Un reconocimiento tardío, mezquino y pusilánime. El Partido Obrero y la crisis de la SEA – Eduardo Sartelli

en Debates/El Aromo nº 51

pomonos“El presidente Néstor Kirchner visitó la Feria del Libro en donde participó de la presentación de la obra La Palabra Viva, una recopilación de textos de escritoras y escritores desaparecidos durante la dictadura militar. En la sala José Hernández de la Feria del Libro, en el predio que la Sociedad Rural posee en el barrio porteño de Palermo, el presidente de la Nación encabezó el acto de presentación de la obra La Palabra Viva que busca recuperar algunas de las voces que fueron silenciadas por el terrorismo de Estado entre 1976 y 1983. Luego de la lectura de algunos textos seleccionados, hubo un panel de debate integrado por el secretario de Cultura de la Nación, José Nun, la presidenta de la Comisión Nacional Protectora de Biblioteca Populares (CONABIP), María del Carmen Bianchi, y el titular de la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina (SEA), Víctor Redondo.1

Los lectores recordarán la larga polémica que Razón y Revolución viene sosteniendo con la dirección de la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina.2 Recordará también que entre los episodios salientes figuran una defensa de Víctor Redondo publicada en Prensa Obrera y una violenta intervención del propio Jorge Altamira acusándonos de “ataques arteros” contra la SEA. Ahora, como si nada de esto hubiera pasado y de buenas a primeras, el PO anuncia, muy suelto de cuerpo, que sus militantes en la dirección del sindicato acaban de renunciar como producto de una “larga crisis”, de la que se colocan ahora como sus primeros denunciantes. Para peor, utilizando los mismos argumentos que nosotros pusimos sobre la mesa, por supuesto, sin reconocerlo.

Un relato mentiroso

El autor del texto que discutimos3 pretende que la crisis de la SEA se remonta al “conflicto del campo” pero que estalló definitivamente con el “affaire” Gaza. Es más, se deja entrever que la intervención de Altamira criticando a los escritores sionistas habría resultado crucial para delimitar posiciones y forzar una resolución. Curiosamente, a renglón seguido se señala que el rumbo “posterior” de la SEA la llevó a una adaptación al Estado. ¿En qué quedamos? ¿La crisis es “larga” y se remonta al conflicto del campo o es reciente y se desarrolló después del caso Gaza? La realidad, como veremos, es muy otra.
En efecto. El curso de adaptación de la dirección de la SEA al Estado y su transformación en lo que ahora el PO reconoce, es de vieja data. De hecho, RyR ha venido denunciándola desde mucho tiempo antes y precisamente por esa denuncia mereció el escarnio del propio Partido Obrero. Veamos los hechos.
Por empezar, la relación de la SEA con el Estado viene desde la edición de Palabra Viva, presentado en la Feria del Libro en 2005 con la asistencia de… Néstor Kirchner. Pedidas explicaciones en privado a compañeros con responsabilidad en el sindicato, se nos contestó que se “había colado” y que no se podía rechazar al Presidente… No imaginamos que era la primera de una serie de manchas que bordarían un tapiz símil leopardo. Nuestra polémica pública con los miembros de la dirección de la SEA comenzó con el cuestionamiento a esas mesas de la Feria del Libro que el articulista de PO rescata como el momento “progresivo” de la organización, en abril de 2008. Lo que decíamos entonces, contrariamente a lo que el PO todavía cree, era que en esas mesas la SEA le entregaba sus lugares en la Feria a la patronal, a los medios y a escritores de derecha, incluso fascistas. Señalamos también que la presidenta del sindicato formaba parte de la cámara patronal del libro, la Fundación El Libro y que se promocionaba el negocio de las grandes editoriales al otorgarle repetidos espacios a la “nueva narrativa argentina”. Dijimos también que la dirección de la SEA, incluyendo a los miembros del PO (Redondo y Mileo) defendían una concepción irracionalista y liberal del arte, reñida con cualquier cultura “revolucionaria”. Todo esto mucho antes que sucediera el episodio “Gaza”.
¿Por qué la nota de Prensa Obrera no hace alusión a estos hechos? Por dos razones, la primera de ellas muy mezquina: no reconocer que RyR se los anticipó; la segunda, más mezquina todavía: esconderle a los militantes del partido que la dirección del PO avaló y formó parte de esa política, al punto de promocionar en la prensa a escritores fascistoides, permitirle a Víctor Redondo que usara las páginas del diario de una organización revolucionaria para defender esa política e incluso movilizar la pluma más importante del trotskismo argentino para hacer una verdadera apología de esa política. Sobraban ejemplos para darse cuenta antes del affaire Gaza de hacia dónde marchaba la SEA. Dicho de otra manera: la reacción del PO a nuestras críticas a la SEA no fue un pedido de explicaciones a la dirección del partido en el sindicato ni, mucho menos, a la dirección del sindicato mismo. No. Su reacción fue insultar al cartero que traía la mala noticia.
Pero la historia no acaba allí. Lo que ahora descubre el PO, la derechización completa de la SEA, episodio Frankfurt incluido, fue anticipado (y yo diría “destapado”) por nosotros en una nueva ronda polémica, esta vez a propósito de la expulsión de nuestro compañero, Fabián Harari, de una asamblea del sindicato. En cuatro notas como respuesta a los insultos y las amenazas de Víctor Redondo y Oscar Taffetani, Fabián puso sobre la mesa todo lo que ahora el PO esgrime contra la SEA. Dicho de otra manera: el PO calló antes y después de Gaza e hizo oidos sordos a todo lo que dijimos antes y después de Gaza. De lo que dijimos en forma pública y de lo que, fraternalmente, señalamos casi con desesperación a compañeros connotados del partido, a fin de evitarle una vergüenza de este tipo.
Lamentablemente, otra vez, la historia tampoco termina allí. Porque el artículo de PO confiesa que las cosas son mucho peores: en su “explicación” se reconoce que el episodio “Gaza” llevó a la dirección oportunista de la SEA a hacer crisis con el PO, demostrando que en todo el período anterior el PO no hizo crisis con la SEA. Dicho de otra manera, una vez más: el PO no rompió con la SEA, la SEA rompió con el PO. La prueba más contundente es que López y Mileo renuncian a la dirección de la SEA cuando la SEA expulsa a López. No renunciaron, los echaron y por eso ahora patalean.

Una conclusión vacía

El artículo de Prensa Obrera concluye con una frase que, a esta altura, mueve a risa: “La crisis de la SEA deja enseñanzas invalorables para el trabajo revolucionario en el campo intelectual y, de un modo general, en los sindicatos.” Digo que mueve a risa porque, habida cuenta de lo que ahora dice el PO, se trata de una reivindicación sorprendente de la política cultural de RyR. Pero el problema es que el artículo no explicita cuáles son esas “invalorables” enseñanzas y no puede hacerlo. No puede porque la raíz de los errores políticos del PO en la SEA es su propia concepción del arte, de los artistas y del lugar de la cultura en la lucha de clases.
En efecto, el PO, Pitrola dixit, afirma que “la cultura no es lucha”. ¿Cómo se puede, a partir de esta premisa, tener en un ámbito como la SEA otra política que no sea meramente sindical? En su momento denunciamos el carácter puramente sindicalero de la dirección de la SEA que ahora descubre el PO. Como respuesta obtuvimos una verdadera apología de Altamira, según la cual la SEA llevaba adelante una política “revolucionaria”. Obviamente tuvimos que contestar:

“Por otro lado, no veo la propaganda revolucionaria de la SEA. Tal vez estoy ciego, pero armar mesas para que hablen los responsables editoriales de los suplementos culturales de los grandes diarios burgueses no encaja en lo que yo llamo propaganda revolucionaria. Tampoco encaja allí que Prensa Obrera auspicie mesas de debate en las cuales un fascista llama a aplastar a los desaparecidos con un diario, como insectos. Tampoco encaja bien que la nueva figura pública del PO, Pompeyo Audivert, utilice su indudable maestría teatral en protagonizar éxitos de público en los cuales se “demuestra” que el mundo no se puede cambiar (Woyzeck) y que todos somos fascistas (Heldenplatz). Me imagino que los compañeros del Ojo Obrero, que intentan llevar adelante una tarea de información de masas de aquello que la prensa burguesa oculta, deben tener alguna contradicción con los elogios a Leonardo Favio o con esa asquerosa chupada de medias a la dirección del partido a propósito de Bergman. Me imagino también que tu elevación de León Ferrari a la altura de artista revolucionario, que él mismo se encargó de desmentirte en la cara y luego frente a las “masas” desde el palco en el que apoyaba a Aníbal Ibarra, debe causarle alguna contradicción a la gente de Morena Cantero. Lo mismo cuando Eduardo Mileo publica y prologa a poetas reaccionarios con la excusa de que son “jóvenes”.”4

La conclusión lógica de la experiencia de la SEA debiera ser, primero, como ahora se reconoce de forma encubierta y encubridora, que la dirección del partido se equivocó. Segundo, que como ya le dijimos, su política es doblemente perjudicial: “el partido tiene artistas y documentalistas revolucionarios. No se los apoya cuando se concilia con la burguesía permanentemente en nombre de la “amplitud”.”5 Pero esa conclusión en realidad descubre un problema más profundo:

“Podríamos debatir también sobre la concepción de la “libertad” artística que reivindica el partido. Curiosamente, a los obreros se les exige la terrible decisión de abandonar toda relación con la burguesía y hacerse revolucionarios. A los artistas, en cambio, se les da lo que el partido no puede darle, la “libertad”. ¿De dónde sale la peregrina idea de que el partido puede dar a los artistas lo que no puede darle a los obreros? Es simplemente una forma mistificada de plantear una política de conciliación con la burguesía.”

La política que se deriva de esta tontería es la que describí en una de las respuestas a los ataques de Altamira:

“El partido, influido por vos, tiene una virulenta posición anti-intelectual, desconfía de los intelectuales y cree que sus actividades no son más que banalidades. Con esa concepción les decís a los artistas y a los intelectuales que tienen toda la libertad del mundo. Y los ingenuos se creen que les han dado algo, simplemente porque los usan de simples animadores de fiestitas infantiles. Para el partido el artista es un idiota útil. Se lo deja hacer, total, lo que hace no tiene ningún valor. Y cuando el partido logra tener verdaderos artistas revolucionarios (que los tiene) los relega a segundo plano, en beneficio de la figurita del momento que ha elegido hacer por izquierda la carrera que no puede hacer por derecha. Carreristas que a la primera de cambio abandonan el partido, después de haber destruido el germen de una verdadera cultura revolucionaria.”6

Casi se diría profético…

Una conclusión más sustantiva

No esperábamos, qué va, que la dirección del partido se dignara a una serie de conclusiones sencillas: 1. nos equivocamos; 2. RyR tenía razón y no les hicimos caso; 3. vamos a iniciar una etapa de revisión de nuestras concepciones en este terreno. En lugar de estas conclusiones, obvias para cualquiera que examine la situación desprejuiciadamente, lo que ofrece es un reconocimiento de hecho, pero tardío. Un reconocimiento que además es mezquino, porque no se anima a decir abiertamente que todo lo que dijeron de nosotros era pura basura. Pusilánime, porque no tiene el coraje de enfrentar a las bases del partido y confesar el error.
Si el partido quiere evitar nuevos episodios como éste, debiera primero abandonar su posición liberal (es decir, burguesa) sobre el arte y el mundo de la cultura en general, disponerse a organizar un frente de batalla ad hoc y destinar un conjunto de militantes para esa tarea, que estudien sus características y definan objetivos en función del programa general de la organización. Pero para poder llevar adelante tal reorientación, es menester abandonar la premisa que ha presidido hasta aquí toda la política del partido, a saber, que la cultura “no es lucha”. Ese sería un síntoma claro de que se han comenzado a entender las “enseñanzas invalorables” de la crisis de la SEA.

NOTAS
1Tomado de la página de la Presidencia de la Nación, http://www.casarosada.gov.ar/index.php?option=com_content&task=view&id=1980&Itemid=66
2La polémica se desarrolló en los siguientes textos: “¿Cuál es la política “cultural” de la SEA?”, en El Aromo, nº 42, mayo/junio de 2008; “No aclares que oscurece… A propósito de una respuesta de Víctor Redondo sobre el asunto de la SEA”, en El Aromo, nº 44, agosto/setiembre de 2008; “Carta abierta a Jorge Altamira” y “Altamira. Respuesta a la “respuesta” de Jorge Altamira”, en El Aromo nº 45, octubre/noviembre de 2008. Todos de mi autoría. Los textos en los cuales se critica la estética irracionalista y liberal de la dirección de la SEA son: “Buda, yo y mi otro yo. Una reseña de El andariego. Poemas 1944-1980, de Hugo Padeletti, Buenos Aires, FCE, 2007”, en El Aromo, nº 44, agosto/setiembre de 2008; “Aburrido, repetido y reaccionario. Acerca de la apertura del “Café de la SEA” y la mesa sobre la “nueva narrativa”, en El Aromo, nº 42, mayo/junio de 2008, “De última. Reseña de Última poesía argentina, de Ediciones En Danza”, en El Aromo, nº 45, octubre/noviembre de 2008, los tres de Mara López. Importantes a este respecto son también los artículos de Rosana López Rodríguez sobre la “nueva narrativa argentina” en El Aromo, Perfil, Veintitrés y Contraeditorial. La polémica de Fabián Harari se inició con una serie de textos en Indimedia: “SEA: una reunión secreta bien PRO”, en
http://razonyre2.razonyrevolucion.org/index.php?option=com_content&view=article&id=459:sea-una-reunion-secreta-bien-pro; “De sindicato a Jockey Club. Una respuesta a Víctor Redondo”, en http://razonyre2.razonyrevolucion.org/index.php?option=com_content&view=article&id=464:de-sindicato-a-jockey-club-una-respuesta-a-victor-redondo; “SEA: el que calla otorga”,
http://razonyre2.razonyrevolucion.org/index.php?option=com_content&view=article&id=465:sea-el-que-calla-otorga; y “¿Para qué sirve la SEA?”, en
http://razonyre2.razonyrevolucion.org/index.php?option=com_content&view=article&id=468:ipara-que-sirve-la-sea
Véase el conjunto de los textos de la polémica, incluyendo los textos de todos los participantes, en la página de Razón y Revolución.
3“Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina. Las razones de una crisis” y “Los escritores y la Feria de Frankfurt”, en Prensa Obrera, 29/10/2009
4Sobre Woysek y Heldenplatz, véanse respectivamente “Fundidos. A propósito de Woyzeck, de Georg Büchner”, en El Aromo, nº 30, agosto de 2006 y “Una pose fascista.A propósito de Heldenplatz, de Thomas Bernhard”, en El Aromo, nº 45, octubre/noviembre de 2008.
5“Altamira. Respuesta a la “respuesta” de Jorge Altamira”, op. cit.
6“Carta abierta a Jorge Altamira”, op. cit.

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