¿Por qué votar en blanco? El fin del ciclo de una izquierda reformista y la construcción del socialismo

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A pesar de polémicas y controversias que aparecen en los medios, en estas elecciones es poco lo que se va a definir. En términos más generales, los candidatos tienen una sola fidelidad: la que mantienen con la burguesía argentina. Ellos son parte de ese conjunto de parásitos que nos trajo hasta aquí y los responsables de la situación en la que estamos. Pero, por sobre todo, son miembros de una clase que carece de una salida. Sencillamente, porque vivimos las consecuencias del sistema social que defienden y que les da vida.

En términos más específicos, el programa para afrontar la crisis ya fue pensado y redactado. En ese consenso liberal, que implica un mayor ajuste y un enorme sacrificio a la población, es que se mueven los candidatos. Gane quien gane, van a venir contra nuestras condiciones. La pregunta será cómo y con qué velocidad. Mientras eso se debate, la gente da muestras crecientes no solo de descontento, sino de la desconfianza. En este contexto, un rechazo generalizado se convierte en una necesidad imperiosa.

¿Por qué no votar a quienes se presentan como “la izquierda”? Podríamos decir que no, porque no pueden, no saben y no les interesa transformar la Argentina, porque no tienen un plan y se limitan al llamado a “resistir” con medidas puntuales, lo cual es cierto y deriva de su naturaleza como trotskistas. Podríamos decir, también, que no tienen vocación de poder y que solo buscan ocupar una banca, que también es cierto. Pero hay algo más importante aún que todo esto que hemos venido señalando hace años: es una izquierda que agotó su ciclo.

Emergida de la irrupción del movimiento piquetero a fines de los ’90 y protagonista del proceso revolucionario abierto con el Argentinazo, esta izquierda sufrió una derrota con el ascenso y consolidación del kirchnerismo, que la dejó prácticamente paralizada. La creación del FIT (luego FITU) como organismo aglutinador y centralizador político terminó en un arreglo puramente electoral, sin ningún peso como tal en la lucha de clases. La derrota del kirchnerismo en 2015 y más aún en 2017 le dieron una oportunidad de volver al protagonismo que le había sido negado en el largo reflujo. En lugar de plantarse en forma independiente, se asoció al kirchnerismo en un frente “antiMacri”, organizándole actos a una Cámpora muerta. El resultado: Cristina resucita y vuelve a hacerse con el gobierno.

Pero la lucha de clases le iba a dar otra oportunidad, con la gigantesca crisis y el derrumbe del gobierno kirchnerista, sumado a un descontento generalizado con todo el personal político burgués. Y bien… ¿qué hizo la izquierda? Plegarse, otra vez, a Cristina “contra la derecha”… Incapaz de delimitarse del peronismo, el descontento se lo llevaron personajes como Milei.

No pudieron porque nunca tuvieron un programa para el poder. Estamos, entonces, ante un fin de ciclo de una izquierda que derivó en reformista. No pueden ofrecer una salida porque ya son parte del sistema.

En este panorama, ninguna de las opciones electorales nos va a sacar de la crisis. Lo que debe hacer la clase obrera es sacar un balance, dar vuelta la página y construir un partido con un plan para edificar el socialismo en la Argentina. Hoy, debido a las dificultades que levanta la legislación, Vía Socialista no puede presentarse aún. No obstante, en el camino de su construcción, mostremos un masivo y ensordecedor rechazo al sufrimiento que nos ofrecen, en un caso, y a la pasividad, en el otro. Votemos en blanco. Que se vayan todos.

Razón y Revolución

Vía Socialista

4 Comentarios

  1. De la clase de Izquierda de la que ustedes se está n delimitando es la conducción del PTS al frente de la coalición. En estas PASO esta en juego el perfil político del FITU: si va a ser una izquierda light mediática de franela constante con el kircherismo (desde el 2015) o si va a ser un polo de reagrupamiento, organización e intervención de la lucha de clases. La dirección del PTS, en su último congreso celebrado a mitad de año pasado, resolvió centralmente las candidaturas de Miryam Bregman y Alejandro Vilca para presidenta y vice. O sea, que este partido mediático esta en campaña electoral desde el año pasado. El PTS es un partido que siempre le ha dado la espalda al movimiento de lucha más grande de los últimos 25 años que es el movimiento piquetero. Y ellos, en un pasado cercano, dentro del clasismo han sido potencia para después retroceder hasta la marginalidad política en el movimiento obrero. Para citar un ejemplo: en el gremio de la alimentación llegaron a conducir 14 comisiones internas; hoy no conducen ninguna. Solamente conducen 2 fábricas cooperativas (FaSinPat ex Zanon y Madygraf), tienen un puñado de agrupaciones con unos pocos delegados, no tienen ninguna incidencia en la juventud organizada en barrios y muy poco en movimiento estudiantil. Lo único que tienen a nivel nacional es la instalación mediática de sus 2 candidatos centrales que no representan físicamente ningún frente de lucha de la actualidad. Sólo por citar el movimiento piquetero organizado en la Unidad Piquetera que todas las semanas vemos marchando por el centro porteño y no hay mes que no realicen piquetazos en todo el país, a Nico y a Miryam nunca se los vio. No sólo aborrecen a este enorme movimiento, sino que lo atacan haciendo propias las calumnias de sus enemigos para delimitarse de su dirección (Polo Obrero/Partido Obrero) para seguir franeleando con el kirchnerismo. Y después quieren que esos piqueteros cada 2 años militen la campaña electoral, fiscalisen y voten a sus candidatos que los atacan. El PTS es una secta del tipo que prioriza la construcción de su propio aparato por sobre los problemas sociales y las luchas del campo popular donde interviene (así les fue).

    El Partido Obrero se plantó. No queremos que la coalición funcione solo para las elecciones. No queremos que los candidatos centrales franeleen con los K. No queremos que el gran esfuerzo que venimos dando todos los días para romper el cerco mediático y político de la izquierda sea cosechado por 2 figuras mediáticas que a la vez lo aborrecen.

    Nuestro programa de poder, nuestro plan de accion, nuestro Que Hacer esta público en nuestros medios.

  2. Esta bien, habla del fitu. Y política Obrera? Y con respecto al voto en blanco, ninguna perspectiva?

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