Otra vez el pacto social

El gobierno vuelve este año a insistir con el pacto social. Ya desde la campaña el FDT instaló la idea de que era necesario un nuevo pacto social. Una vez en el gobierno promocionó un acuerdo de precios y salarios, pero la pandemia allanó el camino. Hubo acuerdo entre la UIA y la CGT, pero para rebajar los salarios nominales y suspender. La famosa prohibición de despidos no evitó que el desempleo subiera. La reapertura de paritarias en los últimos meses del año no compensó la perdida, no solo porque la mayoría de las paritarias se firmaron por debajo de la inflación anual que cerró en 36,1%, y que no fue mayor por la recesión. Esto se suma a que la mayoría de las paritarias se firmaron tarde, en la segunda mitad del año, y los trabajadores sufrieron un descuento nominal durante varios meses. Por tanto, además del porcentaje paritario por debajo de la inflación el ajuste se dio porque el monto de salario percibido durante el año cayó (mientras la inflación crecía el salario se mantenía congelado o con descuentos y el aumento se cobró pocos meses del año). Es decir, tuvimos otro año de ajuste salarial.

Por si no había quedado claro con todos los años de caída de salario real que llevamos, 2020 volvió a mostrar que es falso que sean los aumentos salariales los culpables de la inflación. Es por eso que la idea de “alinear” precios y salarios para que no se dispare la inflación es mentirosa y encubre, además, que los salarios vienen perdiendo, por lo que alinearlos con la inflación es consolidar la caída de los años previos. Por otro lado, la cifra que pretende imponer el gobierno, 35%, es un dibujo. Primero porque es evidente que la inflación contenida se va a disparar por el aumento de la actividad, por mínimo que sea, a causa del levantamiento del ASPO. Esto ya se está viendo con la aceleración de la inflación de los últimos meses. Y en segundo lugar porque la devaluación se acelera. Nadie estima seriamente que la inflación será menor al 50% en 2021. A este panorama hay que sumarle que el pacto social supone que se pone un techo a los aumentos salariales, pero los precios no respetan ningún tope. Así, los salarios se congelan y los precios suben.

El pacto social no es más que un llamado a volver a bajar los salarios y continuar el ajuste. La burocracia de todos los colores está completamente alinead con el gobierno. Por eso, necesitamos organizarnos de forma independiente, para evitar una mayor degradación de nuestros salarios. Llamamos a todos los trabajadores que no quieren soportar más el ajuste a participar de la Asamblea Nacional de Trabajadores Ocupados y Desocupados.