Un nuevo culebrón en un frente inexistente
Un acto de 5.000 personas puso a la izquierda contra las cuerdas. Bastó que Cristina abriera la boca para que el conventillo de las direcciones del FIT volviera a alborotarse. Así están las cosas: un pequeño acto kirchnerista y un lastimoso discurso de Cristina reanudó y profundizó la larga crisis del FIT.
Una propuesta
Mientras Cristina descansaba en Calafate, el PTS (y el NMAS, en forma mucho más vergonzante) se propusieron “heredar” lo que consideraban un “movimiento” kirchnerista. Se mostraron entonces, como los líderes de la “resistencia” (como si hubiera algo que rescatar de estos 12 años…), como los “verdaderos” defensores del “modelo”, frente a la inacción de una dirigencia “traidora”. Una especie de entrismo y una conciliación con el programa burgués. Una mala caricatura del programa de Montoneros. En el caso del PTS las componendas con el FPV se remontan a los últimos años del ciclo K, se profundizaron con el apoyo incondicional a Milagro Sala y terminaron en un voto común en la cámara de diputados, en ocasión de la discusión por el acuerdo con los fondos buitres. En el medio, lo que cualquier militante o activista informado sabe. Al PTS no le importaba la ruptura del FIT, porque creía hacerse con un botín mucho mayor.
Ahora que Cristina amenaza con volver, esta gente se impresiona con 5.000 personas en la calle, duda de la batalla por la “herencia”, vuelve sus pasos hacia sus antiguos aliados y propone relanzar el FIT mediante un “encuentro o conferencia” y una coordinación a nivel “latinoamericano”. Una citación judicial, largamente anticipada, revela el grado de consistencia de la “estrategia” de estos compañeros y la solidez de sus convicciones.
Bajo el macrismo, el PTS reiteró su política facciosa y divisionista: se negó a conformar bloques legislativos y votó como quiso y con los argumentos que se le ocurrieron, sin acordar ninguna posición común, sin reparar que sus cargos son el resultado del desempeño de un frente, y que quienes votaron, votaron por un frente. Hicieron campaña por “la izquierda que se une” y, al mejor estilo burgués, una vez conseguida la bancada hacen lo que se les antoja.
Por su parte, acierta el PO al recordar a sus “aliados” su relación con el kirchnerismo y su divisionismo, al responder a su propuesta de un “encuentro o conferencia”. Pero olvida su propia responsabilidad en este fracaso político y, más importante todavía, elude el punto en discusión. Olvida su propia responsabilidad, porque fue el PO el que se negó sistemáticamente a desarrollar políticamente al FIT. Fue el PO el que impulsó el carácter netamente electoral del frente. Fue el PO el que aceptó las internas abiertas, cedió la dirección al elemento más retrasado y abrió la puerta a la descomposición del frente. Todo con tal de no enfrentar un congreso de militantes, la única alternativa para resolver las diferencias con un método revolucionario. Fue el PO, además, el que se negó a criticar a Milagro Sala en los primeros comunicados públicos, el que no atinó a convocar a una marcha independiente y el que no se diferenció del voto del FPV en el caso de los acuerdos con los fondos buitres. El FIT está como está también por su responsabilidad.
Pero eso no es lo más importante. Los acertados reproches del PO al PTS sirven en realidad para desviar la atención y ocultar un recule. El PTS hizo una propuesta: organizar un “encuentro o conferencia”. El PO no hizo ninguna crítica a la idea. Simplemente, acusó a sus autores por crímenes que no vienen al caso. Se le hizo una propuesta concreta y miró para otro lado.
La propuesta del PTS es ambigua e insuficiente, pero ciertamente saludable. Es ambigua, porque no se sabe si es “encuentro” o “conferencia”. No se sabe quiénes pueden participar y bajo qué modalidad y condiciones (representación proporcional, elección de delegados, acuerdos de direcciones). No se sabe cuál es el objeto puntual, los puntos a debatir ni la instancia que se quiere crear. Es insuficiente porque no se propone como una instancia deliberativa. Una conferencia es simplemente un acto donde algunos dirigentes van a dar discursos, sin ningún intercambio ni votación. Se llega, se escucha y se desconcentra. Una expresión casi escapada de contexto avisa que no se quiere “menospreciar el debate…”. ¿Pero qué? Huele a una invitación a catarsis colectiva tras la cual los dueños de la batuta serán los que decidan.
Lo que hace falta es un congreso de militantes. Con delegados con mandato, un temario y una votación general. Un congreso precedido por un proceso de discusión programática entre los partidos y agrupamientos, con paneles de debate a lo largo del país e incluso la formación de una publicación al efecto. El objetivo debe ser preparar una intervención política común. Léase bien: política. La palabra no está puesta simplemente para llenar un espacio o enfatizar, sino para señalar que la acción debe superar la instancia sindical. Debe acordarse una estrategia y un comando único de dirección. El objetivo debe ser la unificación política de todas las organizaciones del FIT y de aquellas que rondan en su periferia, en un Partido Único, con libertad de tendencias. No una federación, un Partido, con una dirección única: se discute, se vota y luego todos acatan.
El PTS no propone esto. Igual que el PO, le escapa al asunto. No obstante, la propuesta de encuentro o conferencia de toda la izquierda ligada al FIT puede ser un primer paso válido. Con una condición: que puedan hablar todos. Si se trata de juntar gente para escuchar a Del Caño, Bregman, Altamira, Pitrola, Giordano y dos o tres más, no. Los venimos escuchando y leyendo hace años. De comparsa para una conferencia “a la Cristina”, no. Por el contrario, si todos pueden intervenir, cuenten con nosotros.
Los esotéricos
El PSTU y el NMAS han opinado sobre el asunto y su opinión es importante. No tanto por el contenido, sino por el atraso político que refleja buena parte de la periferia del FIT, responsable ella también de la situación actual.
El NMAS señala que este año no hay elecciones. Por lo tanto, hay que dedicarse a la agitación meramente sindical. Interesante asociación entre política y campaña electoral la que tienen compañeros que se dicen revolucionarios. Pero eso no es todo: el eje sería luchar “contra Macri”. Es decir, quieren un frente con el kirchnerismo. No solo con los que votaron el acuerdo con los buitres y con los que votaron el ajuste en la provincia de Buenos Aires. No solo pedir que liberen a Cristina por haberle facilitado miles de millones de dólares a los bancos, sino también hay que apoyar a los intendentes K y las gobernadoras de Santa Cruz y Tierra del Fuego. Suponemos que en esas provincias, el NMAS es consecuente y no apoya ninguna lucha de los trabajadores. Pero hay más, critican a la izquierda por haber realizado una marcha independiente el 24 de marzo. Según estos compañeros, deberíamos marchar con Aníbal Fernández, Boudou y compañía y, sobre todo, no decir nada de la presencia de Obama, tal como lo hizo esa marcha.
El PSTU, por su parte, sin ninguna perspectiva política propone simplemente un plan de lucha sindical. Por eso, se opone a cualquier encuentro, congreso o conferencia que huela a discusión política y se amague a una intervención más allá del pedido de aumento de sueldos. O son peronistas o están dispuestos a regalar a la clase obrera a cualquier aventura reformista. Además, pretenden reemplazar un acto clasista por la consigna burguesa de una “segunda independencia”. Es decir, no se trata de emular la Revolución de Octubre, sino en reeditar la de 1810, cuyo sujeto fue la burguesía.
Ese seguidismo a la burguesía en términos programáticos se complementa con un sectarismo en términos organizativos. No llaman a un acto de la clase obrera, no llaman a la unidad de los revolucionarios, sino a… ir con el PSTU. Con su partido y su “internacional” (sic), arrogándose una presencia en la lucha de clases que no tienen. Están incapacitados, además, a realizar ninguna crítica al FIT. Si uno cree que un frente está cooptado por el “eletoralismo”, arma otro. Razón y Revolución ofreció formalmente al PSTU comenzar una serie de discusiones para construir un espacio político común que, sin dejar de reconocer el acierto que en su momento fue la creación del FIT, intentase superar lo existente. Su respuesta fue “empiecen sin nosotros”… Si uno no se hace cargo de las tareas que proclama, no puede acusar luego a nadie. Es tan responsable, por omisión, como el acusado.
Otra vez, la propuesta
Encuentro o conferencia, el PTS propuso al menos eso. El PO, no acepta ni siquiera eso. Todo militante revolucionario debe poner su energía en la creación de una instancia que evite la dispersión de fuerzas más allá de las nomenclaturas, si realmente tiene vocación de poder. Saludamos la propuesta del PTS y estamos a disposición para poner manos a la obra, con la condición que manifestamos más arriba: que hablen todos.
Razón y Revolución
El 24/3 no marcharon «boudou y AF», marcho el Pueblo, si el FIT y La Cámpora pretenden diferenciarse como militantes de primera alla ellos. Es falso además sugerir que los que no marchamos con bandera partidaria le esquivamos a la presencia de Obama. Hay frenar la chicana a todas partes sobre todo si se teme por la atomizacion del FIT, que quierase o no fue forzada por la decision de CFK de implementar las PASO, ni siquiera por voluntad de las partes
Avisenle al trotkismo argentino que se parece más una socialdemocracia al estilo syriza que a lo que escribió y puso en práctica Leon Trotsky durante la revolución de octubre. Quiero una izquierda combativa, que arme al proletariado, que purgue a la burguesía con pelotones de fusilamiento, no a este mamarracho del FIT que parece un partido de fútbol de solteros contra casados.
Concuerdo en algunos puntos y discrepo en otros. Por ejemplo, la conferencia a la que llama el PTS, es el primero de mayo. Pretenden transformar un día emblemático, donde los trabajadores tienen que estar en la calle, en un acto electoral. Esto es denunciado por el PO y esta nota no dice nada al respecto, va, no dice nada de la lucha interna dentro del FIT. No dice nada de la adaptación a la burocracia del PTS, ni del proceso crítico desarrollado dentro del PO luego de las paso. Donde el PO ve claramente su adaptación al régimen democrático burgués, y al electoralismo. Lo más probable, es que de desarrollarse un congreso del FIT, al querer hablar todos, el PTS no lo integre… Y eso sin analizar el resto de la nota y al propio RyR.
Por qué tanto el PO com el PTS se niegan sistemáticamente a ¨la unificación política de todas las organizaciones del FIT y de aquellas que rondan en su periferia, en un Partido Único, con libertad de tendencias. No una federación, un Partido, con una dirección única: se discute, se vota y luego todos acatan.¨ ?
Por qué se contentan con un mero frente electoral?
Cuales son, a su entender, el de RyR, las razones de esta negativa?
Saludos
Sirve la nota. Sin embargo, disiento en varios puntos:
i) RyR y el PTS operan con el fetiche de la «revolución» (bien criticado por Marx a Bakunin -debates en la 1era internacional, por Engels -Sobre la cuestión de la vivienda-, por Trotsky -a fines de los 1920s y principios de los 1930s en la crítica a la «unidad de los revolucionarios»-, y por Lenin- eg 1905-).
En el caso específico del PTS, se llama a la «izquierda revolucionaria», un campo con el cual nunca se identificaron Marx, Engels, Lenin y Trotsky. Castro, Guevara y el guevarismo, sí lo hicieron. De ahí que pareciera ser que el PTS se identifica más con ellos que con la política marxista y clasista genuina, más con la revolución cubana que con el bolchevismo.
ii) La crítica en que RyR hace una caricatura burda del NMAS. No es solo que repitan de manera aún más aberrante los métodos que le criticaron a Astarita en 2005-2006, sino que se ataca a un trotskysmo que aún le queda algo de marxismo y clasismo, cuestión que pareciera brillar por su ausencia ya en el PTS y el PO.
Y esta crítica al NMAS se relaciona con la confusión vanguardista de RyR entre «sindicalismo» y «lucha obrera». En SUTNA, Gestamp y otros el NMAS sí tiene obreros de base luchando en sentido clasista, no haciendo «sindicalismo». Mucho más cercana a lucha guevarista burguesa es ésta operación que confunde sindicalismo con lucha obrera, que cualquier confusión equivocada (por no decir infantil) entre una marcha y un frente único.
Es claro que la lucha comunista y clasista debe ser contra la clase dominante y no solo contra Macri, pero de ahí afirmar que porque se pone el acento en Macri necesariamente se llega al frente popular, hay un salto lógico muy grande (casi no digno de cualquiera que se considere marxista).
saludocomunistaclasista
msm
coincido en las necesidades actuales de las vanguardias combativas, el frente electoral del FIT cerro las puertas de muchas corrientes clasistas y partidos , ¿ temor sectario a las discusiones entre obreros y revolucionarios ? , tanto el PO como el PTS manejan el FIT a su antojo pero no dejan de cacarear que es una conquista de todos , ya es hora de abrir el FIT a todas las corrientes clasistas en funcion de un gran partido para la lucha y organizacion de la clase obrera , retardarlo es criminal en esta etapa, un abrazo obrero y socialista.