Desde el año pasado, el Partido Obrero viene sosteniendo una política expulsiva de la mesa del PSC hacia nuestra corriente. Como denunciamos oportunamente, el PO nos niega la incorporación a un grupo de whatsapp que creó aparte y que oficia de canal informativo del PSC. La idea del PO es evidentemente expulsarnos de un espacio en el que veníamos participando regularmente y en el que apuntamos siempre la necesidad de una Asamblea Nacional de Trabajadores ocupados y desocupados, planteo que chocaba de frente con el encorsetamiento del PSC en un campo de discusión y rosca del FITU. En lo que va del año, esta actitudse profundizó conuna política de persecución –de parte del PO- por plantear el disenso en un gremio que ellos dirigen. En la última reunión, la Secretaria General de la Asociación Gremial Docente de la UBA (AGD-UBA), Ileana Celotto, puso sobre la mesa un supuesto “incumplimiento” de nuestra parte de laresoluciónde la asamblea dela Facultad de Filosofía y Letras. Una mentira que fue desbaratada de inmediato y que esconde el verdadero objetivo del PO.
¿Qué ocurrió en AGD-UBA?
Desde el inicio de la cuarentena, llevamos adelante un intenso debate en AGD. Allí, su conducción sostuvo una política errática y enajenada de los intereses del conjunto de la docencia y los estudiantes.En lugar de impulsar un reclamo para desarrollar las tareas en las mejores condiciones laborales posibles atendiendo a la excepcionalidad del caso, la dirección de AGD se opuso sistemáticamente a la virtualidad por la virtualidad misma. En una asamblea de Sociales, incluso la dirección de AGD rechazó nuestras mociones de luchar por regular esas tareas y demandar equipamiento adecuado. Con la extensión de la pandemia y la situación excepcional, la dirección de AGD se dio cuenta de que estaban meando fuera del tarro y no le quedó otra que ir adoptando algunas de nuestras propuestas de regulación del trabajo virtual en asamblea general, aunque sin admitirlo.
En Filosofía y Letras, la dirección de AGD-Filo, se opuso a la toma de finales virtuales, sin un planteo propositivo ni una exigencia real para ejecutar la tarea. Obviamente, estando todavía lejos del retorno a la presencialidad, eso significaría que todo el mundo pierda el año.Aclaran que los finales solo tendrían que ser restringidos a los que adeuden dos o tres materias. Otra vez: en lugar de luchar por regular la tarea (no hay otra forma de dar clase y tomar finales en este contexto que la virtualidad), el sindicato “lucha” por no realizarla. En los hechos, choca con los intereses estudiantiles (recibirse para tener mejor inserción laboral) y de los docentes (que van a realizar la tarea sin regulación alguna ni una orientación gremial acorde a la situación).
Esto es lo que venimos discutiendo en las asambleas y en nuestros posicionamientos públicos. Por esto, Celotto nos acusa de romper con las resoluciones y no acatarlas. Una burda mentira. Tal y como fue demostrado en la reunión, los docentes de nuestra organización han participado de los dos apagones virtuales con las consignas que corresponden. Hay algo más grave: la acusación de que no acatamos el paro en finales es absurda por el simple hecho de que los finales ni siquiera han tenido lugar todavía. Con lo cual es evidente que Celotto pretendía una sanción simplemente por dar a conocer nuestra oposición a la política de la dirección del gremio. Una burocrateada hecha y derecha. Además, hay que señalar algo importante: la asamblea que votó el rechazo a los finales ni siquiera tenía carácter estatutario, al no reunir al 20% necesario de los afiliados (solo participaron menos de 40 sobre más de 120 afiliados necesarios). Una muestra más de la falta de recepción que tiene esta línea política de AGD en la docencia universitaria. Se trata de una política de aparato. Y como se le planteó a la Secretaria General, para nosotros, la política de aparato no puede reemplazar la deliberación real de los trabajadores.
Como no había mucho para cuestionarle a los docentes de nuestra organización, el PO entonces esgrimió otro argumento. Impugnaron que nuestra agrupación estudiantil pelee por un reclamo presenteen los estudiantes de Filosofía y Letras, tal y como lo mostró la última asamblea general: tener finales. Celotto cuestionó que nuestra corriente estudiantil Bandera Roja impulsara un petitorio pidiendo finales para todos.Lo que no observa Celotto es que justamente fue su política la que llevó a la ruptura con los intereses estudiantiles-rompiendo con un aliado clave- y no al revés. Por eso mismo, en Filosofía y Letras, el PO convocó a reuniones abiertas con la línea de AGD que fueron un fracaso y no pudo imponer su línea en ninguna instancia, ni en la asamblea inter-carreras, ni en la asamblea general convocada por el centro de estudiantes. En cambio, Bandera Roja lucha por las demandas genuinas de los estudiantes, que son en especial la de los estudiantes obreros que no pueden esperar eternamente para recibirse porque necesitan el título para salir a trabajar.
Por último, algo grave que corresponde señalar. Mientras el PO pone el grito en el cielo por un petitorio estudiantil, la UJS (corriente estudiantil del PO) escracha docentes ante los ojos de la patronal en las facultades. El PO escrachó docentes en Veterinaria y en Filosofía y Letras, entre ellos, a nuestros compañeros. Vale aclarar: en Filosofía y Letras, nuestros compañeros están trabajando con la amenaza ajustadora permanente por parte de la gestión y la Dirección del Depto. de Historia que no respetan el convenio colectivo y pretenden liquidar una cátedra paralela conquistada con la lucha. Es en este contexto de ofensiva patronal que el PO salió a difamarnos. ¿Qué argumentaron? Supuestas arbitrariedades e irregularidades, que –en el caso de nuestros compañeros- fueron desmentidas por los mismos alumnos. Jamás se rectificaron. Ahí sí, cruzaron todo límite de clase.
¿Qué se esconde detrás de todo esto?
Estos “debates” del PO esconden lo que ellos no quieren blanquear de forma expresa: quieren excluirnos de forma burocrática de la mesa del PSC por el “delito de opinión”. Lo hacen marginándonos de los canales de información y traficando una difamación como “debate” para justificar sus maniobras. Esconde algo más, el PO no puede justificar su extravío en la política universitaria, sobre todo de cara al estudiantado, y pretende simplemente disimularlo con una censura a sus críticos, a la manera burocrática y stalinista a la que nos viene acostumbrando. Además, pretende censurar la crítica a un gremio que dirige la misma corriente que en el Sarmiento no solo presentó una lista opositora a la que dirige Izquierda Socialista, participante del plenario, sino que además no ahorró descalificativos hacia el Pollo Sobrero. Parece que son los únicos que pueden criticar a otra corriente.
Nosotros hemos participado del plenario de Lanús y somos parte de una mesa votada a mano alzada. Hemos acompañado prácticamente todas y cada una de las acciones del PSC. Por lo tanto, lo del PO no puede ser otra cosa que una maniobra burocrática ajena a los métodos del clasismo y el sindicalismo combativo. Si el PO considera que no debemos participar del PSC, tendría queplantearlo formalmente y someterlo a discusión en los organismos correspondientes. De otro modo, seguiremos insistiendo por la restitución de nuestra participación regular. Advertimos, sin embargo, que el método de persecución y exclusión burocrática que pregona el PO refleja una política que vuelve al PSC incapaz de agrupar nuevos sectores y crecer como organismo real de aglutinamiento. Es un método propio de aparatos políticos en un estado de estancamiento y declive.
Corriente Clasista Goyo Flores – Corriente Sindical de Razón y Revolución
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