Las crisis permiten en muchos casos, observar el verdadero carácter de las instituciones sociales, que en tiempos normales ofrecen un panorama más confuso entre lo fundamental, y lo accesorio, lo determinante y lo decorativo. El futbol profesional expuso claramente algunas características centrales de su status social. Dos de esas características se mostraron sin disimulo. Una de ellas la actividad deportiva social y amateur como complemento secundario y prescindible del espectáculo rentable. La pandemia mostró lo que las instituciones deportivas profesionales “son” en la sociedad capitalista, más allá de lo que “nos gustaría que sea”. Pero el otro, motivo de esta nota, es el club de futbol como elemento organizador de negocios sucios y de la violencia paraestatal.
Ricardo Maldonado
GCP (Grupo de Cultura Proletaria)
Todas las actividades recreativas, deportivas y sociales de los socios pasaron, a partir de marzo, a un notorio lugar secundario y subalterno, tal como el que ocupan en los presupuestos de los clubes, y muy alejados del sitio de privilegio que sólo reciben en los discursos. Toda la preocupación de la asociación que nuclea a los clubes de futbol (la AFA) y de los presidentes de los clubes, se centró en el negocio y en las posibilidades de retomarlo. Es obvio que, siendo los socios de clubes de futbol una porción muy minoritaria de los aficionados, hinchas y seguidores, para gran parte de la población fue el retorno del futbol profesional televisado lo que importaba, el retorno del espectáculo. En nuestro país, por la forma jurídica de estas entidades privadas, durante todos estos meses (y no sabemos cuántos más) las cuotas sociales siguieron abonándose para subsidiar parte del mantenimiento de los planteles profesionales. En los casos de los clubes de primera, planteles conformados en gran parte por millonarios[i]. Es verdad que en la parte inferior de la pirámide del futbol los jugadores son trabajadores mal pagos que llegan a duras penas a fin de mes[ii], pero no es el caso de los clubes de las primeras categorías que, a la vez, son los únicos que están volviendo a jugar y generar ingresos, pero que no devolverán las cuotas y abonos a sus asociados.
Pero el mundo de la violencia quedó más expuesto aún, ya que al escasear una serie de “negocios” ligados a la propia tribuna hubo que generar otros, o multiplicar los que seguían funcionando. Lo que no se modificó fue la amplia cobertura brindada por el poder. Las nuevas changas que se han sumado incluyen desde aprietes contra las tomas[iii], o intrusiones para loteos posteriores, narcotráfico y narcomenudeo a tiempo completo, sicarios de la mafia china y el tradicional servicio a los punteros, intendentes y burócratas sindicales.[iv] Al flaquear los ingresos tradicionales por reventa de entradas, puestos de venta de comida y bebida en los estadios o cerca de ellos, merchandising propio, estacionamiento (trapitos) o uso de instalaciones de los clubes mediados por las barras, este inmenso ejército oscuro profundizó en los trabajaos que realizaba como horas extras.
Como estas facciones violentas al servicio del poder son un efecto de la decadencia y degradación del capitalismo argentino, sus expresiones conjugan, simultáneamente, la tragedia con la farsa. Relatados con alguna malicia parecieran un pésimo guion cinematográfico por lo grotesco y exagerado.
¿Sería creíble esta trama?:Un barra, pongámosle Muchinga Escalante, se transforma en directivo del club y le cede en herencia la conducción a su esposa, Ana Molina. Luego su cuñada se rebela y arma un grupo rival que se denomina “Somos familia”. La facción “oficial” registra como nombre comercial “La famosa banda” para que no circulen mercadería trucha (¡?) que no le tribute. Ella se apoya en los muchachos de Villa Maipú, Villa La Rana y de Villa Corea (colombianos que aportan poder de fuego) para manejar la reventa, trapitos, alquiler de canchitas, festivales y puestos gastronómicos. La Negra Ana, dirige a la facción “Somos familia”, con el resentimiento de los desplazados de los barrios de J. L. Suárez, Billinghurst y Villa Hidalgo, el componente internacionalista lo aporta Perú en este caso. A fines del año pasado tuvieron aterrorizado a San Martín con una guerra de guerrillas por el control de la tribuna de Chacarita[v].
¿Funcionaría esta historia? Un muchacho, llamémosle Pillín Bracamonte, “toma” la tribuna de Rosario Central con sus “pillines” en los 90. Su dominio se consolida y extiende las actividades de la banda. Conocedor de los dolores de cabeza que traen los testaferros, coloca lo que acumula a su nombre y paga religiosamente el monotributo categoría E (quizás vio alguna película sobre Al Capone) vive a una decena de kilómetros de Rosario en un barrio en dónde puede estacionar tranquilo sus varios autos de alta gama, a prudente distancia de sus socios, Los Monos.[vi] Al darse cuenta que la hinchada de NOB, su eterno rival, se encuentra en estado de disgregación y guerra interna, la “interviene” y controla ambas barras, juntos con los negocios que incluyen aprietes a trabajadores movilizados?[vii]
¿Netflix compraría un guion en el que un ladrón muerto es despedido en una caravana que no sólo pasa por el club, digamos Quilmes, en el que la barra a la que pertenecía hace sus negocios, sino que es escoltado por móviles policiales?[viii] ¿Filmaría otro en el que el jefe de la barra de, supongamos Godoy Cruz de Mendoza, cae preso por violencia de género, y desde la cárcel monta una red de distribución de drogas por la que es condenado a 12 años de prisión en medio de la pandemia? ¿Y si le agregamos que mientras lograba sucesivas postergaciones por cuestiones sanitarias del juicio, le llega desde el norte una encomienda con 5 kilos de cocaína que es retirada por su mujer?[ix] ¿Y si recién ahí descubren la “oficina” que había montado en su celda?[x] Se trata de una hinchada querida por el gobierno que en 2006 le pagaba viajes desde Desarrollo Social[xi]. Quizás a Disney le interese la historia[xii] del godo Zviver, que se inició en la barra de Dock Sud, logró que su hijo sea presidente, se transformó en puntero justicialista y montó una red de piratas del asfalto en el sur del país, que llegó a provocar una queja diplomática chilena, cayó preso y armó una banda extorsiva en el penal de Cruz del Eje, liberado siguió al frente, y cuando lo fueron a detener nuevamente fue avisado y partió de vacaciones. De manera que los capítulos podrían continuarse, temporada tras temporada, con personajes así, siempre al borde, siempre “avisados”. ¿Y una historia de financistas, que también están de moda? Imaginemos[xiii] la detención del presidente de un club, similar a Sportivo Belgrano de San Francisco, Córdoba, y que el presidente, llamémosle Rodolfo Esser, sea acusado del lavado de dinero de una banda narco, que integraban los miembros de una fracción de la barra brava llamada Los de siempre. Que lo acusen de traer cocaína desde el gran Rosario, “cortarla” y distribuirla, y los agarren con las manos en la masa. La actividad deportiva no está autorizada en los clubes, pero parecería que la violencia y la actividad delictiva se rige por protocolos diferentes de salubridad.
La connivencia con el delito y los violentos de parte de los dirigentes (deportivos, sindicales, políticos o todo a la vez) burgueses, tiene como razón de ser el servicio que les prestan ante los justos cuestionamientos que pueden y deberían recibir. En una sociedad con 40,9% de pobres[xiv], hace falta algo más que chamuyo para que todo siga así. El emblema de esta necesidad represiva burguesa es el asesinato hace casi exactamente una década, luego de una derrota oficialista en las urnas, en medio de una lucha de obreros tercerizados, precarizados, negreados, de Mariano Ferreyra. Crimen cometido por barrabravas[xv] de dos equipos diferentes (Racing, y Defensa y Justicia) contratados por un burócrata sindical k, Pedraza. El asesino del compañero del PO, lloraba en el tribunal, mostrando que el “aguante” no es otra cosa que violencia patotera, aplicada por la imposición del número o las armas, pero alejada del coraje o el valor. También lloraba, probablemente, porque sus patrones lo iban a olvidar en el fondo de un hoyo.
Podría pensarse que estas asociaciones entre delito y clubes de futbol son meramente casuales, que el delito puede encontrarse en cualquier actividad social. Por un lado, eso significaría despreciar una abundante cantidad de evidencia de la que sólo mencionamos algunas en esta nota, elegidas entre tantas y tantas. Pero no se trata sólo de delitos, sino de una particular plataforma para cometerlos, con una pactada impunidad. Las relaciones con políticos surgen de un ida y vuelta que produce mutuos beneficios, por un lado, los políticos, hace más de 100 años que se adueñaron (junto con los burgueses) de los clubes, fundamentalmente por la visibilidad que éstos ofrecen. Una inigualable plataforma publicitaria a la que no se accede si previamente no se ha acumulado dinero y poder. Por otro, a medida que se iba institucionalizando la relación con grupos violentos en las tribunas para garantizar el propio dominio del club, se hacía notorio que el club era una estructura inmejorable para contar con una fuerza territorial violenta y relativamente disciplinada. La tribuna es el espacio que disciplina la violencia. En los clubes más pequeños determina el territorio base, en los clubes grandes varias bases territoriales se suman, pactan o se enfrentan.
En la tribuna se “ordenan” las jerarquías del delito integrado verticalmente para un territorio determinado. No del robo menudo u otras situaciones parecidas, sino de los que necesitan una estructura: cadenas de aprovisionamiento, distribución, lavado, contactos con el poder. La tribuna organiza el delito de manera creciente desde que en la década del 90 la televisión le brindó a los clubes dinero en cantidades no habituales y actuó como una aspiradora de criminales. Por eso también, porque la tribuna ordena jerarquías, es que la mayor parte de la violencia y los muertos alrededor del futbol en este siglo se debe a peleas entre grupos de la misma parcialidad futbolística, peleas por el ordenamiento en el paravalanchas y sus jerarquías.
Cómo se puede ver en los pincelazos anteriores, las barras las dirigen mujeres, residentes en otros barrios, hinchas de otros clubes, cobardes que lloran. Ni el machismo, ni el barrio, ni los colores, ni el aguante tienen una incidencia determinante en estas organizaciones. En otra nota nos referiremos a los que le brindan, con estos argumentos, una justificación a la violencia. Pero para entender la causa y el destino de los barras conviene leer el libro de Fabián Harari, La triple K, que concluye así:
“¿Qué es eso que coloquialmente llamamos una “patota”? En primer lugar, es una organización para producir violencia. Puede ser una violencia desplegada o latente (simplemente “estar ahí”). De cualquier manera, esa violencia se utiliza como disuasión. Este punto parece obvio, pero resulta importante porque determina el tipo de reclutamiento y organización. En segundo lugar, se trata de ejercer esa violencia organizadamente, pero por fuera de las estructuras formales del Estado. De cualquier manera, se trata de una acción formalmente ilegal, lo que nos muestra que la ley siempre expresa los intereses generales de la clase dominante, pero no siempre contempla los intereses inmediatos. Ahora bien, en tercer lugar, y esto es primordial, esa violencia se ejerce para resguardar intereses de la clase dominante: proteger la propiedad privada, evitar el desarrollo de partidos revolucionarios, impedir una acción directa de la clase obrera, amedrentar un dirigente o un grupo de militantes de izquierda y mantener posiciones de la burocracia sindical frente a corrientes más combativas, entre otros objetivos concretos. Es decir, esos grupos no operan contra el Estado. Más bien, se arrogan funciones inherentes al mismo, y las llevan a cabo allí donde las estructuras formales de este no pueden operar fluidamente, ya sea por su menor flexibilidad, ya sea por los efectos sociales que podría generar. En cuarto lugar, en todos los casos, la dirección de estos grupos recae en algún personal político burgués, con algún grado de vinculación con el Estado, sin formar parte de él. Por lo tanto, si bien se trata de grupos que operan al margen de la ley, no lo hacen al margen del Estado, sino en forma paralela a él. Paralela, en este caso, debe entenderse como solidaria. De allí la definición de grupos paraestatales. Es importante distinguir estas formaciones de los grupos de tareas bajo la dictadura. Estos, aunque ilegales (o de una legalidad dudosa), son administrados por el Estado y responden a sus estructuras formales. En cambio, aquellos, aún dirigidos por algún funcionario, se reclutan y se organizan por fuera del Estado, el que no se hace responsable por esas acciones. No es lo mismo, entonces, la legalidad que la estatalidad. Pasemos a las características más específicas de la “patota”.(…) Ese mundo oscuro del cual surgen esos grupos, es el sustrato de las formaciones fascistas. Universo opaco que, como vimos, junta a todo el espectro de la política burguesa (dirigentes sindicales, funcionarios, legisladores, cúpulas de fuerzas de seguridad y dirigentes partidarios) mezclados con el mundo del delito (barras, mafias, narcotráfico) y todo ese Estado oculto (servicios de inteligencia, corrupción policial, diplomacia secreta, negociaciones en off). Todo esto nos muestra cómo se manejan las decisiones importantes y cómo se gobierna a la población. Nos hace comprender que la verdadera política no está en nuestras manos ni en nuestro conocimiento. Hay un “Estado negro” que opera al margen, detrás de todo lo que vemos, y decide sobre la vida y la muerte de la mayoría de nosotros. Ese monstruo es inevitable en una sociedad donde gobierna una minoría para sus propios intereses. (…) En caso de que la coyuntura amerite potenciar esos elementos, bastaría dar un encuadre y una dirección técnica centralizada a todo ese material. Podemos pensar en la Triple A, pero si tomamos en cuenta la extensión que ha tomado el fenómeno en estos años, en el caso de una militarización (y se entiende por esto, una disciplina, una jerarquía y una verticalidad), la envergadura del aparato haría ver al grupo de López Rega como una pequeña secta de iniciados. Ese es el peligro que enfrentamos de la mano del kirchnerismo, hoy. No hay forma de desterrar el peligro fascista, sin extirpar a su progenitor: el peronismo, en cualquiera de sus variantes. No hay forma de terminar con toda esa barbarie sin transformar la sociedad que la produce. Y quienes deben hacerlo, no pueden ser otros que sus principales víctimas: los trabajadores.”
[i] https://442.perfil.com/noticias/futbol/campana-demando-a-independiente.phtml?_ga=2.188586536.1890322897.1601677051-2102669878.1600106527
[ii] https://442.perfil.com/noticias/futbol/futbolistas-del-ascenso-contra-tevez-hay-jugadores-que-viven-al-dia-con-los-sueldos.phtml
[iii] https://www.infobae.com/deportes/2020/08/23/mataron-saviolita-nunez-lider-de-la-barra-disidente-de-river-en-una-toma-de-tierras-en-moreno/
[iv] https://www.infobae.com/deportes/2020/08/31/narcotrafico-usurpacion-de-terrenos-y-la-mafia-china-los-negocios-de-los-barras-ante-el-parate-del-futbol-por-el-coronavirus/
[v] https://www.infobae.com/deportes-2/2019/09/18/la-pelea-por-el-control-de-la-barra-de-chacarita-la-historia-de-la-guerra-de-guerrillas-y-la-batalla-final/
[vi] https://www.pagina12.com.ar/274690-bracamonte-mucho-mas-que-un-pillin
[vii] https://www.pagina12.com.ar/275075-los-intereses-comunes-exceden-a-la-camiseta
[viii] https://www.perfil.com/noticias/actualidad/barras-quilmes-despidieron-con-caravana-ladron-muerto-por-jubilado-jorge-rios.phtml
[ix] https://www.pagina12.com.ar/282581-el-ex-jefe-de-la-barrabrava-de-godoy-cruz-dirigia-una-red-na
[x] https://750.am/2020/08/21/el-ex-lider-de-la-barrabrava-de-godoy-cruz-fue-condenado-por-narcotrafico/
[xi] https://www.perfil.com/noticias/deportes/mendoza-comprueban-favores-a-barrabravas-20061109-0108.phtml
[xii] https://www.infobae.com/deportes-2/2019/07/12/pirata-del-asfalto-capo-barra-y-jefe-del-penal-el-gordo-zvizer-el-profugo-al-que-la-justicia-le-puso-precio-millonario/
[xiii] https://www.lavoz.com.ar/sucesos/por-narcotrafico-detienen-al-presidente-de-sportivo-belgrano-de-san-francisco
[xiv] https://www.dw.com/es/la-pobreza-alcanz%C3%B3-al-409-de-la-poblaci%C3%B3n-argentina-en-el-primer-semestre-de-2020/a-55112537
[xv] https://www.perfil.com/noticias/politica/favale-declaro-15-minutos-y-empezo-a-llorar-apunta-a-un-ex-barra-de-racing-20101025-0021.phtml