En defensa de la vida de la clase obrera, ¡vacunación masiva ya!

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El plan de vacunación del gobierno nacional, razonablemente, priorizó comenzar con el personal de salud, los mayores de 60, quienes tienen co-morbilidades y docentes. Sin embargo, dentro de los grupos prioritarios, se dejó afuera a sectores que cumplen una función esencial y están expuestos al contagio diariamente. Los trabajadores que pertenecen a sectores esenciales, que debieron asistir a sus trabajos durante toda la pandemia y están sumamente expuestos, no son tenidos en cuenta. Tienen que esperar porque entran en la vacunación general. Como si fuera poco, el gobierno decidió que quienes tuvieran una dosis aplicada, vuelvan a trabajar. Es decir, expone justamente a aquella población con mayor riesgo a exponerse, con niveles bajos de protección.

Los trabajadores somos los que más sufrimos la pandemia. La estadística disponible hasta el momento lo demuestra. En Argentina, la Superintendencia de Riesgos de Trabajo informa que este año murieron un total de 1.924 trabajadores registrados (que fueron notificados), siendo 1.417 por COVID y 507 por otras causas. El año pasado la cifra de fallecidos fue de 583 en total. Es decir, la mortalidad más que se triplicó, siendo las muertes por covid un 74% de las muertes de 2020. Resulta un porcentaje mucho más elevado que el que se espera de la población en general para el año pasado, en donde aparece el efecto de la cuarentena (este año con la mayor apertura se está viendo cómo asciende el número de muertes). Entre los sectores más afectados se encuentran, además de salud, trabajadores de transporte y comercio minorista.

Frente a esta situación, muchos gremios comenzaron a exigir vacunas para sí. Entre ellos el más destacado fue Moyano, que las consiguió para los camioneros. Es lógico que los trabajadores más expuestos reclamen ser prioritarios. Pero, en lugar de mirar solo a su gremio, se debiera estar reclamando por la vacunación masiva a todos los trabajadores. Desde el punto de vista sanitario, esto es imprescindible para alcanzar la inmunidad de rebaño, la única manera de frenar en mayor medida la circulación del virus y sus mutaciones. Un trabajador vacunado puede portar el virus y transmitirlo a su familia o a otros trabajadores con los que está en contacto por su tarea y que no están inmunizados. Desde el punto de vista social, porque es necesaria la unidad de la clase para presionar al gobierno para que consiga una mayor cantidad de vacunas. Hoy por hoy, salvo algunas excepciones, el grueso de la clase obrera debe salir a trabajar y se expone al contagio. Pero la mayoría está por fuera de los gremios que están pidiendo vacunas. Si velara realmente por el interés de la clase obrera, la CGT debería levantar la voz. Pero ya sabemos que eso no ocurre. Por eso, los trabajadores tenemos que relcamar. No se trata de un problema exclusivo de los docentes, el personal de salud o los camioneros: es un problema del conjunto de la clase obrera. Por eso necesitamos exigir un plan de vacunación masivo ya. Son nuestras vidas las que están en juego.

En defensa de la vida de la clase obrera, ¡vacunación masiva ya!

Corriente Clasista Goyo Flores

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