial y $1.500 de salario básico en mano. La antesala del conflicto fue un petitorio que elevamos a la empresa en el mes de noviembre. Comenzamos un proceso de asambleas y la empresa no nos respondía. Además, ya en pleno verano, se agregó un elemento que fue que los aires acondicionados no andaban. Este es un edificio vidriado de más de cuarenta años con un aire acondicionado que tiene cuarenta años también, y cuando se rompe, no lo arreglan. Nos moríamos de calor, había desmayos. Entre 4 y 6 trabajadores por día se derrumbaban. Acá llegó a hacer una temperatura de 50 grados. Algunos días nos retiramos de la empresa porque el calor no se aguantaba más y a partir de esto empezamos a discutir sobre las condiciones en que estábamos trabajando. Así, se fue creando un caldo de cultivo y una bronca generalizada que estalló en febrero con el paro. Obtuvimos una escala de aumentos y logramos conseguir, para los compañeros que menos ganan, un aumento de entre un 40% y un 50%. Conseguimos $32 de tickets y $450 en efectivo. Luego, la escala va descendiendo, con un promedio de $400. Es un triunfo, también, porque todo el proceso está basado en un mecanismo, en un método, que fue la Asamblea General, que discutió un petitorio de demandas y un reclamo salarial muy concreto.
Y luego, Perfil intentó despedir un editor que había parado…
Si, Alejandro Wall es editor de Perfil.com y cumplió todos los días de paro. A los tres días de haber culminando el conflicto, fue convocado por la empresa para decirle que no quería contarlo más entre sus filas, que le convenía aceptar un retiro voluntario y algunas amenazas más. Entonces, los compañeros de Perfil.com comenzaron un paro. Luego, una asamblea general masiva, convocada de urgencia por la comisión interna resolvió respaldar a Perfil.com y al editor y fuimos todos al paro de nuevo. Acá hay un tema, porque el conflicto salarial ya estaba cerrado, desde el punto de vista técnico, en el día 32, ya que hubo un acuerdo de los montos salariales. Pero la huelga duró 11 días más, porque la empresa no quería firmar ninguna cláusula de “no represalias”. Nosotros suponíamos que quería venir con despidos, pero en ese punto, sabíamos que la vitalidad de nuestras fuerzas nos permitiría contrarrestarlo, como efectivamente ocurrió. Este segundo paro duró 5 días, hasta que la empresa retrocedió y dijo que no iba a haber ningún tipo de sanción. Este fue también un triunfo muy importante. Otro de los logros fue que en los 48 días de paro la empresa no hizo descuentos salariales. Conseguimos quebrar una política autoritaria y negrera de parte de la empresa.
¿A qué atribuís esta radicalidad en Perfil?
En primer lugar, hay un fenómeno nuevo en el gremio de prensa que se viene desarrollando desde hace mucho tiempo. Un antecedente es la lucha salarial de Crónica TV que logró un aumento importante de salarios; luego La Nación logró una suba de $500 para todo su personal, el Cronista Comercial de $450, Infobae $430. Ahora se sumó a la lucha salarial Página/12 y Diario Popular. En el gremio de prensa no hubo paritarias, la última fue a fines de la década del ‘80, es decir, hemos vivido 15/20 años sin paritarias. No hemos conocido paritarias de ningún tipo, en condiciones en las que los trabajadores hemos sido explotados en nuestros derechos laborales y sindicales. Entonces, en este proceso de lucha más general, que es donde se inscribe esta lucha de Perfil, un día vinieron los trabajadores del subte, el cuerpo de delegados del subte a contarnos su lucha, porque ahora el Subte está en lucha. Este contexto está indicando una nueva realidad en el gremio de prensa que tiene que ver con un proceso de rebelión popular más general que hay en todo el país.
¿Cuál es el papel que cumplió la UTPBA en este proceso?
Obviamente, la secretaría gremial de la UTPBA estuvo presente desde el primer día. Pero acá no se trata de que vengan uno o dos compañeros de la UTPBA. El sindicato es mucho más, es una organización que de conjunto se pone no sólo a disposición de la lucha sino a organizarla para que su triunfo potencie otras luchas. En este caso, la pregunta es la siguiente: si La Nación, Infobae, El cronista y otros, terminaron en triunfo, ¿por qué ir rebanando lo que debe ser una lucha más general de los trabajadores de prensa? Creo que esta situación marca una nueva tendencia hacia el reagrupamiento del activismo combativo y de los luchadores en las empresas periodísticas y en las redacciones para poner el gremio de prensa de pie y transformar la UTPBA en una asociación de lucha al servicio de la causa de los trabajadores.
* Rubén Schofrin es delegado de la Comisión Interna de Perfil e integrante de la lista Naranja de Prensa.