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Ficciones

en ECD/El Correo Docente 25/Novedades

Por Martín Rodríguez

Ni bien asumieron los Fernández, el sindicalismo ligado al peronismo creyó revivir una suerte de primavera camporista. Con el triunfo electoral, ya anticipado por las PASO, muchos sostuvieron ilusionados que empezarían a resolverse los problemas y Argentina saldría del infierno. Ahora sí se retomaría la defensa “educación pública”, volvería la inclusión a las escuelas, la Paritaria Nacional Docente resolvería la caída salarial de todo el sector, se repararían y equiparían escuelas, se repartirían libros, computadoras y tablets en todo el país. Por todos esos motivos, la burocracia celeste militó el voto “bien”, es decir peronista. Transcurridos menos de 90 días, las ilusiones y las ficciones se dilapidan.

Una de las promesas más marketineras del gobierno -la vuelta de la Paritaria Nacional Docente (PND) eliminada por el macrismo- pasó rápidamente de sueño a pesadilla. Para la burocracia celeste y el conjunto del peronismo, la PND resolvería todos los desequilibrios salariales provocados por las políticas “neoliberales” de Cambiemos. Además trazaría el camino hacia una recomposición del salario a nivel nacional. Como toda ficción que opera como ideología, parte de realidad contiene: la paritaria visibiliza el rol objetivo de la Nación en el sistema educativo y su restauración es positiva. Pero, debe decirse: la paritaria docente nacional no revierte la descentralización del sistema educativo. Esa fue la excusa de Macri al eliminarla: que las provincias que pagan salarios se hagan cargo del ajuste. Parte de razón tenía. También es cierto que históricamente lo acordado con Nación fijó más un techo que un piso de un agente paritario que, además, vía coparticipación garantiza los recursos a las provincias de los que salen los pagos para los salarios docentes. Por eso, la Nación -que es la dueña del Circo- también es responsable por los flacos ofrecimientos que se hacen a nivel provincial.

La mayor de las ficciones se reveló al analizar el contenido del acuerdo sellado por la CTERA que fue la que montó parte de esta fábula. La tan ansiada “recomposición salarial” ofreció un pobre incremento del salario testigo a $23.000 en marzo y $25.000 en julio. A eso se le suman $4.840 de FONID a pagar en cuatro cuotas. Todas aquellas provincias cuyo salario testigo alcanza o supera estas cifras, no percibirán aumentos. Son las provincias “solidarias” para utilizar el término que se acuñó para el ajuste a jubilados. En resumen, la “recomposición salarial” llega para las provincias de Salta, La Rioja, Jujuy, Formosa, Misiones, Chaco, Mendoza y San Juan. Para el caso de Mendoza, la suba alcanza la friolera de los $13: sí, trece miserables pesos. Para las restantes, nada. Tampoco habrá cláusula gatillo. La Celeste “descubre” ahora que uno de sus principales reclamos durante todo el 2019, ahora “no es la panacea” y “acelera la inflación” en un razonamiento propio de gente como Milei o Espert. Está claro, toda la runfla de burócratas obsecuentes son parte necesaria del Pacto Social de los Fernández y, por eso, entregan nuestro salario. En un acto de nuevo pedido de fe, el gobierno se comprometió a reabrir las discusiones paritarias antes del 31 de julio. Los docentes sabemos que, como diría Keynes, en el segundo semestre todos estaremos muertos. Cerrada la paritaria nacional, las provincias salieron a la palestra: Buenos Aires propuso dos tramos de 16,6% plagados de sumas no remunerativas; CABA dos sumas fijas, más el bonus nacional; Santa Fe 3%, Santa Cruz, 4500$ fijos remunerativos escalonados a mayo, más las sumas nacionales y sigue la lista. El inicio “normal” del ciclo lectivo 2020 que anunció Fernández en el inicio de las sesiones ordinarias del Congreso es, una ficción: en 13 provincias los sindicatos (los mayoritarios o los multicolores) llamaron al NO INICIO.

Salario y después

Además de la discusión salarial, el gobierno puso en agenda la reforma previsional. El Ministro de Trabajo, Claudio Moroni, sostuvo que no sería una locura aumentar el piso jubilatorio. Moroni no tuvo tapujos en afirmar que la esperanza de vida aumenta y como la gente ya no se muere a los 70 necesitamos trabajar más tiempo para que las cajas no sean deficitarias. La historia se repite como farsa y volvemos al 2017 macrista. Así, el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet se alineó rápidamente y anunció la necesidad de acabar con las jubilaciones de privilegio, entre ellas, la docente. Sus palabras tuvieron un efecto positivo: logró unir a la oposición docente que le respondió con un paro de 72hs y anunció que actuaría sin concesiones. Los privilegios son otra ficción de quien no conoce la realidad docente. Si bien nos jubilamos antes que el resto de los trabajadores, aportamos mucho más durante el período activo a las cajas previsionales. Sobre esto, la burocracia peronista no dijo una palabra. Ni hablar de todos los motivos por los que la docencia se vuelve un régimen de trabajo absolutamente desgastante: décadas de servicio en aulas abarrotadas con hasta 40 alumnos en edificios que se caen a pedazos, forzando la voz, corriendo de escuela en escuela, viajando a dedo, con una carga de trabajo “extra” laboral exhaustiva y asfixiante. En lugar de resolver esos problemas, el PAMI decide hablarle en inclusivo a sus jubilados mientras reduce los porcentajes de la Ley de Movilidad Jubilatoria de 11,56% a 2,3%. Como anunció Alberto, los regímenes especiales están en la mira así que más gobernadores se sumarán al entrerriano que picó en punta.

Por fuera de estos dos grandes elementos, el resto de lo actuado hasta ahora también acumula ficciones. En la apertura de sesiones, los Fernández explicitaron qué necesitan para mejorar la calidad educativa: aplicar la Ley de Educación Nacional, la de Educación Técnico Profesional y la Ley de Financiamiento. Imaginamos que CTERA, que pedía la modificación de la Ley de Financiamiento durante el Macrismo, ahora va a ser “solidaria”. El gobierno refritó medidas como el Plan Nacional de Lecturas y el Conectar Igualdad. Por eso, a decir de Alberto con repartir libros y tablets mejoraremos la calidad educativa. También bregó por la inclusión temprana al nivel inicial en un contexto ya clásico de falta de vacantes en todo el país. Para resolver la crisis de infraestructura, se anunció la contratación de cooperativistas para refaccionar escuelas, es decir, el uso de personal que solo puede realizar reparaciones “cosméticas”.

Viejas recetas solo pueden producir los resultados pésimos ya conocidos y experimentados por décadas. Seguirá la falta de jardines para incluir a los chicos desde sala de tres. Los alumnos no podrán resolver problemas básicos de matemáticas, ni comprenderán lo que leen. Continuará la deserción escolar, abierta o encubierta, y los fracasos en el nivel superior. El problema es más general y no se soluciona con parches. La degradación educativa forma parte de una estrategia común de todo el personal político burgués. El peronismo pretende achacarle todos los problemas de la educación a Macri, desligándose de su propia responsabilidad en el proceso y de los resultaos obtenidos durante su gestión con un tercio de los alumnos que no comprenden lo que leen y con 6 de cada 10 alumnos de secundaria obligatoria que desertan y son reubicados en escuelas paraestatales como el Fines 2. Así, vamos a presenciar una nueva incorporación de las ONG’S a la vida educativa, la paraestatalización del sistema, nuevos docentes por fuera del Estatuto, la creciente fragmentación curricular y la profundización de la descentralización educativa. El regreso de un pasado que nunca se fue. Frente a ese cuadro, el único camino es la organización y la lucha porque quienes prometieron futuro solo tienen vueltas al pasado. Son encantadores de serpientes. El malestar por el desengaño crece lentamente entre los docentes que ya han tomado nota del resultado paritario y en más de trece provincias decidieron salir a la calle. Esto nos da una oportunidad enorme que no podemos desaprovechar. Una vez más, es nuestra tarea organizar al conjunto de la docencia con un horizonte de lucha que valga la pena. Para ello, tenemos la obligación de develar cada una de estas ficciones: salarial, previsional, curricular, pedagógica y darle una salida. Nuestra tarea como oposición es defender un plan de lucha en unidad, independiente de la burocracia adicta al Pacto Social sin concesiones al peronismo. Tenemos que trabajar sobre la conciencia de cada uno de esos compañeros que más temprano que tarde empieza a sentir el desengaño de ese crónico fabulador que es el peronismo.

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