Recalculando… Los realineamientos de la burguesía argentina tras las PASO

en Aromo/El Aromo n° 107/Novedades

Gonzalo Sanz Cerbino
Laboratorio de Análisis Político


Hasta el 11 de agosto, Macri contaba con el apoyo de buena parte de la burguesía argentina. Aunque las críticas, tanto de la burguesía industrial como del agro, se acentuaron con la profundización de la crisis en 2018, el temor al retorno del kirchnerismo alineó al grueso de la clase dominante con el oficialismo. Solo las pymes, representadas en la UIA por dirigentes como Guillermo Moretti (representante de la industria plástica santafesina) o José Urtubey (dueño de Celulosa Argentina) hicieron campaña contra Macri. Los grandes industriales que comandan la UIA y la dirigencia agropecuaria reunida en la Mesa de Enlace, por el contrario, silenciaron sus críticas, la mejor forma que encontraron de respaldar a Mauricio.1 Sin embargo, todo cambió tras las PASO. Alberto comenzó a ser invitado a cónclaves empresarios y a recibir respaldos inesperados. Se abría el mercado de pases.

Los garrochistas

Los contrastes en la campaña de cara al 27 de octubre son muy notables. Mientras Alberto recibe empresarios aquí y allá, e intenta moderar su discurso para granjearse el apoyo de la burguesía, Macri solo recibió reproches, frialdad y hasta desplantes en las pocas reuniones con empresarios a las que fue. La burguesía comenzó a saltar el charco. El caso más resonante fue el de Marcos Galperín, dueño de Mercado Libre, que luego de apoyar abiertamente a Macri, corrió a reunirse con Alberto tras las elecciones. Sin embargo, no fue el único. En mayo de este año, un conjunto de empresarios preocupados por un posible triunfo kirchnerista creó el grupo de WhatsApp “Nuestra Voz”, donde se discutían estrategias para apuntalar al oficialismo de cara a los comicios. El grupo está integrado por Martín Migoya y Gubert Englebienne, de la empresa de servicios informáticos Globant; Federico Braun, de Supermercados La Anónima; Cristiano Rattazzi de Fiat; Martín Cabrales, de Café Cabrales; Hugo Sigman del Grupo Insud; Gabriel Martino del HSBC y Marcos Galperín, entre otros. En ese grupo, el mismo 12 de agosto, se barajó la posibilidad de pedir que Macri baje su candidatura para potenciar a Lavagna e impedir el regreso del kirchnerismo.2

Sin embargo, con el correr de los días, la gran burguesía industrial entendió que las cartas estaban echadas y que la mejor estrategia era alinearse con el bando ganador. Una voltereta notable es la que dio Funes de Rioja, presidente de la Coordinadora de la Industria Alimenticia (COPAL) y uno de los vices de la UIA. A fines de agosto, Funes de Rioja salía a denunciar a los empresarios “garrochistas”, que saltaban el cerco y se alineaban con Alberto. Sin embargo, a principios de octubre anunció públicamente el respaldo de la COPAL al “Plan contra el hambre”, que Fernández anunció con bombos y platillos. Es más, comprometió la donación del 1% de la producción de las empresas alimenticias para garantizar el programa, una promesa que no hubiera podido hacer sin la venia de las empresas socias de COPAL que lideran el mercado alimenticio: Molinos (del grupo Pérez Companc) y Arcor. El “Plan contra el hambre” recibió también el apoyo de la multinacional semillera Syngenta, recientemente adquirida por capitales chinos, que también se comprometió a donar el 1% de su producción. Sin embargo, no solo el imperialismo chino se alineó con el candidato más votado: funcionarios del Citi Bank viajaron de Nueva York para entrevistarse con Fernández y ofrecerle sus servicios para renegociar la deuda externa.3

Otro empresario que saltó el charco es Hugo Sigman, uno de los popes de los laboratorios farmacéuticos locales, que del grupo “Nuestra Voz” pasó a negociar directamente con Alberto quién ocupará el Ministerio de Salud. Otro empresario que se acercó en estos días a Fernández es Roberto Urquía, el dueño de Aceitera General Deheza (AGD),que se había alejado del kirchnerismo tras el conflicto del campo. Urquía gestionó personalmente un conclave entre el candidato y la Fundación Mediterránea, donde Alberto recibió elogios y aplausos. Sin embargo, su presencia en lo que otrora fue el semillero del que surgieron economistas como Domingo Cavallo, no hubiera sido posible sin el visto bueno (otra vez) de Arcor, la empresa que maneja los hilos de la Mediterránea.

El acercamiento de AGD, Arcor y COPAL a Fernández da cuenta del realineamiento de los grandes industriales, que queda de manifiesto al observar lo que sucede con la UIA. El presidente de la entidad fabril (y directivo de AGD) Miguel Acevedo cada día se muestra más cerca de Alberto. El 11 de septiembre Fernández anunció en Tucumán su intención de firmar un “Pacto Social”. Allí estuvieron Acevedo, en representación de la UIA, y Héctor Daer, por la CGT. A principios de octubre, al realizarse el Coloquio de la Unión Industrial de Córdoba, Acevedo se retiró antes de escuchar la disertación de Macri. Aunque el titular de la UIA se excusó en problemas de agenda, Macri le recriminó el desplante en su discurso.4 Al día siguiente, la UIA en pleno recibió en Buenos Aires a Alberto Fernández. Acevedo estaba allí para escuchar al candidato. Al finalizar el encuentro, Acevedo declaró a la prensa que Fernández “habló de la mirada del futuro, muy similar a lo que estamos pensando nosotros”.5 Ya ni siquiera disimulan…

Poco a poco, los grandes industriales se van alineando tras el ganador de las PASO. Cada vez que Alberto habla, les va quedando más claro que no parece ser tan distinto a Macri. Como señaló Miguel Blanco, presidente de Swiss Medical y coordinador del Foro de Convergencia Empresarial, con Alberto “no vendrán políticas diametralmente opuestas” a las de Cambiemos.6 Incluso, Fernández puede llegar a ser mejor que Macri para las patronales: nada mejor que un gran respaldo popular (y el apoyo de una CGT unificada con la CTA) para hacer pasar el ajuste.

Los desconfiados

Donde no están tan convencidos de cambiar de camiseta es en el campo. Algunos voceros de la coalición triunfante no ayudaron mucho: Juan Grabois reclamó una Reforma Agraria, mientras que Felipe Solá, a quien se suponía más moderado, reflotó la idea de recrear la Junta Nacional de Granos para controlar el comercio de productos que inciden en la canasta alimentaria. Aunque Alberto Fernández descartó ese tipo de medidas, es lógico que la dirigencia agropecuaria mantenga una prudente distancia. Las promesas del candidato, como la reactivación del consumo o las políticas industrialistas, cerrada la posibilidad de contraer más endeudamiento, solo podrán financiarse con mayores cuotas de renta agraria. Es más, Alberto, que también recibió a la Mesa de Enlace, ya avisó que en medio de la crisis no puede prometer una baja de las retenciones, aunque considere que no es el mejor tipo de herramienta impositiva. Lo mismo dijo a su turno Kiciloff. Aun así, no estaría mal para el agro mantener los niveles de retenciones existentes, más aún con una devaluación como la que todo el mundo espera después del 27 de octubre. Por eso, en el agro, algunos ya se arriman a Fernández. Federación Agraria vuelve a insistir con las retenciones segmentadas, y ha surgido en ella una fractura interna que cuestiona la reelección de su presidente, Carlos Achetoni, por su cercanía al macrismo. El presidente de CARBAP, Matías de Velazco, siempre crítico de cualquier tipo de intervención, recibió a Axel Kiciloff y expresó entusiasmo con su promesa de reactivar la producción en la provincia. Incluso los voceros de la Mesa de Enlace han salido a decir que están dispuestos a discutir la continuidad de las retenciones para hacer una contribución a la “estabilidad e institucionalidad” del país.7

Razones para enamorarse

Es claro que el agro no tiene mucho para ganar con el cambio de gobierno, y si se acerca a quien puede ser el futuro presidente, es para “moderar” sus apetitos y negociar una contribución, en lo posible modesta, a la estabilización económica. No sucede lo mismo con los grandes industriales, que a su vez constituyen la fracción más poderosa de la burguesía local. En el discurso, los objetivos de Alberto coindicen con lo que espera alcanzar la UIA: políticas industrialistas, reactivación del consumo, apuntalar exportaciones industriales. Todo eso se traducirá en políticas concretas, las que históricamente demandaron los industriales: subsidios, exenciones o reducciones impositivas, protección aduanera y baja de tasas de interés. El problema es que, para todo eso, se necesita plata, que es precisamente lo que no ingresa al país desde el derrumbe de los precios de la soja en 2009, y desde que a Macri le cortaron el chorro de la deuda. Pero para la gran burguesía industrial esas restricciones pueden sortearse recortando los costos laborales. En el corto plazo, la solución es una nueva devaluación, que esperan para después de las elecciones, si es que Macri accede a “preservar las reservas” como exige Fernández. Tras ello será necesario contener los reclamos de recomposición salarial. Alberto ya propuso la solución, el “Pacto Social”. Posponer por al menos seis meses los reclamos por aumentos de sueldos, convalidando de esa forma la caída salarial de los últimos años del kirchnerismo, la que vino de la mano de Macri y la que vendrá si se produce la devaluación que todos esperan.

La resistencia de cada uno de los dirigentes de la UIA, de Acevedo a Urtubey, a otorgar el bono de 5.000$ que propuso Macri tras las elecciones devela cuál es el contenido del Pacto Social para la burguesía. Los reiterados llamados de Alberto a abandonar las calles también. Salarios miserables y que la gente no proteste. En el medio tiraran alguna migaja para los sectores más pauperizados de la clase obrera, como prometen con su “Plan contra el hambre”. La gran burguesía industrial contribuye con un vuelto a sostener ese plan, como muestra de buena voluntad, y se asegura de imponer sus condiciones en lo que verdaderamente importa. Y lo que realmente importa es lo que viene dentro de ese caballo de Troya llamado Pacto Social: la reforma laboral. La burguesía ya ha comenzado a exigir la introducción de nuevas formas de flexibilización, convenio a convenio. Es la única vía que encuentran para alcanzar la utopía de las exportaciones industriales. El futuro presidente presiona a la burocracia sindical para que lo acepte, y los dirigentes de la CGT ya se mostraron dispuestos a hacerlo, siguiendo el modelo del convenio de Vaca Muerta que Macri firmó con los petroleros. Quien develó la letra chica del Pacto Social fue Moyano, que no dejó lugar a dudas:

“Yo creo que el futuro Gobierno que seguramente va a ser de Alberto, va a tener que sentar a todos en la mesa. Y ahí todos tenemos que aportar algo si queremos sacar el país adelante. Estamos convencidos que con una reforma laboral no se resuelve esto. Pero estamos convencidos que si hay que resolverlo directamente con cada una de las actividades habrá que hacerlo. Yo estoy dispuesto a hacerlo. Cada actividad debe adaptarse a las necesidades económicas.”8

El problema no es solo que, tanto Alberto (y la burocracia sindical) como la burguesía, aspiran a que una vez más seamos los trabajadores los que paguemos los costos de la crisis. El verdadero problema es que el sacrificio que nos exigen será inútil: hace 70 años que venimos de ajuste en ajuste, que nuestros salarios caen y la flexibilización avanza, y el país nunca termina de salir del pozo. La Argentina capitalista está quebrada, y sus nuevos gerentes no tienen otra solución más que volver a exigirnos un nuevo esfuerzo que, como siempre, haremos en vano. Es hora de que seamos los trabajadores los que tomemos el timón, para plantear la única solución viable a esta crisis, el socialismo.


Notas

1Ver Sanz Cerbino, G.: “La burguesía planera ataca de nuevo. Los planteos de la clase dominante en época de ajuste”, El Aromo Nº 104, marzo-abril de 2019, http://bit.ly/35ui7oW.

2http://bit.ly/318nAhq, http://bit.ly/2OFlnb1.

3http://bit.ly/311iRhK, http://bit.ly/2OEpqnV, http://bit.ly/319EWKS,http://bit.ly/2OCmbx4.

4http://bit.ly/2M5QvyD,http://bit.ly/2OEuxEz.

5http://bit.ly/2MBi0yS.

6http://bit.ly/2oBdtod.

7http://bit.ly/3288LNx, http://bit.ly/313BhOJ, http://bit.ly/33mvg17.

8http://bit.ly/2Vyb1ek.

1 Comentario

  1. Amigos de Razón y Revolución:
    Gracias por permitirme dirigirme a los otros lectores.
    ¿Sos un macrista abombado o un kirchnerista recalcitrante? Ejercicio republicano: conocer las opiniones de todos, pero de verdad, a través de las tapas de diarios de todo el pais. Pingüinos y gorilas, acceder con máscara de oxígeno: http://ensamble19.com.ar/argentina.php

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