Rosa Luxemburgo
(1871-1919)
La huelga de masas, como nos lo demuestra la Revolución Rusa, es un fenómeno tan variable que refleja todas las fases de la lucha política y económica, todas las etapas y factores que intervienen en la revolución. Su adaptabilidad, su eficiencia, los factores que la originan, cambian constantemente. Súbitamente, cuando la revolución parece haber llegado a un estrecho callejón sin salida sobre el cual resulta imposible hacer ningún tipo de cálculo con alguna seguridad, le abre nuevas y amplias perspectivas. Ora cae como una gran catarata sobre todo el reino, ora se divide en una gigantesca red de angostos arroyuelos; ora brota del suelo como un fresco manantial o se pierde completamente como un río subterráneo. Las huelgas políticas y las económicas, las huelgas de masas y las parciales, las huelgas de protesta y las de lucha, las huelgas generales de determinadas ramas de la industria y las huelgas generales en determinadas ciudades, las pacíficas luchas salariales y las masacres callejeras, las peleas en las barricadas; todas se entrecruzan, corren paralelas, se encuentran, se interpenetran y se superponen; es una cambiante marea de fenómenos en incesante movimiento. Y la ley que rige el movimiento de estos fenómenos es clara: no reside en la huelga de masas misma ni en sus detalles técnicos sino en las proporciones políticas y sociales de las fuerzas de la revolución.
La huelga de masas es simplemente la forma de la lucha revolucionaria. Todo desnivel en las relaciones de las fuerzas en lucha, en el desarrollo de los partidos y en las divisiones de clase, en la posición de la contrarrevolución, inmediatamente influye sobre la actividad de la huelga de mil maneras invisibles y apenas controlables. Pero la acción misma de la huelga no se detiene un solo minuto. Solamente altera sus formas, sus dimensiones, sus efectos. Es el pulso vivo de la revolución y al mismo tiempo su motor más poderoso. En una palabra, la huelga de masas, como nos lo demuestra la Revolución Rusa, no es un método artesanal descubierto por un razonamiento sutil con el propósito de hacer más efectiva la lucha proletaria, sino el método de movimiento de la masa proletaria, la forma fenoménica de la lucha proletaria en la revolución. Podemos examinar ahora algunos aspectos generales que nos pueden ayudar a formarnos una idea correcta del problema de la huelga de masas.
- Es absurdo pensar la huelga de masas como un acto, una acción aislada. La huelga de masas es en realidad el índice, la idea rectora de todo un periodo de la lucha de clases que dura años, tal vez décadas. Entre las innumerables huelgas de masas, muy variadas, que tuvieron lugar en Rusia durante los últimos cuatro años, pocas se adaptaban al esquema de que la huelga de masas es un movimiento puramente político, que comienza y termina según un plan preparado de antemano, un acto breve y único de una sola variante, y de una variante secundaria: la huelga puramente de protesta. […]
- Sin embargo, si tomamos en consideración la variante menos importante de la huelga, la de protesta, en lugar de la huelga de lucha -que hoy constituye en Rusia la forma real de expresión de la acción proletaria- vemos con mayor claridad que es imposible separar los factores económicos de los políticos. Aquí también la realidad se desvía del esquema teórico, y resulta totalmente falso el planteo pedantesco de que la huelga de masas puramente política deriva lógicamente de la huelga general sindical como su etapa superior y más madura, pero al mismo tiempo se diferencia de ella.
Notas
* Extractos del capítulo IV de Huelga de masas, partido y sindicatos escrito en 1906, extraído de www.marxist.org
1 Se refiere a la revolución de 1905 [N.del E].