Hace unos instantes, los trabajadores del frigorífico Penta (Bernal) fueron reprimidos en la puerta de la fábrica. Los compañeros se encontraban realizando una medida de lucha contra el cierre que impuso la patronal desacatando una conciliación obligatoria.
La única respuesta del gobierno que dice tomar medidas contra los empresarios “miserables” fue la represión. El municipio está en manos de la Kirchnerista Mayra Mendoza, que no dio ninguna respuesta a los compañeros. La gobernación, en manos del kirchnerista Axel Kiciloff, tampoco. El gobierno de los Fernández, menos. El ministerio de Trabajo, por su parte, no ha movido un dedo. Cuando esto sucedía en el gobierno de Macri, los kirchneristas lo denunciaban con hipócrita indignación. Ahora que son gobierno hacen lo mismo.
A pesar de ser una planta declarada esencial para producir y haber recibido millones en subsidios, la patronal deja a la gente en la calle en el medio de una pandemia. La opereta de la prohibición de despidos salta a la vista con semejante impunidad. Recordemos además que el dueño de Penta es Ricardo Bruzzese, presidente de la Cámara Argentina de la Industria de la Carne, y recordado como impulsor junto a Guillermo Moreno del fracasado Plan Carne para Todos.
Basta de ajuste y represión.
¡Reincorporación inmediata de todos los trabajadores de Penta y pago de los salarios adeudados!
Reapertura de la fábrica con todas las condiciones de higiene y las libertades gremiales garantizadas. Si Penta no reabre, que se estatice. Los trabajadores saben cómo ponerla a funcionar. Podría servir para abastecer a comedores y hospitales sin sobreprecios, y evitar 240 familias más en la calle.
Que la crisis la paguen los capitalistas
Corriente Clasista Goyo Flores
