El ajuste que se viene (que es la profundización del que vivimos hoy)

en La Hoja Socialista 22/Novedades

Si uno mira en general la Argentina, tanto la situación económica como la situación sanitaria, puede darse cuenta con facilidad que es un enorme desastre. Nuestro país no cayó en una hiperinflación ni en un quiebre generalizada simplemente porque, con Guzmán a la cabeza, se realizó un ajuste realmente feroz que permite que las cuentas estén relativamente “ordenadas”. Esto también se explica por el aumento de los precios internacionales de la soja, que ahora, sin embargo, se desplomó por debajo de los u$s 500. A este escenario hay que agregarle el propio ajuste que produce la recesión, por ejemplo, el quiebre de capitales o la caída de la ocupación.

Entre 2020 y 2021 hubo en promedio un ajuste de los salarios del 20%, en términos reales. Es decir, del poder adquisitivo, de lo que se cobra. Obviamente, nos estamos basando en un promedio y de salarios en blanco. Ni que hablar de todo lo que pudo haber pasado con los sueldos en negro. Tengamos en cuenta que el Indec, cuyos cálculos no son justamente los más ajustados a la realidad, midió para el segundo semestre de 2020 que un 42% de la población argentina es pobre.

En relación a la vacunación también venimos muy por atrás si nos comparamos con economías que son como la nuestra o que incluso no llegan ni a la mitad. Menos del 10% de la población está vacunado con dos dosis, condición importante para enfrentar la nueva cepa, la Delta, que tiene un alto nivel de contagiosidad. Señalemos además que hay un millón de vacunas aún sin aplicar y que en provincias como Jujuy, estas se fueron dosificando de acuerdo al ritmo de las elecciones. No les da la cara, juegan con nuestra vida.

Ahora bien, este ajuste que estamos viviendo tiene el límite de las elecciones. Es decir, este relativo orden se va a poner en juego en esta instancia de votación donde vamos a asistir a un festival de subsidios que, claramente, no van a alcanzar a revertir ni la pobreza, ni la indigencia. En la Argentina simplemente van a servir para apalear alguna necesidad muy inmediata con el fin de conseguir algún voto. Eso obviamente va a traer alguna crisis en el gobierno.

Lo curioso de todo este escenario es que, a diferencia de Brasil o la India, todavía no aparece en la Argentina alguien que impugne el manejo de la pandemia por parte de Alberto. Esto no lo vemos en el Congreso, ni en la Justicia. Tampoco en la calle. Y en el estado en el que está la economía argentina nadie cree que esto se pueda remontar. Así mismo, no hay un proyecto serio para hacerlo, salvo el de “los chanchos chinos”. Incluso uno puede pensar: ¿cuánto puede aguantar la burguesía argentina una recesión que ya lleva casi una década? ¿Y nosotros?

De fondo tenemos el desencanto generalizado. La caída terrible de la imagen de Alberto, de Cristina y de Macri. No sólo hay una crisis al interior del peronismo sino también dentro del PRO que se debe al rechazo del gobierno de Macri y la necesidad de renovar sus candidatos.

Todos estos movimientos tienen que ver con que se está procesando políticamente el hartazgo generalizado de la gente que aparece en la calle con las movilizaciones de las organizaciones sociales por alimentos, en los propios sindicatos, en el abstencionismo en las elecciones de Jujuy, etc.

Nosotros necesitamos canalizar ese descontento y nuclearnos en una gran Asamblea Nacional de Trabajadores Ocupados y Desocupados que busque una salida obrera y socialista a esta crisis.

1 Comentario

  1. La izquierda institucional o revolucionaria sigue la lógica de la derecha, ahora falta que también ustedes apoyen el pasaporte sanitario, en estos tiempos la izquierda parece más conservadora que la propia derecha o será que simplemente están desinformados, ¿por qué será que las izquierdas también exigen la vacunación masiva, como si fuera la panacea?

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