Los trabajadores de la fábrica La Nirva decidieron ocuparla para ponerla en producción, luego del abandono de la patronal. Los trabajadores de la empresa vienen manifestándose por la deuda salarial que mantiene la patronal tras el cierre de la empresa. Las deudas salariales son de por lo menos de siete meses y perjudican a los 65 trabajadores de la fábrica. Incluso fueron estafados con cheques a 90 y 60 días sin fondos.
El 14 de mayo la Policía Bonaerense los desaojó del acampe que mantenían frente a la planta. Los trabajadores montaron nuevamente el acampe y el 18 lograron un acuerdo por el cual la empresa se comprometió a pagar el 50% de los salarios y el resto lo cobrarán por ATP. El sindicato de pasteleros brilló por su ausencia durante la lucha, pero pretendió arrogarse el acuerdo firmado. Sin embargo, la patronal no cumplió con su compromiso y los compañeros solo cobraron el ATP. Por eso, decidieron ingresar y ocupar las instalaciones para evitar el vaciamiento de la planta por parte de la patronal y para ponerla a producir.
La crisis de la empresa es anterior a la pandemia y, además, la actividad se encuentra entre las producciones que podrían haber continuado. A pesar de ello, la empresa cerró las puertas y dejó a sus empleados en la calle. El gobierno provincial tampoco da respuestas y los trabajadores apenas recibieron un pequeño monto en relación a lo que se les adeuda. La ocupación y puesta en producción de la fábrica es un gran paso adelante. Los compañeros tomaron el problema en sus manos después de esperar más que pacientemente alguna solución. Es necesario exigir al Estado que estatice la fábrica con la que se podría producir alimentos para comedores escolares y barriales, y abastecer a los miles de vecinos de las villas como Villa Azul que reciben una asistencia alimentaria deplorable, con alimentos en malas condiciones.
Todo el apoyo a los compañeros de La Nirva que muestran que frente al ajuste que nos quieren imponer, hay otro camino.
Corriente Sindical Goyo Flores