La semana pasada Alberto dio inicio a las sesiones ordinarias en el Congreso. Su discurso, para variar, fue pura cháchara. Estuvo hablando por 2 horas sin decir nada importante ni presentar algún plan de cara a lo que se viene. La mayor parte del tiempo lo invirtió en acusar a Macri de problemas que, si bien fueron parte de su gestión, también son temas del actual gobierno.
En 4 años no se puede poner a la Argentina en el lugar en que está ahora, por más errores y ajuste que haya hecho Macri. Nadie coloca en ese plazo de tiempo a un país con los niveles de pobreza, de indigencia y de crisis económica que sufrimos nosotros si no lo acompaña un proceso anterior. El ex presidente durante toda su gestión llevó a la pobreza del 30 al 35%. Pero, el actual gobierno, en un año, ya la elevó un 5%. Es decir, lo que Macri hizo en 4 años, ¡Alberto ya lo hizo en sólo un 1 año!
Recordemos además que el kirchnerismo co-gobernó con el macrismo 4 años. No sólo le aprobó todo lo que querían, sino que además le prestó los gobernadores para gobernar. Fue todo en conjunto. Macrismo y kircherismo, ambos contribuyeron a que este país esté destruido.
Es que el asunto de fondo no es Macri ni Alberto. O mejor dicho, son los dos y todos los que nos vienen gobernando hace 200 años. Nadie puede ofrecer un plan para la Argentina, ningún político patronal lo tiene. Y no lo tiene porque la clase social a la que pertenece, la burguesía, hace rato que ya no puede llevar las riendas de este país. De ahí que cada vez nos hundimos más y más.
El discurso de Alberto también estuvo lleno de mentiras, como cuando afirmó que en Argentina estábamos fabricando vacunas. Algo que está muy lejos de ser cierto. En nuestro país ni siquiera tenemos plata para comprar las vacunas que requerimos para aplicar a la población. Tampoco se está planificando cómo continuar de ahora en más. Con el tema de la pandemia se ha tapado la crisis argentina y se buscó desde un principio instalar la idea de que el Covid es algo que viene de afuera sobre lo que uno no puede hacer nada.
En relación a la pandemia, tanto el gobierno como la oposición venían con una línea común frente a las muertes por Coronavirus. Andaban diciendo en sus declaraciones cosas como: “que se mueran los que se tienen que morir”. Sin importarles nuestras vidas porque total ellos si podían aislarse. No como nosotros que teníamos que salir de nuestras casas para ir a trabajar.
Sin embargo, la oposición dio un giro tras la aparición del escándalo del vacunatorio VIP. Fue entonces, cuando encabezaron una marcha que dio mucho de qué hablar. El kirchnerismo y el trotskismo acusaron a la movilización de fascista. Sobre todo, por la exhibición de bolsas que simulaban cuerpos con nombres como el de Sergio Massa, Eduardo Duhalde o Estela De Carlotto. Esta muestra frente a la Casa Rosada representaba cada uno de los cuerpos que habían fallecido por no recibir la vacuna que les habían aplicado a estos políticos. Lo que está rescatando y apropiándose el macrismo con todo esto de las bolsas negras, es una consigna de tipo ¡que se vayan todos! Pero como explicamos, oficialismo y oposición son lo mismo. En realidad, esa consigna debe ser nuestras y debe apuntar a llevárselos puestos a ellos. Tenemos que sacarnos de encima a esta lacra de inútiles y gobernar nosotros. Para eso necesitamos actuar de manera unificada y de acuerdo a nuestros propios intereses. Tenemos una herramienta que puede cumplir esa función: la Asamblea Nacional de Trabajadores Ocupados y Desocupados, que tendrá su primera cita este sábado 13/3 en 23 provincias. Ahí tenemos que estar.