Nuevamente, la noticia económica de esta semana fue la estampida del dólar, que en su precio “informal” (blue) trepó el 20 de abril a los $440 en algunas provincias. Pero esta subida no fue un hecho extraño ni parte de una dinámica anormal. Por el contrario, el dólar blue acumula una suba del 10% en los últimos treinta días, y un 21% en lo que va de 2023. Hasta la última semana, la cotización del blue acompañó la suba del dólar oficial, haciendo que la brecha entre ambas cotizaciones se ubicara en torno al 80% (nivel promedio que mantiene desde septiembre, luego de tocar el 146% en julio de 2022). Ahora bien, en los últimos días, se aceleró la velocidad del precio informal, que había aumentado un 0,2% diario promedio entre el 3 y el 14 de abril y en las últimas tres jornadas (17, 19 y 20 del corriente) lo hizo a 2,6% por día. El gobierno viene buscando mantener el nivel con intervención sobre el mercado de cambios pero, como un soldado aislado en la trinchera, se va quedando sin municiones. Desde el desdoblamiento en incontables tipos de dólares, pasando por la apelación a los bonos en moneda extranjera de los organismos descentralizados, no le queda mucho más por hacer, en medio de la escasez de divisa agravada por la sequía. En este escenario, suelen pulular los intentos de explicación simplistas: de un lado, el gobierno manejó mal la política monetaria y fiscal; y esto se solucionaría solamente ajustando tres o cuatro variables que impulsen la inversión o la liquidación de los dólares que existen en el país que no están volcados a la producción. Por el otro, se acusa a agentes malvados, especuladores, que actúan y esperan el descalabro para hacer su negocio.
Pero ninguna de estas seudo explicaciones hace eje en la dificultad de fondo. Los problemas con el dólar y la marcha devaluatoria no provienen de una mala gestión o de intereses mezquinos, sino de la propia dinámica de la economía argentina. Es decir, del retraso constante de la capacidad productiva del capitalismo en Argentina, que se rezaga en el plano internacional. Por eso el gobierno no tiene dólares: el único sector que puede generarlos, el agro, está severamente afectado por la sequía; y el resto de la economía es consumidora neta de divisas. Incapacitado de extenderse a otros mercados y ganar competitividad, el capitalismo en Argentina recurre a estos mecanismos que solo conducen a mayor empobrecimiento de la población para nada. El gobierno intentará ralentizar el proceso, pero al no tener dólares, no se podrá importar y se profundizará la recesión. Mientras, el peso se destruye, resultando inútil incluso para transacciones relativamente cotidianas y como reserva de valor. La corrida no es un mero episodio cambiario, sino que expresa un problema más profundo, la inexistencia de negocio rentable en el país. La burguesía argentina sobra, incapacitada de realizar una actividad productiva real, comiéndose la riqueza nacional. Esta clase solo puede ofrecer salidas que, con sus diferencias formales, llevan todas a distintas formas de agonía para los trabajadores. No tienen forma de sacar al país del pantano en el que se hunde, porque es ella misma el peso que provoca esa descomposición. Solo la centralización del aparato productivo bajo un estado socialista permitirá diseñar una estrategia planificada hacia la exportación, apuntalando producciones de alto contenido tecnológico que den fortaleza a la moneda local y permitan elevar las condiciones de vida de la población.
Te dejamos material para seguir leyendo sobre este tema:
La devaluación como expresión de los límites económicos de la Argentina:
https://razonyrevolucion.org/verde-de-podrido-la…/
https://razonyrevolucion.org/verde-insuficiente-el-tipo…/
La burguesía argentina y su pasión devaluatoria, ayer y hoy:
https://razonyrevolucion.org/la-logica-del-enemigo-los…/
https://razonyrevolucion.org/el-cantaro-y-la-fuente-la…/
https://razonyrevolucion.org/protegeme-que-me-gusta…/
https://razonyrevolucion.org/devaluadores-la-mesa-de…/
Los mitos sobre la utilidad de la devaluación:
https://razonyrevolucion.org/mitos-cambiarios-los…/
Inflación y devaluación: