En medio de una semana caótica para las docentes de la provincia, Vila y Kicillof junto a algunos intendentes dieron un paso más para la apertura de escuelas: habilitaron el desarrollo de actividades recreativas en aquellos distritos con riesgo medio. Esto ocurrió efectivamente en los distritos de Hurlingham, San Martín y Tres de Febrero que habían solicitado ya la apertura de sus escuelas. Así, comenzarán las actividades presenciales este lunes 2 de noviembre en uno de los focos de la pandemia: el Gran Buenos Aires. En este cuadro, se prevé que unos 357 nuevos establecimientos educativos, de tener todo en regla, habiliten las clases “recreativas”. Con “todo en regla” no se espere gran cosa ya que Vila, en declaraciones radiales, señaló que lo más importante es que se cuente con escuelas con patios abiertos amplios. Nos mandan a la muerte, pero “ventilados”.
Vicente López, por su parte, parece ser el próximo distrito que dará luz verde. De hecho, el día 27, llegó a las escuelas un relevamiento solicitando a los docentes con carácter urgente que respondan si son personas de riesgo frente al COVID para empezar a organizar la vuelta.
La medida no sorprende, sino que se enmarca en las pautas fijadas para todo el país por Trotta y Alberto Fernández. Recordemos que el viernes 9 de octubre el Consejo Federal de Educación sancionó la Resolución 370/2020 que establece que las actividades educativas podrán desarrollarse, de acuerdo a la situación epidemiológica de cada distrito. En primer lugar, se establece la posibilidad de la vuelta a las aulas en aquellos municipios de baja circulación del virus y el desarrollo de actividades educativas no escolares donde se registren situaciones de riesgo medio. Todas las provincias debían presentar su adecuación a la norma nacional. Al día siguiente, Agustina Vila presentó el Plan Jurisdiccional para el regreso a clases presenciales y anunció el retorno de clases presenciales en 24 distritos de la provincia con baja circulación del virus. Rápidamente tuvo que dar marcha atrás en algunas localidades donde las condiciones no estaban dadas.
Frente a este anuncio de retorno a la presencialidad la respuesta de la burocracia celeste tanto en Vicente López como en Hurlingham fue reproducir videos para “la correcta manipulación de elementos de limpieza y desinfección”. En San Martín/Tres de Febrero, nobleza obliga, el FUDB sacó un comunicado advirtiendo que las actividades educativas no escolares son de carácter optativo y bregaron por el diálogo. Como vamos a ver, la consulta no necesariamente hubiese dado un resultado distinto ya que el mismo Baradel apoya esta aventura. Seguramente, como hicieron cuando nos expusieron a la entrega de bolsones, apelarán a la voluntad de los docentes para lograr que los alumnos se “reencuentren”.
¿A la escuela para qué?
Los funcionarios explicaron que no hay un objetivo pedagógico, sino afectivo en estas prácticas recreativas. Lo que se traduce en exponer a los estudiantes por el simple hecho de encontrarse presencialmente con sus pares. La institución que decida por «consenso» que abrirá las puertas deberá armar encuentros de grupos de no más de 10 alumnos junto a uno o dos docentes que «voluntariamente» quieran ser parte de las actividades. La duración de esos encuentros será de 90 minutos. Bianco [RDL1] señaló que estos encuentros ya se dan “por fuera de la escuela” y que la apertura es necesaria por un reclamo e insistencia de “algunos sectores”. Estos sectores serían los intendentes macristas. Así, mientras los acusan de irresponsables y de tener sus distritos en riesgo alto por habilitar teatros y restaurantes, en paralelo se habilitan las prácticas no escolares recreativas. En realidad, pretenden cargar las tintas contra el Macrismo, pero se trata de una mentira de patas cortas. Si miramos el color político de los distritos donde se están pensando estás actividades encontramos que si bien en Tres de Febrero y Vicente López gobierna el machismo, Hurlingham y San Martín están gobernadas por el kirchnerismo. Las iniciativas parten de las jefaturas distritales y se definen en la UEGD (Unidad Educativa de Gestión Distrital), esa mesa de coordinación de todos los actores de la comunidad educativa. La conclusión es clara: todos juntos exponiendo las vidas de alumnos, docentes, auxiliares y familias.
A esta altura del partido, no hace calta darse una vuelta por el mundo para argumentar que la vuelta a clases presenciales en medio de una pandemia implica un crimen social. Solo hay que mirar qué pasa del otro lado de la General Paz: luego de tres semanas de apertura gradual de escuelas tuvieron que cerrarse, por lo menos, cuatro dado la multiplicación de contagios. Entendiendo este riesgo, desde el minuto uno dijimos que los chicos necesitaban acompañamiento en este momento, que necesitaban vinculación y apoyo durante la educación remota. Para eso reclamamos más personal para los gabinetes de las escuelas, psicólogos y psicopedagogos además de todos los recursos para las cuestiones pedagógicas: wifi gratuita, dispositivos y más cargos docentes para un seguimiento personalizado. Esa es la única salida si importara la salud mental de nuestros alumnos. Por el contrario, permitieron que más del 40% de los chicos deserte por motivos evitables y hoy nos mandan a un contagio seguro. Todo un síntoma de lo poco que les importa la educación de la clase obrera. Más aún: de lo poco que les importan las condiciones de vida de la clase obrera a los desalojadores de Guernica.
El accionar de los enemigos
Cada vez queda más clara la unidad entre gobierno y oposición. Mientras Kicillof crítica a Larreta por la apertura de bares y restaurantes, se pliega a una política bolsonarista del “se puede volver” sin la vacuna. Así, el gobierno nacional y provincial apuntan a terminar con el aislamiento en uno de los pocos sectores donde esto aún se mantiene en pie. Acá queda claro que este viraje se relaciona con las necesidades del resto de la economía. Es decir, el #quedateencasa no existe más y los hijos del proletariado deben ser depositados en las escuelas como guarderías para que sus padres sean “debidamente” explotados.
La burocracia sindical sigue esta misma línea: una cosa es decir y otra hacer. Mientras afirman que no están dadas las condiciones para la vuelta a clases, derivan las decisiones en el Ministerio de Salud. Los gremios docentes se lavan las manos y no toman partido por los propios trabajadores que están yendo a la línea de fuego a hacer de payasos y entretener a los estudiantes. La culpa será de Ginés en público mientras por lo bajo apoyan las medidas. Como dijimos unas semanas atrás, CTERA no le advirtió al conjunto de la docencia sobre la vuelta que estaba preparando el gobierno mientras participaron de todas las reuniones del “semáforo” epidemiológico de Trotta. En esa línea, Baradel es un aplaudidor de Kicillof y merece más que nunca nuestro repudio y que lo echemos a patadas. No somos tan ingenuos para pensar que va a organizar a la docencia para frenar este crimen social en potencia. Sin embargo, no está de más mostrar la línea de sus pronunciamientos. En principio, cuando la vuelta a las escuelas parecía ser solo una oportunidad para cuestionar del macrismo, Robi aseguró que no estaban dadas las condiciones y el retorno era marketing político. Así, a principios de octubre sostenía que “había que seguir cuidando la vida”. Los contagios siguieron creciendo, pero Baradel cambió de opinión. Hacia el 10 de octubre afirmaba que tenía que haber baja o nula circulación del virus para el regreso a actividades presenciales al tiempo que afirmaba que las clases presenciales son una necesidad. Hoy, cuando la vuelta es inminente de lo único que habla es de la necesidad de la presencialidad. La burocracia y el gobierno son responsables por lo que les pueda pasar a los alumnos y a los trabajadores. Como dijimos más arriba, la experiencia de CABA muestra claramente la irresponsabilidad de esta vuelta a la “normalidad” que expone la vida de todos. Seguramente, Baradel hará como su par porteño, Eduardo López, si la presión aumenta: cuestionará en los medios a Kicillof y Trotta mientras seguirá sin convocar a medida de fuerza alguna. La conclusión en clara: son nuestros enemigos.
La salida
Los docentes que integramos la Corriente Nacional Docente Conti-Santoro de Razón y Revolución denunciamos al gobierno provincia que, en sintonía con lo dispuesto por Alberto, adopta una política aperturista que nos conduce a un nuevo crimen social. Con un promedio de 14 mil contagios diarios y 400 muertos por día, la apertura de las escuelas en distritos de riego medio nos expone a contagios masivos. Ya señalamos todo lo que se necesita para un regreso seguro. Debemos insistir sobre este punto: nos exponen a una situación evitable a través de la entrega de recursos materiales para que todos los estudiantes puedan sostener el vínculo pedagógico a distancia. El desdoblamiento de cursos, la contratación de más personal docente y no docente, de técnicos, los subsidios para las familias desocupadas que garanticen sus condiciones de vida, son elementos imprescindibles para que la educación no sea un acompañamiento. Nos negamos a entregar uno de los bienes más valiosos para nuestra clase: la educación y la vida de todos nuestros compañeros.
-Nadie debe volver a las aulas hasta que no estén dadas las condiciones epidemiológicas.
-Rechazamos la preparación de un nuevo crimen social.
Corriente Nacional Docente Conti-Santoro