¿Qué pasa en el mundo? La crisis política en Bolivia y Brasil

en La Hoja Socialista 21/Novedades

Hace unos días, los trabajadores de Bolivia y Brasil fueron testigos de un nuevo capítulo de una serie que podría titularse “veamos quién tiene más mugre encima”. En el primero de estos países, Evo Morales acusó a Jeanine Añez y a 5 de sus ministros de sedición, terrorismo y conspiración. En el segundo de ellos, a Lula da Silva le anularon las causas por las que se lo acusaba. Pero, más allá de estos hechos que ya hemos analizado, lo que tenemos que mirar es lo que está pasando fuera de los Tribunales. Es decir, a quienes la Justicia no acusa o cita a declarar.

En el caso de Bolivia, el Tribunal nunca citó a Luis Camacho, la principal figura de renuncia de Evo. Este personaje es el que había entrado al Palacio del Quemado con la Biblia en la mano. Entonces, uno diría si hay algún protagonista de ese episodio es este señor. Pero, no. A él no se lo juzga. Y usted se estará preguntando ¿por qué? Bueno, Camacho acaba de ganar por escándalo, en las últimas elecciones, su departamento ubicado en Santa Cruz. Con el porcentaje que sacó ni siquiera tiene que ir a una segunda vuelta electoral. Otro al que no se citó a declarar fue el ex ministro de obras públicas de Añez, Iván Arias, quien se postuló para la alcaldía de La Paz y sacó el 48% de los votos ganándole al candidato de Evo.

Entonces, ¿por qué arrestan a Añez que ni siquiera impulsó el movimiento en contra de Evo? Porque salió tercera en su distrito. La realidad es que si Evo quisiera enjuiciar a todos los que participaron en lo que él denominó como un “golpe”, tendría que meter presos a todos los legisladores de su propio partido que avalaron el nuevo gobierno y le dieron legitimidad para llamar a elecciones.

Siguiendo esta lógica, también debería haber llevado a los tribunales a la Central Obrera Boliviana (COB) porque le pidió la renuncia.  Asimismo, debería llevar a la cárcel a todos los movimientos sociales que se manifestaron contra el fraude y el ajuste que implementó. Incluso, se la tendría que haber juzgado a Añez por las masacres que tiene en su haber. Pero, no se le sumó este cargo porque en ese caso Evo también tendría que ser enjuiciado por las muertes de su gobierno y por la represión que llevó adelante antes de renunciar.

Este escenario, no sólo nos muestra las terribles elecciones que tuvo Evo sino también el derrumbe de su partido. En Bolivia, hay un ascenso de la crisis política, que aparece con la idea de usar la Justicia para encarcelar gente. Por eso, la prisión para personalidades como Añez y sus ministros tiene que ver, por un lado, con el querer repuntar en las encuestas metiendo preso a algún cadáver político y, por el otro, con una amenaza camuflada para el resto.

En Brasil, tenemos un proceso similar que tiene que ver con el desmoronamiento de las estructuras burguesas y de sus políticas. No es igual, porque lo que vemos es que Lula es de alguna forma liberado para poder presentarse como candidato. Recordemos que Lula ya estaba libre. Había sido beneficiado con una reducción de su condena y se le había otorgado un cambio de jurisprudencia para poder darle prisión domiciliaria. Algo que no le correspondía con dos condenas en contra. Todo esto bajo la presidencia de Bolsonaro. Es decir, no se lo puede acusar de hacer uso de la justicia contra su oponente. Al anularle los fallos en contra, se le da la posibilidad de presentarse como en las próximas elecciones.

La cuestión de fondo en este caso, es el desarrollo de una amnistía general. Esta libertad para todos y todas también se extiende a Bolsonaro que está investigado por corrupción. Este fallo es una especie de “dejemos libres a todos y no los investiguemos más”. Es interesante porque muchos están pidiendo que esto se extienda a nuestro país.

Lo que estamos viendo es que estos políticos no tienen nada para dar. No nos pueden ofrecer mejoras en nuestras condiciones de vida. Por el contrario, hace 10 años que la población en América Latina viene pauperizándose. Y ahora, encima se nos agrega la cuestión del Covid. Nosotros tenemos que organizarnos y proponer una salida obrera y socialista frente a esta manga de inútiles que lo único que tienen para darnos son muestras de la mugre del otro.

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