Polonia: Restringen los derechos para poder abortar

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Polonia solo permitía la interrupción del embarazo por tres causales: anomalías fetales, en caso de amenaza para la salud de la mujer o por incestos o violaciones. Pero, en la práctica, la abrumadora mayoría de los abortos legales (1074 de los 1100 realizados el año pasado) fueron el resultado de anomalías fetales. Sin embargo, esta categoría de abortos solo representa una pequeña fracción de los que se hacen las mujeres polacas. Muchas viajan al extranjero para abortar o se los practican de manera ilegal. Los obstáculos comunes para la interrupción legal incluyen largas esperas y médicos que se niegan a realizar las intervenciones y a recetar anticonceptivos por motivos religiosos.

El jueves pasado, la presidenta del Tribunal Constitucional, Julia Przylebska, realizó un fallo en el que expresaba que permitir los abortos por anomalías fetales legalizaba las “prácticas eugenésicas”. Y agregó que como la Constitución de Polonia garantiza la protección de la vida humana, la terminación basada en la salud del feto equivalía a “una forma de discriminación prohibida de manera directa”. Pero esto no es nuevo, en repetidas oportunidades el gobierno ha intentado que la ley del aborto sea más estricta, pero no consiguió reunir los votos en el Parlamento. Las encuestas han demostrado que la mayoría de los ciudadanos se oponen a nuevos límites y cada intento desencadenó manifestaciones masivas.

Ese mismo jueves estallaron las manifestaciones de mujeres, exigiendo que la corte revierta esa decisión y un número creciente de personas también pide la liberalización de la ley del aborto. Las protestas se han extendido de ciudades a pueblos y aldeas, y los grupos de mujeres han encontrado un apoyo inédito en gremios como los taxistas, agricultores y mineros del carbón, los cuales tienen sus propias quejas contra el gobierno.

Tanto en la Argentina, como Polonia y el resto del mundo, vivimos en una sociedad capitalista y patriarcal en donde la reproducción social de la vida es una responsabilidad individual que cae sobre los hombros de las mujeres. A su vez, somos las responsables de no solo de traer esa vida al mundo sino también de las tareas de cuidado. Mientras vivamos en esta sociedad que se lava las manos frente a un problema fundamental como es el de la reproducción social y lo deja como una responsabilidad individual de las mujeres, nosotras somos quienes decidimos si queremos hacernos cargo o no de llevar adelante esa tarea. Frente a una nueva crisis capitalista mundial, no es casual que los estados burgueses intenten limitar o directamente se nieguen a legalizar el aborto, ya que para ellos no significa que no se realice: las que cuentan con los medios económicos lo llevan a cabo en condiciones médicas seguras, las otras nos exponemos a morir.

Ya lo hemos dicho mil veces, los gobiernos burgueses no están interesados en solucionarle los problemas a la clase obrera, ni acá ni en ninguna parte del mundo. El feminismo es internacionalista y nuestro objetivo es la emancipación de toda la humanidad. Por eso acá, en Polonia y el resto del mundo gritamos:

ABORTO LEGAL, LIBRE, SEGURO y GRATUITO

El feminismo será socialista o no será nada

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