La preocupación sobre el carácter de la revolución en la Argentina se actualizó de manera notable a comienzos de la década del ’70, cuando el ciclo insurreccional de masas hizo evidente el surgimiento de una fuerza social revolucionaria, que amenazaba la continuidad del capitalismo. Una multiplicidad de organizaciones se desarrollaron en el período, adscribiendo a diferentes tradiciones políticas: estalinismo, maoísmo, trotskismo, guevarismo, peronismo de izquierda y socialismo revolucionario. Este libro examina a cada una de ellas, para reconstruir los programas políticos que formaron parte del arsenal de la clase obrera. Lo hace a través de un elemento central para el capitalismo argentino: su cuestión agraria.
La hipótesis que en estas páginas busca probarse es que la derrota de los revolucionarios se explica, en parte, por su dificultad para comprender la realidad que pretendían transformar. El conocimiento científico cedió ante adopciones acríticas de diferentes experiencias y tradiciones (rusa, china o cubana), que funcionaban como “tipos ideales”. El resultado fue el combate contra un enemigo ficticio (la oligarquía), la construcción de una alianza con sectores burgueses (bajo el mito campesino) y la defensa de una tarea regresiva en las coordenadas económicas del país (la reforma agraria). El conocimiento que nos brinda este estudio histórico conserva completa actualidad, en particular a más de una década del llamado “Conflicto del campo”, que puso sobre la mesa las mismas debilidades de la izquierda argentina y el abandono del verdadero productor de la riqueza agraria: el proletariado.
Lejos de todo pesimismo, el reconocimiento de estos déficits de la izquierda y su derrota en los ’70, no nos hablan de la imposibilidad de la revolución, sino de la imperiosa necesidad de prepararse adecuadamente para ella. A ello intenta contribuir este libro.
Sobre el autor
Guido Lissandrello es doctor en Historia por la Universidad de Buenos Aires. Actualmente se desempeña como docente en esa casa de estudios y es agente del CONICET, donde fue también becario doctoral y posdoctoral. Escribió numerosos artículos y capítulos de libros sobre la historia de la izquierda argentina, tema en el que se especializa. Este, su primer libro en la Colección Investigaciones CEICS, fue defendido como tesis de doctorado, donde obtuvo la más alta calificación, con recomendación de publicación.