El conflicto de Lácteos Mayol expone a dos enemigos de la clase obrera.
En Gobernador Udaondo, una pequeña localidad de la Provincia de Buenos Aires, un bloqueo sindical en la fábrica de productos lácteos propiedad de la familia Mayol, desató en pocos días una pueblada, una llamativa repercusión en medios masivos de comunicación y una nueva ola de cuestionamientos, por parte de muchos trabajadores lácteos, hacia la conducción del gremio.
¿Por qué el sindicato, que impulsó una correcta medida de lucha para defender derechos elementales de un grupo de obreros, tuvo que retirarse con un amargo sabor a derrota y cuestionado por trabajadores propios y ajenos?
Los hechos:
Desde el 1 de marzo y durante cinco días una delegación de la seccional General Rodríguez de ATILRA, mantuvo bloqueadas las puertas de la planta láctea ubicada en el partido de Cañuelas. El reclamo consistía en el encuadramiento sindical de un grupo de 5 empleados que se encuentran bajo convenios de otras ramas (Alimentación / UATRE).
Desde el momento del arribo de los activistas al lugar, la tensión fue en aumento y hubo denuncias por daños, pedidos de perimetrales ante la justicia y presentaciones ante el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires.
En el medio, un importante grupo de vecinos de Udaondo y localidades cercanas, se movilizó en apoyo de los propietarios de la empresa y «en contra del cierre de la fábrica» produciendo cortes de ruta con quema de gomas incluido.
Por su parte la Delegación del Ministerio de Trabajo de Cañuelas, dictaminó la conciliación obligatoria, hecho que significó el levantamiento del acampe, en medio de un operativo policial.
¿Qué hay detrás?
Inmediatamente el conflicto tomó estado público y se comenzó a reproducir por los medios de comunicación locales y nacionales. La familia Mayol recibió el lógico apoyo corporativo de la burguesía, tanto de los empresarios lecheros nucleados en APyMEL como de aquellos otros sectores que viven denunciando cualquier acción sindical
¿Pero por qué no sucedió algo similar con los trabajadores de la zona que se movilizaron para echar de Udaondo a los gremialistas, ni tampoco con los de otras empresas lácteas, que comparten intereses comunes con los obreros de Mayol? Lo cierto es que, lejos de expresarse a favor, estos cuestionaron fuertemente a ATILRA a través de las redes sociales.
La respuesta hay que buscarla en la manera en que el sindicato actúa ante las diferentes patronales. ¿Acaso el gremio respondió con la misma vehemencia ante los miles de puestos de trabajo perdidos en SanCor, frente a las suspensiones sin goce de sueldo, el incumplimiento de los aumentos o el pago de aguinaldos, etc.? ¿O se sabe de algún plan de lucha para detener los retiros voluntarios masivos y los despidos en Danone? Podríamos enumerar una enorme cantidad de situaciones similares en empresas grandes, medianas y pequeñas y tendríamos resultados distintos para cada caso. Lo que es una constante es que ATILRA no lucha por los trabajadores.
ATILRA, como todo sindicato burocratizado, se ha transformado en representante de los intereses patronales en contra de los de los trabajadores, a quienes no duda en perseguir y acallar apenas alzan la voz para mostrar disconformidad con sus manejos y solo enfrenta a los empresarios cuando no logra negociar con ellos. Con un pie del lado de la burguesía y otro en la clase obrera intenta quedarse con una porción cada vez mayor del reparto de la ganancia capitalista.
Se entiende entonces que en vísperas de una nueva paritaria, que promete ser tensa por la eterna pelea de los aportes que las patronales deben pagar al gremio, y no tanto por la recomposición salarial que se consiga para los afiliados, se haya decidido llevar adelante una demostración de fuerza y propaganda contra una Pyme, el sector más reacio a aceptar las condiciones del gremio.
La estrategia del gremio no dio el resultado que se esperaba y no consiguió el apoyo de los trabajadores. Tal es así que, desde el Consejo Directivo Nacional, comandado por Héctor Ponce, se ven obligados a emitir casi a diario comunicados defendiendo su accionar, que se llenaban de críticas de los trabajadores en los comentarios. Mientras que, del otro lado, se virilizan videos de Dardo Mayol rompiendo en llanto al contar “el drama” vivido y las pérdidas irrecuperables que sufrió la empresa. Típico discurso de ese sector del empresariado que sobrevive gracias a subsidios del Estado y la degradación y precarización constante de las condiciones laborales de sus empleados.
Los trabajadores lecheros tenemos la responsabilidad de luchar por una verdadera democracia sindical que permita recuperar el gremio para los afiliados. Por eso hay que combatir a la burocracia que nos usa como moneda de cambio frente a la burguesía y a sus representantes en los gobiernos de turno. No queremos dirigentes oportunistas enquistados en sus sillones, mientras miles de trabajadores de la industria lechera no llegan a fin de mes, están suspendidos sin cobrar sus salarios o temen por sus fuentes laborales.
Pase inmediato a convenio de todos los trabajadores de Lácteos Mayol.
No a la criminalización de los empleados de la empresa
Basta de trabajo en negro y precarización laboral en las Pymes Lácteas.
¡Fuera la burocracia sindical de nuestro gremio!
Trabajadores de la Industria Lechera en la Corriente Clasista Goyo Flores
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A los de atilra, no les interesan los obreros. solo les sirven para lograr cóimas mas abultadas!! En Francisco Pagano e Hijos, somos mas de 10 obreros trabajando en negro, y el delegado de la zona, tanto el de Navarro, como el de Villa Crespo saben nuestra situación y no hacen nada!! Solo utilizan los reclamos de los obreros, para poder lograr mejores arreglos económicos que los beneficie!! Una verguenza!!