Danone, Verónica y SanCor: Las patronales lecheras defienden sus ganancias contra los trabajadores

en Goyo Flores/Novedades

Como ocurre en numerosos sectores, las patronales lecheras se suman a los capitalistas que –en medio de la cuarentena- buscan avanzar en salario, suspensiones y hasta flexibilización laboral. De este modo, profundizan un ataque a las condiciones de trabajo que ya venían efectuando. La burocracia de Atilra, que se ha negado sistemáticamente a poner en pie un plan de lucha, es el principal garante de dichos ataques. Los casos más sintomáticos los encontramos en Danone, Verónica y, por supuesto, Sancor. Recordemos que la industria lechera se encuentra en una situación crítica desde hace algunos años. Según los últimos datos del Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA) de la Dirección Láctea del Ministerio de Agricultura, estamos ante una caída del 20% en el consumo de leche y de un 35% en el consumo de yogurts, en los últimos diez años. Eso no puede significar otra cosa que capitalistas buscando que la crisis la paguen los trabajadores.

De este modo, con la cuarentena, tomó nuevamente impulso el conflicto que desde hace meses viene enfrentando a la multinacional láctea Danone (La Serenísima) con sus trabajadores de la planta de Longchamps. La patronal tiene la intención de modificar unilateralmente las condiciones establecidas en el acuerdo denominado 7×2 (modificación que impactaría en aproximadamente un 40% del salario de los empleados que se encuentran encuadrados en dicha modalidad). Danone comunicó al personal que a pesar de estar vigente una medida cautelar de «no innovar» -dictada por el Tribunal de Trabajo N° 4 de Lomas de Zamora a raíz de una presentación realizada el día 3 de abril por un grupo de trabajadores-, realizará cambios en las condiciones laborales. 

Esta decisión de la patronal generó que el lunes 6, los compañeros reclamaran en la puerta de la planta. La empresa respondió denunciando a algunos de los compañeros, poniendo como excusa la violación de las medidas de aislamiento social dispuestas por el gobierno. Posteriormente, negó el ingreso a estos operarios para cumplir con sus tareas. El conflicto obligó entonces a la burocracia de la Comisión interna –que se reparte entre la mayoría moyanista de Oliva y la minoría ligada a la Seccional de Capital Federal- a parar la planta mañana desde las 12 de la noche. Se trata de un paro impulsado por la disconformidad y el repudio de los trabajadores. Hasta entonces, la burocracia poco había hecho para proteger la salud de los trabajadores: en un mes de cuarentena, jamás había movido un dedo para conseguir barbijos, máscaras o guantes para protegerse, tampoco para hacer respetar las licencias a los denominados grupos de riesgo, o los permisos especiales para personas que tienen niños o adultos a cargo.

Por su parte, Lácteos Verónica anunció que abonará los salarios correspondientes al mes de marzo en 4 cuotas. De esa manera, se agudiza aún más la precaria situación de los 600 empleados de la firma, quienes ya venían sufriendo el desdoblamiento de sus sueldos desde hace meses. Verónica viene aplicando el ajuste a los trabajadores y lo profundiza en la cuarentena, pese a haber funcionado con normalidad por ser declarada esencial. Recordemos que, en marzo del año pasado, sus directivos anunciaron que presentarían ante el Ministerio de Trabajo de Santa Fe un Procedimiento Preventivo de Crisis, para dos meses después dar marcha atrás con la decisión. El acuerdo con Atilra incluyó la posibilidad de aplicar retiros voluntarios (o sea, despidos encubiertos), además del pago diferido de salarios, la eliminación de trabajo en días feriados y horas extras. Algo similar –aunque en menor medida- a lo aplicado en SanCor.

Finalmente, es precisamente en SanCor dónde la burguesía lechera ha demostrado su cara más brutal. Es conocido que en los últimos años se perdieron más de 3000 puestos de laborales, y que actualmente mantiene aproximadamente a 1000 trabajadores permanentemente suspendidos, la mayoría de ellos sin goce de sueldo. Los que se mantienen activos cobran sus remuneraciones en cuotas y no han percibido aguinaldos ni aumentos durante todo el 2019. Con la emergencia sanitaria, lejos de parar los ataques de la patronal sobre los trabajadores, se impusieron condiciones aún más precarias de trabajo y de vida. Por un lado, obligando al personal de producción y logística a trabajar sin cumplir con los protocolos sanitarios, sin elementos adecuados de seguridad e higiene y –como ya es costumbre- sin gastos en limpieza y mantenimiento. Por otra parte, ningún trabajador activo ha cobrado aún el sueldo de febrero completo y lo dicho anteriormente: a cientos de suspendidos no se les ha depositado nada desde diciembre, al tiempo que no pueden realizar changas o trabajos informales, ni cobrar subsidio alguno de parte del Estado. Ni siquiera los 10 mil pesos miserables del Ingreso Familiar de Emergencia. En este contexto de pandemia, además, SanCor hizo pasar suspensiones al 75% como licencias al personal de riesgo. Aberrante.

Desde luego, aquí también la burocracia de Atilra avala cada situación descripta y mientras la mayoría de las Seccionales permanecen cerradas, los trabajadores son víctimas de más ajuste. En SanCor, en lugar de impulsar un plan de lucha, llaman a la solidaridad con la empresa y usan plata de la caja de la seccional –o sea, plata de los trabajadores- para pagar bonos de 5 mil pesos a un grupo de suspendidos. De reclamar por el pago del salario a la patronal, ni hablemos.

-Llamamos a todos los trabajadores lácteos a impulsar un plan de lucha con asambleas en los lugares de trabajo. Apoyamos el paro de los trabajadores de Danone-La Serenísima (Longchamps).

-Por una cuarentena que contemple integralmente la salud y las necesidades de la clase obrera

-Prohibición de TODOS los despidos y suspensiones, así como de todo avance patronal que suponga recortes salariales actuales o futuros, o reajustes perjudiciales del régimen de trabajo.

-No a las excepciones dispuestas según el criterio de la ganancia capitalista. Que todos aquellos trabajadores que no son esenciales para la actividad sean licenciados hasta el fin del aislamiento.

-Garantía estricta de todas las condiciones de higiene y salud en las actividades esenciales

-Pago de las horas trabajadas en todas las funciones realmente esenciales como horas extra.

-Fiscalización obrera de todas esas condiciones con comisiones elegidas por los trabajadores.

Corriente Clasista Goyo Flores

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