Entrevistamos a Natalia, estudiante de medicina que se encuentra trabajando en la posta sanitaria en la toma de tierras en Guernica. En pocos minutos nos pintó un retrato de la sociedad argentina actual, la miseria, la crisis habitacional, la anarquía y desolación del sistema de salud, los problemas de género y la represión. Pero también el entusiasmo, la voluntad, la solidaridad y la necesidad de la unidad de los trabajadores.
Ricardo Maldonado – GISA (Grupo de Investigación sobre la Salud Argentina)
El Aromo: ¿En dónde estás trabajando?
Natalia: En la posta sanitaria. La posta está en La unión, uno de los cuatro barrios en los que está dividido el predio de la toma. En total son 100 hectáreas. Los otros barrios son La Unión, La Lucha y 20 de julio. 20 de julio es el día que comenzaron a llegar los vecinos. El 21 de agosto fue el día que llegamos con el médico generalista. Alejo, y desde ahí, no paramos de hacer campañas y demás. Comenzamos a hacer atenciones primarias comenzaron el día que yo vine acá a la toma que fue el 23. Curaciones, todo lo que puede suceder en un descampado, un lugar abierto en el que podés encontrarte cualquier cosa, curaciones, tareas de enfermería. Tomar la presión. Hay mucha gente hipertensa, diabética. Cómo yo tenía los aparatos para poder medir comenzamos con eso. Hay gente con asma. Comenzamos a tener controles. Arrancamos a fines de agosto con el médico dando turnos, pediátricos y clínicos porque es generalista. Él es uno de los que empezó a venir al barrio, y a medida que fuimos recibiendo ayuda de colegas y demás, nos fuimos agrandando un poco más, empezaron a venir pediatras, empezaron a venir médicos del mundo en este caso vinieron a dar una mano, y empezamos a hacer campaña y a pedir a colegas, estudiantes, a brindar un poco de esperanza a la gente que necesita atención y el estado no les está dando ni el municipio. Porque tenemos semejante hospital hermoso que tiene todas las especialidades que no se utiliza para nada. un hospital fantasma tristemente, el Cecilia Grierson, que esta acá en el partido de Presidente Perón, acá del distrito. Lo abastece provincia con el municipio. Tiene todas las especialidades que necesites pero no las utiliza porque vos te querés ir a hacer atender no podés, en contexto de pandemia, no podés. Nos pasó que tuvimos un caso de apendicitis acá, lo llevamos y nos dejaron con la criatura en la puerta del hospital, que no nos iban a tender y tuvimos que ir corriendo al Meléndez antes de que se agrave más, se haga una peritonitis, y llegamos a que a la criatura la atiendan.
EA: ¿Ahora cuántos son en la posta?
N. Hoy vinieron médicos de La Plata, vinieron a hacer una campaña solamente y a conocer el predio. Pero los que somos la posta, que damos atenciones programadas, son tres pediatras y Alejo el generalista. Con los pediatras los martes hacemos atención a partir de las cuatro de la tarde, miércoles a partir de las dos, sábado a partir de las doce, y otros días en que van viniendo, Paco, uno de los chicos que está más pegado al barrio 20 de julio, el viene los jueves a recorrer, no a atender en la posta sino a caminar el barrio. Dejamos las cosas acá, pero vamos porque hay gente que no puede caminar porque está en silla de ruedas entonces hacemos los seguimientos de los casos que tenemos acá, caminamos todo el predio. Todos vienen a brindar atención.
EA: ¿Cómo está construida la posta?
N: No sé cómo describirlo. Tenemos una pequeña farmacia nutrida con donaciones. También de colegas que no pueden venir, pero nos dan algo que tienen en su casa, o que un laboratorio le dio, y por suerte hasta el momento podemos abastecer el espacio. Y cada médico que viene a atender trae algo de las medicaciones que cree necesarias. O pasa un par de días y se consiguen. Camillas hechas con lo que tenemos, con palets. Una mesa de esas de jardín con sillas de jardín para utilizarlo como escritorio, entre los vecinos armaron un biombo para poder dividir y que haya privacidad. El espacio es cerrado, porque nos están prestando, las paredes son de nylon, y la estructura es de tirantes de madera, recubierto con nylon y nylon transparente para que pueda entrar la luz del día. Porque momentáneamente no pudimos traer la luz porque faltaba este barrio, los otros tres barrios tienen luz por suerte, cuando nosotros estábamos trayendo empezó el tema del desalojo, preferimos prepararnos más para estas situaciones, hay mucha gente que estaba asustada. Y empezamos a preparar. Porque la gente va a defender, quiere defender, y va a defender lo que son las tierras. Paramos la cuadrilla de la luz, para preparar para traer a los posible heridos porque tenemos uy en cuenta que la intendenta quiere un desalojo violento, sabemos las perores cosas que pueden llegara pasar. Ahora estamos viendo de reactivar el tema de la luz
EA: ¿Cómo llegaste a la posta?
N: Cuando yo llegué, llegué en plan de hacer una posta sanitaria, y los vecinos nos dieron un lugar para hacerla. Porque es muy necesario, muy necesario. Yo llegué recorriendo, empecé por la 20 de julio y a medida que ibas caminando veías las necesidades, cuando llegó al barrio La Unión, hablando con unas compañeras, vecinas, nos dimos cuenta que esto es enorme y que necesitamos, si o sí, atenciones primarias. Veías los nenes descalzos, con cortaduras en los pies, la gente que estaba haciendo, armando sus casas como podían, que iban a terminar resfriadas, que iban a terminar mal, en contexto de pandemia. Sabemos que nos tenemos que cuidar. Y la gente, obviamente que es lo que prefería, tener un nylon sobre la cabeza antes que gastar la plata en un alcohol en gel, por ejemplo. Empezamos a hacer campaña, empecé hablando con los vecinos y llegamos que vamos a impulsar lo que es la posta sanitaria para abastecer a los cuatro barrios
EA: ¿Te pareció raro que hubiera una toma?
N: Al comienzo no pensé nada, me dijeron “está pasando esto” una persona que estaba en la calle, en situación de mucha necesidad, y nos vinimos caminando, lo vine acompañando, y a medida que iba caminando iba viendo la cantidad de necesidades que había, la cantidad de criaturas que hay, porque hay casi cuatro mil chicos, a la vista, se ven, los va viendo y vas diciendo: ya está, estoy acá y vamos a ayudar al que más necesita. Porque es eso ayudar al que más necesita al que menos tiene, tristemente. No me pareció extraño que tomaran. Yo vengo de una familia con nueve hermanos, mi viejo se mataba trabajando para que a nosotros no nos falte un plato de comida y por ahí ellos no comían para que podamos comer nosotros. Yo me crie en ese ambiente humilde, ellos gracias al trabajo tienen su lugar y yo no veo que, ahora, hoy, yo con 20 años, trabajando y tratando de tener un título pueda llegar a comprarme una casa, nunca. Porque es triste que pasen estas cosas, pero es la realidad. Y vas viendo que no todos tuvieron la suerte que yo tuve que mi viejo me esté cuidando o que este trabajando horas y horas y horas para poder darme de comer. Hay muchos chicos acá que tienen dieciséis años y que estaban en la calle, que vinieron y están acá pidiendo un lugar. Y lo mismo mujeres. Yo no es que miro la toma, miro lo de adentro. ¿Qué hay adentro? Mujeres que sufrieron violencia de género en la cuarentena, que se tuvieron que ir de sus casas. O dormían acá o dormían en la calle. Hay chicos que estaban en instituciones que tengo conocimiento que son horribles y prefirieron venir acá y se sienten mas protegidos y como eso tenés muchas cosas. En los cuatro barrios hay mas mujeres con las criaturas acá que familias, porque son mujeres que tuvieron que irse del lugar dónde estaban por sufrir violencia de género.
EA: Hoy (sábado 10 de octubre) pasaste todo un largo día en la posta. Cuando querés tomar algo ¿Cómo hacés?
N: Una vecina cercana carga el tanque y saca una manguera a la calle para que podamos cargar los bidones y los trasladamos hasta acá.
EA: ¿Sufriste aprietes o amenazas?
N: La verdad que estás constantemente con ese miedo. Me ha frenado la policía un par de veces. Por suerte me dejaron, no me llevaron a la comisaría. Una vez me pasó que estaba yendo a una reunión de salud, con compañeros que venían a ayudar, íbamos a hacer una reunión previa, y me frena un patrullero y me dice que estaban buscando una chica con las mismas características mías, yo le digo: mostrame la denuncia de que me están buscando a mí, vengo de la casa de mis viejos, ellos no hicieron ninguna denuncia. Me dicen que tengo que mostrar el DNI. No me niego, se los muestro y me tuvieron casi tres horas en el móvil. Esperando a no sé qué, hasta que se cansaron y me dejaron ir. Ha pasado varias veces, creo que ya saben quien soy, saben que vengo a ayudar y eso es lo que no les gusta, y entonces si pueden te inquietan. Por suerte no me llevaron a la comisaría, digo por suerte porque ha pasado si no me equivoco en Echeverría, a una chica la policía la llevó a la comisaría , la manosearon. Y es ese miedo que tengo yo misma, un punto dónde decís: ¿qué hago, sigo o no sigo? Porque tenés miedo, como mujer, porque algunas salen, pero la triste realidad de este estado es que no volvés
EA: ¿Estás estudiando?
N: Estoy estudiando, por suerte estoy haciendo on line y puedo organizarme para estar en las clases y estar acá.
EA: ¿Dónde estudiás y dónde vivís?
N: Estudio en la UBA y vivo en Guernica. A dos horas y media, colectivo, tren, subte, caminar. Si todo sale bien, sin paro, amenaza de bomba, o cualquier inconveniente, sino es más tiempo. Y si hay horarios cortados me tengo que quedar en la facultad adelantando tareas. A veces una clase la tenía a la una y la otra materia a las cinco de la tarde. Y te vas amoldando para lo que vos querés para un futuro, estudiar y poder dedicarte a algo. A algo que incluya a toda la gente, quiero estudiar medicina para ayudar a los otros. Como mis compañeros en la toma que creo que tienen la misma mentalidad que yo, en este lugar hay que estar porque es dónde hay más necesidad. Si yo no estoy acá no estoy haciendo bien mi trabajo.
EA: ¿Hay algo que quisieras pedir?
Ayuda de tantos futuros colegas que vengan a conocer el lugar, la gente, a tener trato con la gente. Y si pudiera pedir algo a lo municipal, que vean la realidad, que la necesidad creció, por pandemia, por gobierno, la necesidad creció. Que hay chicos que se están cagando de hambre, y ojalá que sí les importe porque por algo ellos están ahí. Que si bien yo no tengo hijos me pongo en el lugar de una madre, de una madre de mi edad, porque hay chicas de mi edad que tienen tres hijos o dos, que están poniéndole el pecho a todo acá. Y la verdad es que no lo ven o no lo quieren ver. Que el pobre tiene esperanza de poder crecer, de poder estudiar, de tener algún futuro. Si ellos quieren se puede hacer algo, estos predios son algo que se sabe que algo se puede hacer, el 95% de Guernica es toma, y se sabe que se puede resolver. Y tenés diez mil personas en la calle. Y a los compañeros decirles que está en nuestras manos poder ayudar.
EA: ¿Y la pandemia, te preocupa, te asusta?
N: El virus no está acá. Gente que estuvo en los alquileres hasta que pudo, en la casa de parientes si los tienen, y llegaron acá, el virus no está acá. Hasta ahora no tuvimos ni un caso sospechoso de covid, implementamos cuidados, hicimos barbijos, la gente hace las reuniones con barbijos, hicimos barbijos pediátricos para que no les queden tan grandes a los chicos, es espacio abierto, hay mucho viento, obvio que no hay agua y hay carencias. Los médicos se preocupan de traer el virus de sus guardias, y se preocupan y se ponen la camiseta de la profesión. Vienen de muchos lados es algo muy grande.
EA: Sos muy valiente, es admirable la lucha, Natalia.
N: No es algo mío, es algo de toda esta gente.
EA: Para terminar. ¿Qué necesitan de insumos?
N: Lo que nosotros tenemos mucha persona hipertensa, el enalapril vale oro acá, tristemente, muchas personas diabéticas, y con asma, las medicaciones de base se necesitan con urgencia.