Hoy es noticia que El Ministerio de Educación nacional desembolsó $406 millones entre marzo y abril para imprimir 18 millones de cuadernillos, uno de los gastos más abultados para garantizar la “continuidad” educativa de quienes no tienen internet. La polémica no está en el volumen del gasto sino por sus contenidos políticos y la difusión de las obras de gobierno. Así, se le pide a los alumnos de 6º y 7º grado que respondan en ciencias sociales cuáles son las acciones que está llevando adelante el gobierno para enfrentar la Pandemia. Al ser consultado por la prensa, Trotta dijo que se trataban de 1.400 páginas editadas y que él no leía todo. Aclaró que no le parecía mal que se publicite la acción estatal.
El zorro pierde el pelo, pero no las mañas. La historia del peronismo en general y del kirchnerismo en particular está minada de ejemplos. Solo por tomar los últimos, en 2015, entre enero y julio, se repartieron los manuales para el plan Fines 2. El texto de historia sobre un total de 206 páginas dedica casi 30 a la historia reciente de Néstor y Cristina en una unidad denominada “reconquista de los derechos y reconstrucción de la democracia”. Sería lo de menos. Cierto es que la historia que cuenta hilvana toda una serie de arbitrariedades para colocar al peronismo en general y al kirchnerismo en particular como los artífices de los derechos de los trabajadores y todas las bondades de la historia. Por ejemplo, en la unidad que examinaba el modelo agroexportador y la oligarquía presentan un texto que reseña en 12 líneas la situación de los trabajadores a principios del siglo XX y enumera sus penurias y falta de derechos como jubilación, vacaciones, protección médica, indemnizaciones por despidos. El cuestionario les va a preguntar “¿desde cuándo les parece que los trabajadores obtuvieron esos derechos? ¿cómo se estima que los obtuvieron? ¿les parece que una vez logrados, nunca los perdieron o bien que alguna vez los perdieron y los volvieron a reconquistar?”. Para la historia reciente, las imágenes del manual son elocuentes: Néstor abrazando a Hebe de Bonafini, la foto del gral Bendini bajando el cuadro de Videla, Néstor con Chávez, Néstor traspasándole el mando a Cristina. El crecimiento con inclusión social, la AUH, el PROCREAR, la Ley de Matrimonio Igualitario, el voto optativo para jóvenes son los hitos de la política que llevaron a “chocar con las corporaciones”. El crecimiento de la militancia y de la organización popular es graficada con una foto de La Cámpora y concluye: “hoy gracias al proceso abierto en 2003, la Argentina vuelve a tener un lugar en el mundo, pero ya no basada en el sometimiento, sino en mantener con firmeza las banderas de la soberanía política e independencia económica”.
El manual de Política y Ciudadanía también resulta funcional a la construcción del relato kirchnerista. Las imágenes son elocuentes: Aerolíneas Argentinas en la unidad de soberanía, junto al voto femenino (graficado con la imagen de Eva en el hospital votando) junto al voto joven, la participación organizada a través de movimiento sociales, el PROGRESAR como ejemplo de política garante de derechos, el terrorismo de Estado como negación del Estado de derecho y, una vez más, Néstor bajando el cuadro de Videla junto a Bendini en Casa Rosada. La educación como derecho entendiendo que el menemismo la concibió como un servicio y la imagen que ilustra ese capítulo es la del Plan Fines. El peronismo como artífice de derechos para los trabajadores, la oposición de los desocupados “piqueteros” de los que eligieron formas de economía social y su función en la etapa K de la reconstrucción como administradores de políticas sociales, la ley de identidad de género como derecho de segunda generación garantizado por el kirchnerismo.
Fueron los mismos que permitieron el desembarco de La Cámpora en las escuelas, allá en 2011, en el marco del lanzamiento del Programa “Florecen 1.000 flores, pintamos 1.000 escuelas” con la excusa de acondicionar escuelas antes del inicio del ciclo escolar. Todo el proceso en el marco de las “Primeras Jornadas Nacionales Néstor Kirchner” que recorrió con “ayuda” la Ciudad de Buenos Aires y las provincias de Buenos Aires, Chaco, Tucumán, Misiones, La Rioja, La Pampa, Entre Ríos, Salta, Jujuy, San Juan y Córdoba. Como olvidar su rol en la distribución de libros del Plan Nacional de Lectura, del Ministerio de Educación de la Nación. Y el uso de las redes de la Subsecretaría para la Reforma Institucional y el Fortalecimiento de la Democracia, dependiente de la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Presidencia de la Nación. Gracias a ello, los camporistas organizaron talleres de “debate democrático”, con el juego “El héroe colectivo”. Usufructuando un programa oficial, no les resultó difícil obtener permisos para el ingreso a las escuelas. Una vez destapada la olla, se multiplicaron las denuncias sobre el accionar de los jóvenes K en Rosario, Córdoba, Mendoza, Entre Ríos, Buenos Aires, CABA, Chubut y La Pampa, entre otros.
Podríamos irnos más atrás en la historia y encontrar lo mismo en las cartillas de alfabetización del camporismo, los manuales oficiales del peronismo, la lectura obligatoria de La Razón de mi vida en las escuelas de todo el país solo por dar algunos ejemplos. Todo ello prueba que el Estado no pierde oportunidad para reforzar los vínculos ideológicos con la clase obrera. Tarea nada menor si busca que la crisis no devenga en estallido social y le explote en la cara. Así, papá Alberto aparece en los manuales escolares como otrora lo hizo la figura de Perón. Un Estado que nos cuida y nos protege. Reconocen que la escuela cumple una función vital en la construcción de la conciencia. Es hora de dar nuestra propia batalla.
Leer más: Zamba y la historia kirchnerista: https://bit.ly/2LSqHVD
La Cámpora en las escuelas: https://bit.ly/2WUWk7o