Buenos Aires: Las nuevas medidas para la presencialidad «cuidada»

en Conti-Santoro/Novedades

Mientras los docentes bonaerenses tratamos de descansar entre mensajes de alumnos un sábado de enero y de madres que preguntan cuándo empiezan las clases, Vila y Kicillof no paran de avanzar hacia el retorno de la presencialidad “cuidada”. Así, el día de ayer se dio a conocer la Resolución 415/2021 de la Dirección General de Cultura y Educación. En ella se establece la actividad presencial en los establecimientos de la provincia en el marco del Plan Jurisdiccional para un Regreso Seguro. También las Secretarías de Asuntos Docentes, los Consejos Escolares, los Tribunales Descentralizados de Clasificación y las Jefaturas de Inspección Distrital y Regional deberán organizar su funcionamiento con actividades presenciales. En aquellos casos donde, por razones epidemiológicas,  el establecimiento educativo deba suspender las actividades presenciales el equipo directivo asegurará la continuidad de la entrega de alimentos, las obras de infraestructura, la distribución de los materiales impresos para los niños que no tengan conectividad o dispositivos, la desinfección, limpieza y ventilación del establecimiento una vez por semana y las actividades administrativas tales como pases, confección de Registro de Matrícula, etc. Usted se debe estar preguntando como nosotros de qué obras de infraestructura hablan, entre otras cosas, de hecho la lista solo quita la circulación de alumnos…. Por lo demás, hay que garantizar todo. En fin, sigamos.

Además, con esta Resolución 415/2021 queda sin efecto una anterior, la 1791/2020, en la cual se establecía el regreso con dotaciones mínimas. Además, se informa la continuidad de dispensas por casos tales como pertenecer a un grupo de riesgo y ser mayor de 60 años. Sin embargo, tal y como comentamos en diciembre, las dispensas por menores a cargo concluyeron el 18 de ese mes y no se volverán a implementar. Resulta llamativo que mientras Kicillof se la da de feminista implementando el uso del lenguaje inclusivo en sus dependencias no tenga en cuenta las necesidades reales de las mujeres. En la docencia, 8 de cada 10 somos mujeres y tenemos a nuestro cargo el cuidado de hijos y de los adultos mayores, fuimos nosotras quienes sostuvimos la educación virtual durante el 2020 y en la gran mayoría somos sostén de hogar. Las dispensas no solucionarían todos los problemas materiales, sociales y culturales que debemos afrontar pero sí ayudarían a compatibilizar el trabajo con el resto de las actividades que cargamos. Sin embargo, ni siquiera esto está dispuesto a conceder el gobierno inclusivo, vuelve a privatizar las tareas de cuidado en las mujeres a las que les dice “arréglense cómo puedan”.

Por otro lado, en estos días nos informaron que el 11 y 12 de febrero tendrán lugar las jornadas institucionales para preparar la vuelta a las aulas “institucionalmente”. Ya tuvimos un avance de esto a fines del 2020 cuando se nos presentó el Plan Jurisdiccional con la intención de que cada escuela decida qué hacer. No está claro si las jornadas serán presenciales o no. En concreto, a varios compañeros ya les adelantaron que al menos una de ellas será presencial.

Como podemos ver, para el gobierno, la vuelta a la presencialidad es un hecho y no importa que en la provincia los casos positivos contabilizados ronden los tres mil ochocientos contagios diarios ni que las escuelas no cuenten con aulas ventiladas, ni con patios, ni con agua y lavandina.  El gobierno necesita del retorno por varios motivos. Por un lado, porque desde varios sectores enuncian los problemas que implica la educación remota a nivel salud mental de los niños y niñas y también en cuanto a catástrofe educativa. Frente a ello, en lugar de proveer de todo lo necesario para que los alumnos no se enfermen y la educación en este momento excepcional sea posible de manera virtual, prefieren mandarnos y que se salve quien pueda. Van a experimentar qué ocurre jugándose nuestras propias vidas. Por otro lado, porque de cara a las elecciones de octubre, el gobierno bonaerense no puede quedar por detrás del macrismo que en CABA está también impulsando la vuelta a como dé lugar. Por eso, bajo un discurso ambiguo y progresista, mientras critica las acciones de Larreta y Acuña, aplica medidas muy similares de este lado de la General Paz. También, porque desde junio la cuarentena no existe, los obreros ocupados tuvieron que salir a trabajar y los desocupados a ver cómo se las arreglan para parar la olla. Frente a esta situación, las escuelas deben cumplir ese rol de contención que desde hace décadas ocupan. Por tanto, ¿para qué van a garantizar la educación remota y preservar a los niños y niñas si en realidad necesitan que la escuela sea ese lugar donde los niños y niñas están mientras los padres trabajan? Y si algunos mueren en el camino, bueno, así será. Una clase social que no puede preservar a los obreros no tiene interés en preservar a los hijos de ellos, mucho menos a educarlos. Por último, Kicillof y Vila envían a los docentes y a los alumnos a un contagio seguro porque pueden hacerlo gracias al sindicalismo docente de la Provincia de Buenos Aires nucleado en el FUDB que avala y aplaude todas las medidas.

Compañeras y compañeros, está en nuestras manos frenar esto que es la preparación de un nuevo crimen social. Realicemos asambleas distritales, por escuela, organicémonos para exigir todo lo necesario. No se trata de un capricho corporativo, se trata de cuidar la salud de nuestros alumnos, de sus familias y de las nuestras. La movilización que implican los casi 4 millones de alumnos que tiene la provincia de Buenos Aires implica la circulación de al menos el doble de personas. Las burbujas son una ilusión por las condiciones de trabajo docente, por la movilidad y el transporte, por las condiciones de infraestructura.  Debemos ser claros, hoy no se puede volver a las escuelas por todos los problemas que señalamos en miles oportunidades hasta que la pandemia no cese o no se vacune masivamente a toda la población.  Esto no quiere decir que solo nos queda esperar. En paralelo a la organización inmediata debemos construir el nucleamiento que tome la tarea de afrontar los problemas de la educación de la clase obrera, se trata de la comisión de Educación de la Asamblea Nacional de Trabajadores Ocupados y Desocupados. Mientras tanto, debemos exigir:

-Ningún docente, personal auxiliar ni alumnos pueden volver a clases hasta que finalice la amenaza de la Pandemia. Ni durante la primera ola ni durante la segunda que hoy transitamos.

-Expansión urgente del Plan Conectar Igualdad: dotación de una notebook para que cada uno de los alumnos y docentes del país pueda contar con las herramientas técnicas necesarias para continuar con el proceso de enseñanza-aprendizaje. Hoy es necesario ponerle números a esa consigna: entrega de un mínimo de 4.300.000 computadoras para alumnos y para 400.000 docentes de todo el país. A su vez, el plan debería contemplar las necesidades de renovación de equipos de alumnos y docentes que sí tienen computadoras pero que pueden ser obsoletas.

-Wifi y conectividad a internet gratuita y de calidad para toda la población. Hoy especificamos: queremos liberación completa de la conectividad y no solo para grupos reducidos o portales educativos.

-Contratación de personal docente para realizar seguimiento del proceso educativo a distancia y cuando se retome la cursada en condiciones seguras. Queremos desdoblamiento de cursos para que los docentes puedan cubrir las necesidades reales de los alumnos y el seguimiento personalizado de los objetivos alcanzados. Eso solo puede hacerse en pequeños grupos. Y donde un docente fije un plan específico para cada niña y niño según las metas que haya alcanzado el año anterior contemplando también su trayectoria escolar previa.

-Contratación del personal técnico necesario para cada escuela a los fines de asistir y colaborar en la diagramación de las clases a distancia y en el diseño de las plataformas escolares. Hoy agregamos si el gobierno logra imponer la bimodalidad, las estrategias implementadas en 2020 deben revisarse y readecuarse: necesitamos personal idóneo para ello.

-Contratación y dotación de personal para gabinetes escolares, EOES, DOES para acompañar y apuntalar el proceso pedagógico de cada uno de los alumnos de nuestro país. Hoy agregamos, el hartazgo de los niños al encierro, las necesidades de socialización son reales, pero ello no puede realizarse en detrimento de la vida. Hoy más que nunca, las escuelas necesitan de equipos y gabinetes en cantidad suficiente para atender a las y los alumnos y a sus familias.

-Seguimos reclamando por un bono extra mensual y retroactivo para cubrir los gastos en insumos tecnológicos, internet de calidad y mayores costos de los servicios utilizados durante la pandemia y hasta el día de hoy: el ítem fonid-covid es insuficiente.

-Seguimos sosteniendo nuestra histórica consigna de recomposición histórica del salario para docentes. Cargo testigo inicial equivalente a un mínimo de dos canastas básicas totales reales.

-Inmediata incorporación de todos los docentes desocupados y/o subocupados dentro del circuito formal para cumplir tareas pedagógicas lo que implicaba su contratación como docentes formales.

 -Censo de infraestructura y plan de obras acorde a las necesidades escolares en manos de personal idóneo, plan de transporte y revisión de las condiciones de trabajo docente para eliminar la figura del docente taxi que, en plena pandemia, solo vectorizaría el virus entre sus alumnos y familias. Asimismo, las escuelas deben ser dotadas de todos los insumos de limpieza y de prevención necesarios. -Desde el inicio de la suspensión sostuvimos que no debía exponerse a las familias y a los docentes a la entrega de bolsones de comida y que ello se resolvía con un subsidio a los desocupados equivalente a dos canastas familiares. También exigimos la licencia laboral remunerada para quienes ejercen las tareas de cuidado, en su inmensa mayoría fueron las mujeres, las madres las que asumieron las tareas que demandaba la educación remota. No alcanzan las consignas genéricas. Hoy el mismo gobierno reconoce los números que deben ser parte de nuestros reclamos. Son estas consignas por las que debemos pelear ahora. Las fuimos planteando a lo largo de todo el 2020 y cada día que pasa se confirma más su justeza.

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