Científicos en lucha

en Novedades

El viernes pasado se realizó la segunda jornada de protesta virtual convocada por los grupos de investigadores (CIC) y personal de apoyo (CPA) de CONICET, que elaboraron distintas cartas públicas en reclamo de aumento salarial. La jornada tuvo una gran repercusión en los medios y contó con una enorme participación de compañeros. Incluso, se sumaron otros sectores, como administrativos y becarios, con un apoyo de la Asamblea Nacional de Becarios que encabeza la lucha contra los despidos. Y la lucha sigue: esta semana habrá una nueva reunión abierta de investigadores y personal de apoyo para definir las medidas de lucha frente a la información de que el gobierno no planea otorgar ningún aumento en CONICET ni en el Estado en general.

Científicos pobres

Los salarios de los investigadores del CONICET se encuentran sumamente retrasados. Ningún investigador recibió aumentos, ya que no fuimos alcanzados por los miserables $3.200 de aumento a cuenta de la paritaria 2020 para los salarios estatales menores a $60 mil brutos. El 70% de los investigadores, que pertenecen a las dos primeras categorías (Asistentes y Adjuntos), se encuentra cobrando entre $50 y $56 mil, sin tener en cuenta los descuentos por Ganancias. Como los becarios recibieron un aumento, necesario pero insuficiente, hoy el ascenso de Becario Posdoctoral a Investigador Asistente supone un recorte salarial de cerca de $5.000. Un investigador recién alcanzará el salario de un becario posdoctoral tras lograr la promoción a la categoría Adjunto, lo que puede demorar 5 años o más. Esto es una muestra de lo retrasado que quedaron los salarios CIC y la distorsión que sufrió la escala salarial por los aumentos segmentados y parciales. Por su parte, los CPA no están mejor: sus salarios se encuentran en niveles paupérrimos, los nombramientos se retrasan y su histórico reclamo de equiparación jubilatoria sigue cajoneado (a diferencia de los CIC, los CPA se jubilan con el equivalente al 50% de su sueldo en activo, que ya son sueldos de pobreza). Un CPA en la categoría inicial percibe un salario de $40.000, por debajo de la línea de pobreza. Por supuesto, estos salarios se encuentran lejos de la canasta que miden los compañeros de ATE INDEC de $66.000 y muy cerca (e incluso debajo) de la línea de pobreza oficial. Los salarios del sector han perdido entre un 60% y un 70% de poder adquisitivo en los últimos 10 años, según la categoría. Y esto se ve incuso en los cálculos de los economistas más ligados al gobierno, que a pesar de mostrar gráficos en donde se observa que la caída salarial comenzó con el gobierno de Cristina, insisten en solo mencionar la caída bajo el macrismo.

La bronca acumulada por los salarios de pobreza está encontrando un canal de expresión, incorporando incluso a muchos compañeros decepcionados ante las promesas incumplidas del “gobierno de científicos”, que hizo campaña prometiendo el oro y el moro para el sector de CyT. Si a principios de año una carta abierta de investigadores reclamando recomposición salarial juntó alrededor de 1.300 firmas, la que elaboramos en junio juntó 2.350 (https://bit.ly/cartacic) y la de CPA (https://bit.ly/CartaCPA), que se elaboró hace unas semanas, ya lleva alrededor de 1.200 (sobre 2.800 CPA).

Las dos jornadas de lucha que se han realizado hasta ahora mostraron una gran participación y predisposición a enfrentar el ajuste que estamos sufriendo. Incluso creció la bronca entre los compañeros por la pasividad de los gremios, al punto de que surgió la propuesta de elaborar una carta reclamándoles que cumplan con el rol que les corresponde. Esa carta (https://forms.gle/CDpXG1UPGCK8mtba6), con un día de circulación, ya superó las 800 firmas.

El ajuste declarado

Tras la entrega de la carta de los investigadores, parte del Directorio del CONICET y su Presidenta, Ana Franchi, recibieron a una delegación. Allí manifestaron acordar con el reclamo, informaron que hicieron gestiones, pero que no consiguieron respuestas favorables. Incluso sacaron una declaración en apoyo al pedido de recomposición salarial. Por su parte, el Ministro Salvarezza no recibió a los investigadores, así como tampoco lo hizo el Jefe de Gabinete Santiago Cafiero, al que también se le solicitó una audiencia.

Esta semana hemos recibido dos noticias. La primera surgió de una nota en Infobae (https://bit.ly/34f3lE0), donde se informa que el ministro de Trabajo le habría confirmado a Ricardo Peidro y a Hugo «Cachorro» Godoy, titulares de la CTA Autónoma y ATE Nacional respectivamente, que este año no habría aumentos a los estatales. Sí, nos enteramos por el diario, porque el gremio prefiere cuidar al gobierno antes que informar a sus trabajadores y organizarlos para luchar. Son garantes del ajuste.

La segunda noticia surge del acta de la reunión de Directorio de julio, que fue subida estos días (https://bit.ly/3g8eSYl). Allí, Franchi expresa que “También, se les ha explicado [a los investigadores con los que se reunió] que se están realizando gestiones ante las autoridades superiores para que se otorgue mejora salarial al CONICET, la cual es probable que se otorgue el año entrante.” Por un lado, hay un reconocimiento de que no hay ninguna disposición por parte del gobierno y las autoridades de CONICET a otorgar un aumento en este momento. Por otro, hay una mentira hecha y derecha: la Presidenta del organismo no expresó en esa reunión que el aumento sería el año que viene. Por el contrario, en varios lugares ha dicho que creía que este año habría un aumento tras la renegociación de la deuda externa. El gobierno nos está avisando que este año vamos a tener que seguir ajustándonos, pero esta vez con más fuerza que antes, porque no vamos a tener ninguna recomposición frente a la inflación.

Científicos de pie

Desde el año pasado Razón y Revolución Ciencia y Técnica viene planteando en ATE CONICET, tanto en las pocas asambleas que se realizaron como en la Junta Interna  (JI) de Capital, la de La Plata y en los plenarios nacionales de delegados, que es necesario emprender un plan de lucha por los salarios. La negativa constante de la dirección del sindicato llegó al absurdo de que en las asambleas se votaba una campaña por los salarios y luego el sindicato no la llevaba adelante. También se “cajonearon” varias iniciativas acordadas en los plenarios nacionales de delegados en ese sentido, sin que se den explicaciones al respecto. Incluso, después de tres meses de iniciada la pandemia, con el teletrabajo instalado y la paritaria suspendida, al sindicato no se le ocurrió convocar ni una asamblea. Solo frente a la convocatoria a una reunión abierta de CIC, la JI de Capital decidió convocar a asambleas, pero fue en vano porque nuevamente no cumplió con lo que allí se votó.

Cansados de ver cómo el salario se deterioraba y de que el gremio no estuviera dispuesto a mover un dedo, convocamos a una primera reunión abierta, en la que se decidió elaborar la Carta Abierta de Investigadores por la recomposición salarial en CONICET. De allí en más, el movimiento no paró de crecer, al punto que en la última reunión CIC participaron más de 100 compañeros y en la de CPA, 90. Es toda una muestra de que, si hay una propuesta de lucha, los compañeros se suman. El problema es que el gremio pretende que los compañeros se sumen sin proponerles nada. ¿Quién quiere sumarse a un sindicato que frente al ajuste ni siquiera es capaz de sacar una declaración pidiendo aumento salarial? Salvo que crean que los compañeros son masoquistas, no se entiende cuál sería su motivación para afiliarse. Esta bronca contra los gremios creció en proporción a su ninguneo sobre el reclamo, mientras seguían sin mover un dedo. Esto llegó a tal punto que algunos representantes llegaron a expresar públicamente que los investigadores somos privilegiados y no debemos reclamar por nuestros salarios (https://bit.ly/3aHaA8V).

El movimiento que se gestó movió el avispero político en el sector, lo cual muestra su importancia. Por un lado, el sector de la Junta Interna de ATE-CONICET Capital organizado en torno a ATE desde Abajo y Patria Grande, aliados de los kirchneristas de la Verde y Blanca, parece que acusó recibo y decidieron ponerse un nuevo nombre (Colectivo Conicet de les Trabajadores) para sumarse al reclamo salarial. Sin embargo, en sus materiales se nota un sesgo que sigue presentando a los CIC como “privilegiados”. Por ejemplo, señalan que el salario promedio de los CIC es mucho más alto que el real (sacaron un extraño “promedio” a partir del salario bruto, que sería de $65.000, cuando el 70% de los CIC cobramos de bolsillo mucho menos que eso: $50.000 los Asistentes y $56.000 los Adjuntos). Además, señalan que algunos CIC cobraron los $3.200 de aumento a cuenta de paritarias, cosa que es falsa. Se sumaron discretamente a la jornada del viernes, al igual que otros delegados. Pero todo esto se parece más a un acto oportunista: luego de largos meses de ningunearnos y negarse a organizar el reclamo, cuando otros ya lo hicieron se suman a la ola como si nada, sin balance o autocrítica alguna. Otro tanto ocurre con sectores de izquierda que no han hecho nada por organizar Investigadores y CPA y ahora comienzan a sumarse. Tal es el caso de la Naranja del Partido Obrero, cuyos militantes hasta insinuaron por redes que el movimiento era “puro humo”, pero el viernes se vieron obligados a pronunciarse. Ahora incluso algún referente universitario de ese espacio sale a decir que hay que “organizar” a los científicos… ¿Alguien le avisó que los trabajadores no lo estábamos esperando y hace meses nos venimos organizando? Parece que algunos creen que la fiesta empieza cuando ellos llegan. En fin, todos los compañeros que se sumen son bienvenidos, pero no deja de flotar la duda sobre la fuerza que podría haber cobrado el reclamo si se hubiera empezado antes y se hubiera tenido el apoyo del gremio. Lo peor es que esto se le propuso al gremio, que podría estar encabezando el reclamo, pero no lo quiso hacer.

A seguir la lucha

Este viernes está convocada una reunión de articulación CIC-CPA para debatir las medidas a seguir. Muchas son las propuestas en danza y las ganas de hacer algo, porque la situación se torna cada vez más insostenible. Si de algo estamos convencidos es que, más allá de las medidas tácticas que se adopten, estamos en el camino correcto: el de la lucha.

#RecomposiciónSalarialConicet

Razón y Revolución Ciencia y Técnica

El viernes pasado se realizó la segunda jornada de protesta virtual convocada por los grupos de investigadores (CIC) y personal de apoyo (CPA) de CONICET, que elaboraron distintas cartas públicas en reclamo de aumento salarial. La jornada tuvo una gran repercusión en los medios y contó con una enorme participación de compañeros. Incluso, se sumaron otros sectores, como administrativos y becarios, con un apoyo de la Asamblea Nacional de Becarios que encabeza la lucha contra los despidos. Y la lucha sigue: esta semana habrá una nueva reunión abierta de investigadores y personal de apoyo para definir las medidas de lucha frente a la información de que el gobierno no planea otorgar ningún aumento en CONICET ni en el Estado en general.

Científicos pobres

Los salarios de los investigadores del CONICET se encuentran sumamente retrasados. Ningún investigador recibió aumentos, ya que no fuimos alcanzados por los miserables $3.200 de aumento a cuenta de la paritaria 2020 para los salarios estatales menores a $60 mil brutos. El 70% de los investigadores, que pertenecen a las dos primeras categorías (Asistentes y Adjuntos), se encuentra cobrando entre $50 y $56 mil, sin tener en cuenta los descuentos por Ganancias. Como los becarios recibieron un aumento, necesario pero insuficiente, hoy el ascenso de Becario Posdoctoral a Investigador Asistente supone un recorte salarial de cerca de $5.000. Un investigador recién alcanzará el salario de un becario posdoctoral tras lograr la promoción a la categoría Adjunto, lo que puede demorar 5 años o más. Esto es una muestra de lo retrasado que quedaron los salarios CIC y la distorsión que sufrió la escala salarial por los aumentos segmentados y parciales. Por su parte, los CPA no están mejor: sus salarios se encuentran en niveles paupérrimos, los nombramientos se retrasan y su histórico reclamo de equiparación jubilatoria sigue cajoneado (a diferencia de los CIC, los CPA se jubilan con el equivalente al 50% de su sueldo en activo, que ya son sueldos de pobreza). Un CPA en la categoría inicial percibe un salario de $40.000, por debajo de la línea de pobreza. Por supuesto, estos salarios se encuentran lejos de la canasta que miden los compañeros de ATE INDEC de $66.000 y muy cerca (e incluso debajo) de la línea de pobreza oficial. Los salarios del sector han perdido entre un 60% y un 70% de poder adquisitivo en los últimos 10 años, según la categoría. Y esto se ve incuso en los cálculos de los economistas más ligados al gobierno, que a pesar de mostrar gráficos en donde se observa que la caída salarial comenzó con el gobierno de Cristina, insisten en solo mencionar la caída bajo el macrismo.

La bronca acumulada por los salarios de pobreza está encontrando un canal de expresión, incorporando incluso a muchos compañeros decepcionados ante las promesas incumplidas del “gobierno de científicos”, que hizo campaña prometiendo el oro y el moro para el sector de CyT. Si a principios de año una carta abierta de investigadores reclamando recomposición salarial juntó alrededor de 1.300 firmas, la que elaboramos en junio juntó 2.350 (https://bit.ly/cartacic) y la de CPA (https://bit.ly/CartaCPA), que se elaboró hace unas semanas, ya lleva alrededor de 1.200 (sobre 2.800 CPA).

Las dos jornadas de lucha que se han realizado hasta ahora mostraron una gran participación y predisposición a enfrentar el ajuste que estamos sufriendo. Incluso creció la bronca entre los compañeros por la pasividad de los gremios, al punto de que surgió la propuesta de elaborar una carta reclamándoles que cumplan con el rol que les corresponde. Esa carta (https://forms.gle/CDpXG1UPGCK8mtba6), con un día de circulación, ya superó las 800 firmas.

El ajuste declarado

Tras la entrega de la carta de los investigadores, parte del Directorio del CONICET y su Presidenta, Ana Franchi, recibieron a una delegación. Allí manifestaron acordar con el reclamo, informaron que hicieron gestiones, pero que no consiguieron respuestas favorables. Incluso sacaron una declaración en apoyo al pedido de recomposición salarial. Por su parte, el Ministro Salvarezza no recibió a los investigadores, así como tampoco lo hizo el Jefe de Gabinete Santiago Cafiero, al que también se le solicitó una audiencia.

Esta semana hemos recibido dos noticias. La primera surgió de una nota en Infobae (https://bit.ly/34f3lE0), donde se informa que el ministro de Trabajo le habría confirmado a Ricardo Peidro y a Hugo «Cachorro» Godoy, titulares de la CTA Autónoma y ATE Nacional respectivamente, que este año no habría aumentos a los estatales. Sí, nos enteramos por el diario, porque el gremio prefiere cuidar al gobierno antes que informar a sus trabajadores y organizarlos para luchar. Son garantes del ajuste.

La segunda noticia surge del acta de la reunión de Directorio de julio, que fue subida estos días (https://bit.ly/3g8eSYl). Allí, Franchi expresa que “También, se les ha explicado [a los investigadores con los que se reunió] que se están realizando gestiones ante las autoridades superiores para que se otorgue mejora salarial al CONICET, la cual es probable que se otorgue el año entrante.” Por un lado, hay un reconocimiento de que no hay ninguna disposición por parte del gobierno y las autoridades de CONICET a otorgar un aumento en este momento. Por otro, hay una mentira hecha y derecha: la Presidenta del organismo no expresó en esa reunión que el aumento sería el año que viene. Por el contrario, en varios lugares ha dicho que creía que este año habría un aumento tras la renegociación de la deuda externa. El gobierno nos está avisando que este año vamos a tener que seguir ajustándonos, pero esta vez con más fuerza que antes, porque no vamos a tener ninguna recomposición frente a la inflación.

Científicos de pie

Desde el año pasado Razón y Revolución Ciencia y Técnica viene planteando en ATE CONICET, tanto en las pocas asambleas que se realizaron como en la Junta Interna  (JI) de Capital, la de La Plata y en los plenarios nacionales de delegados, que es necesario emprender un plan de lucha por los salarios. La negativa constante de la dirección del sindicato llegó al absurdo de que en las asambleas se votaba una campaña por los salarios y luego el sindicato no la llevaba adelante. También se “cajonearon” varias iniciativas acordadas en los plenarios nacionales de delegados en ese sentido, sin que se den explicaciones al respecto. Incluso, después de tres meses de iniciada la pandemia, con el teletrabajo instalado y la paritaria suspendida, al sindicato no se le ocurrió convocar ni una asamblea. Solo frente a la convocatoria a una reunión abierta de CIC, la JI de Capital decidió convocar a asambleas, pero fue en vano porque nuevamente no cumplió con lo que allí se votó.

Cansados de ver cómo el salario se deterioraba y de que el gremio no estuviera dispuesto a mover un dedo, convocamos a una primera reunión abierta, en la que se decidió elaborar la Carta Abierta de Investigadores por la recomposición salarial en CONICET. De allí en más, el movimiento no paró de crecer, al punto que en la última reunión CIC participaron más de 100 compañeros y en la de CPA, 90. Es toda una muestra de que, si hay una propuesta de lucha, los compañeros se suman. El problema es que el gremio pretende que los compañeros se sumen sin proponerles nada. ¿Quién quiere sumarse a un sindicato que frente al ajuste ni siquiera es capaz de sacar una declaración pidiendo aumento salarial? Salvo que crean que los compañeros son masoquistas, no se entiende cuál sería su motivación para afiliarse. Esta bronca contra los gremios creció en proporción a su ninguneo sobre el reclamo, mientras seguían sin mover un dedo. Esto llegó a tal punto que algunos representantes llegaron a expresar públicamente que los investigadores somos privilegiados y no debemos reclamar por nuestros salarios (https://bit.ly/3aHaA8V).

El movimiento que se gestó movió el avispero político en el sector, lo cual muestra su importancia. Por un lado, el sector de la Junta Interna de ATE-CONICET Capital organizado en torno a ATE desde Abajo y Patria Grande, aliados de los kirchneristas de la Verde y Blanca, parece que acusó recibo y decidieron ponerse un nuevo nombre (Colectivo Conicet de les Trabajadores) para sumarse al reclamo salarial. Sin embargo, en sus materiales se nota un sesgo que sigue presentando a los CIC como “privilegiados”. Por ejemplo, señalan que el salario promedio de los CIC es mucho más alto que el real (sacaron un extraño “promedio” a partir del salario bruto, que sería de $65.000, cuando el 70% de los CIC cobramos de bolsillo mucho menos que eso: $50.000 los Asistentes y $56.000 los Adjuntos). Además, señalan que algunos CIC cobraron los $3.200 de aumento a cuenta de paritarias, cosa que es falsa. Se sumaron discretamente a la jornada del viernes, al igual que otros delegados. Pero todo esto se parece más a un acto oportunista: luego de largos meses de ningunearnos y negarse a organizar el reclamo, cuando otros ya lo hicieron se suman a la ola como si nada, sin balance o autocrítica alguna. Otro tanto ocurre con sectores de izquierda que no han hecho nada por organizar Investigadores y CPA y ahora comienzan a sumarse. Tal es el caso de la Naranja del Partido Obrero, cuyos militantes hasta insinuaron por redes que el movimiento era “puro humo”, pero el viernes se vieron obligados a pronunciarse. Ahora incluso algún referente universitario de ese espacio sale a decir que hay que “organizar” a los científicos… ¿Alguien le avisó que los trabajadores no lo estábamos esperando y hace meses nos venimos organizando? Parece que algunos creen que la fiesta empieza cuando ellos llegan. En fin, todos los compañeros que se sumen son bienvenidos, pero no deja de flotar la duda sobre la fuerza que podría haber cobrado el reclamo si se hubiera empezado antes y se hubiera tenido el apoyo del gremio. Lo peor es que esto se le propuso al gremio, que podría estar encabezando el reclamo, pero no lo quiso hacer.

A seguir la lucha

Este viernes está convocada una reunión de articulación CIC-CPA para debatir las medidas a seguir. Muchas son las propuestas en danza y las ganas de hacer algo, porque la situación se torna cada vez más insostenible. Si de algo estamos convencidos es que, más allá de las medidas tácticas que se adopten, estamos en el camino correcto: el de la lucha.

#RecomposiciónSalarialConicet

Razón y Revolución Ciencia y Técnica

Etiquetas:

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

*

Últimas novedades de Novedades

Ir a Arriba