En estos días se hizo pública la noticia de que los trabajadores de la salud con dependencia del municipio, aquellos que se desempeñan en los CAP (Centro de Atención Primaria de la Salud), no cobrarán el bono que está dispuesto desde Nación para el área. Un ataque al salario que se suma al que se concreta día a día, cuando los sueldos reales compran cada vez menos cosas por la inflación. Sin paritarias desde hace meses y sin acuerdos que alcancen el nivel inflacionario, los sueldos ya son de supervivencia. Negar un bono es la estocada. Petrecca tiene que hacerse cargo.
Por otro lado, hay que señalar que quienes se desempeñan en salud en Junín, tanto en a nivel municipal o provincial están tremendamente expuestos en esta pandemia. Más aún producto de la política del abandono al que condenan al sector desde hace décadas. Gobierno tras gobierno lo que vemos es que el estado general del sistema de salud al que accede la clase obrera se encuentra en un pozo cada vez más profundo. Piense el lector en los hospitales cerrados de la ciudad y reconvertidos en oficinas donde se archivan papeles, o en el estado general de las poquísimas salitas que existen en los barrios.
El problema de los municipales que se desempeñan en el área de salud es la coronación de un proceso de degradación de la vida social mucho más amplio. La solución se encuentra en manos de los propios trabajadores y sus métodos organizativos: asambleas y acciones en todos los hospitales, clínicas, guardias y centros de salud. Llamamos a impulsar un reclamo conjunto por la producción y suministro de todos los recursos necesarios para hacer frente a la pandemia, por la capacitación integral de todo el personal, por la garantía de todas las condiciones laborales, por salarios que pongan el mínimo en dos canastas básicas, por el fin de la precarización y el pase a planta permanente, por el aumento de presupuesto para la salud pública. Finalmente, con todo, la crisis sanitaria expone lo que los capitalistas tienen para ofrecernos a los trabajadores. Un sistema fragmentado y degradado. Desfinanciado y con trabajadores super-explotados. Necesitamos tomar el asunto en nuestras manos: un sistema sanitario centralizado bajo control de la clase obrera, para atender a nuestros propios intereses.
Razón y Revolución Junín