Todos los días nos levantamos con la noticia de que una mujer fue asesinada por varones que la consideraban su propiedad. Ser mujer nos coloca socialmente en situación subordinada (incluso desde antes del nacimiento) con relación a los hombres.
En el día de ayer, el periódico El Tribuno de Jujuy publicó un artículo en donde informaban que entre el 1º de enero y el 30 de junio de 2020, la Línea 144 de Atención a víctimas de violencia de género, registró en la provincia 236 intervenciones correspondientes a personas en situación de violencia. De acuerdo con la información registrada allí, 225 de las intervenciones correspondieron a casos de violencia doméstica (95%). Respecto de los tipos de violencia registrados, en el 97% de los casos quienes llamaron dijeron haber sufrido violencia psicológica, 78% violencia física y 36% violencia económica, el 34% de los casos refirieron a violencia sexual y el 25% a violencia simbólica. Hubo muchas marchas y nada ha cambiado sustantivamente. Es necesario exigir una lucha sistemática contra la violencia de género, primero desde el conocimiento: tenemos que conocer el número exacto de los femicidios. La prensa solo expone la punta del iceberg. Exigimos que el estado estudie el fenómeno de manera fehaciente y sistemática. Queremos educación contra el sexismo y la violencia contra las mujeres desde la infancia. Queremos un fuero especial para la resolución rápida de los casos. Un sistema de alerta y búsqueda temprana de las mujeres desaparecidas y una policía especialmente dedicada al tema.
En una sociedad capitalista, la reproducción social de la vida es una responsabilidad individual que cae sobre los hombros de las mujeres, es por eso que nosotras debemos tener la posibilidad de decidir si queremos llevar adelante un embarazo o no. Pero las argentinas no tenemos una ley de aborto libre y gratuito. En nuestra provincia, en particular en las ciudades de San Salvador de Jujuy y San Pedro se registra el mayor índice de embarazos adolescentes de todo el país. La mayoría de ellos son el resultado se abusos y violaciones. Sin ir más lejos, en enero del 2019, la provincia estuvo en el ojo de la tormenta por el caso de una nena de 12 años que había quedado embarazada luego de ser violada por un vecino de 60 y el sistema de salud se negó a aplicar el protocolo de Interrupción Legal del Embarazo (ILE) que ya había sido autorizado. Cada vez que suceden estas situaciones los gobiernos y las Iglesias se ocupan de que el aborto nunca suceda, estirando los tiempos y logrando que las niñas y adolescentes se conviertan en madres, lo cual las somete a una nueva vejación. Sin embargo, que el aborto no se legalice, no significa que no se realice, porque las mujeres que cuentan con los medios económicos pueden llevarlo a cabo en condiciones seguras. Las otras nos exponemos a morir. Luchamos por la separación de las Iglesias y del Estado. Por una Educación Sexual e Integral (ESI) científica, laica y feminista. Luchamos por la legalización del Aborto, pero en especial por su carácter de Libre, Seguro y Gratuito.
Enfrentamos por estos días una avanzada de sectores burgueses y pequeño-burgueses por la legalización y la reglamentación de la prostitución. Esta avanzada se esconde detrás de AMMAR (Asociación de Mujeres Meretrices Argentinas), una organización que desarrolla un programa burgués y proxeneta. Mientras que el Código Penal sanciona a los proxenetas y la ley de trata penaliza a los terceros involucrados en la explotación sexual, Argentina no pasa de ser un país abolicionista solo formalmente. Hay fiscales especializados y una procuraduría específica para denunciar estos casos, la PROTEX (Procuraduría de Trata y Explotación de Personas). Sin embargo, estas medidas e instituciones no son suficientes. Las mujeres prostituidas siguen en las calles, los papelitos que ofrecen servicios en privados abundan y, a medida que la crisis económica se profundiza, el fenómeno se expande rápidamente. En la provincia de Jujuy, más del 40% de desocupados son mujeres, y además está dentro de las provincias del Norte Grande en la cual se registra la mayor cantidad de casos de reclutamiento para las redes de prostitución. Dado que la prostitución es parte del dispositivo patriarcal y constituye un obstáculo para la lucha feminista, debemos avanzar hacia la penalización del cliente y de todos los que faciliten la prostitución. Ninguna ley va a eliminar la prostitución porque la necesidad económica empuja cada vez más. Es por eso que exigimos un subsidio general a la desocupación igual a dos canastas básicas para todas las obreras desocupadas. Esta consigna, no solo liga a la prostituta con su clase, sino con el movimiento de obreros desocupados, con el movimiento piquetero y con las acciones y luchas que mayor éxito han tenido en este país a la hora de “distribuir” riqueza.
Trece Rosas es la agrupación feminista de Razón y Revolución, un partido político socialista y revolucionario. Su objetivo es la eliminación del capitalismo y la construcción de una sociedad sin clases, es decir, sin explotación. Argentina es un país capitalista desarrollado que no puede sostener sus relaciones de explotación. RyR entiende, a su vez, que no puede existir la dominación capitalista si esta no se proyecta al conjunto de relaciones humanas y las subordina a su lógica. No puede, por lo tanto, establecer una verdadera igualdad entre hombres y mujeres, por la misma razón que no puede dar vida a una verdadera igualdad en general.
En las relaciones entre los sexos, el capitalismo se apodera de ideologías y estructuras sociales cuyo origen es anterior a la sociedad de clases: el patriarcado es adoptado y adaptado a las necesidades de la dominación de clase. Esta estructura le permite dividir a la clase obrera y establecer mejores condiciones de explotación general sobre todo el proletariado y, en particular, sobre las mujeres obreras. Así, la subordinación de las mujeres se suma a la explotación y se mezcla con ella, en un sistema único y solidario. No se puede luchar contra el capital y por el socialismo si no se lucha simultáneamente contra el patriarcado. No hay socialismo sin feminismo, no hay verdadera revolución socialista que no sea feminista.
Las compañeras de Trece Rosas nos proponemos un combate frontal al patriarcado como sistema de sexo/clase, pues no consideramos que se produzca su eliminación espontánea. El patriarcado no es un instrumento exclusivo de la burguesía. Del patriarcado se benefician todos los varones, lo sepan o no. Por eso, no se puede esperar a la instalación de la “nueva sociedad” para desarrollar una cultura y una moral antipatriarcal. Como dice nuestra compañera Rosana López Rodríguez: “Las mujeres somos el motor del feminismo y nuestro objetivo es la emancipación de toda la humanidad. Sin embargo, no habrá liberación de la mujer sin socialismo. El feminismo será socialista o no será nada.”
Las invitamos a conocer nuestra militancia y a todas las que estén interesadas las esperamos para seguir construyendo Trece Rosas Jujuy.